A finales del 2007 fue un momento de transición personal, en el que llegué a hablar con mucha gente. Una de esas conversaciones fue con un empresario al que conozco de hace tiempo. Fue una larga charla, explorábamos posibles coincidencias profesionales.
Recuerdo que cuando me preguntó por mis emolumentos y le respondí, sorprendido me dijo que esa cifra era imposible alcanzar para una empresa de Internet y menos para una startup.

Allí quedó la cosa. Mucho tiempo después, ya en Nikodemo, el mismo empresario me preguntó con curiosidad cómo me lo había montado (el tema crematístico). Conocedor él, que un proyecto empresarial como el de Nikodemo, era inviable plantearse ese rango salarial.

Mi respuesta fue clara: recortar muchos gastos y vivir con menos dinero. La transición no fue nada fácil, más bien abrupta. Ganar la mitad, en un nuevo proyecto, etc… fue un cambio de chip importante. Pero la apuesta valía la pena en ese momento y los hechos me confirman lo acertado de la decisión.

Hoy miro a mi alrededor y veo que el panorama cambia radical y aceleradamente. Hay temor e incertidumbre (leía una encuesta que el 85% de los españoles cree que la situación empeorará). Algunas expresiones de arrogancia han desaparecido, otros luchan enconadamente por mantener su status contra viento y marea. “Todo por el Excel”, pero ese es su epílogo.

A pesar de la recesión, que tal como me comentaba un economista y profesor de la UPF, “se confirma” que será más larga en España de lo que nuestros gobernantes pronostican. Hay adaptarse cuanto antes al nuevo orden, en el que más cosas de las que imaginamos cambiarán…para no volver a ser como antes.

No cuento nada que no se sepa. Crisis financiera global, problemas estructurales de nuestra economía, combinados con un Gobierno que propone y prioriza las medidas “sociales”, etc… Semejante combinación de factores, unidos a la propia cobardía del Gobierno a la hora de afrontar los problemas de cara, configuran un cocktail explosivo, con efectos a largo plazo. La propia agencia de medición de riesgo Standard&Poor’s rebaja la calificación de máxima calidad a España por la debilidad de su economía.

En cualquier caso, lo único realmente cierto es que estamos en plena travesía del desierto y que va para largo. O sea que a seguir trabajando, con más intensidad y creatividad si cabe.

Mucha creatividad e innovación es lo necesitarán muchos negocios basados en la Red. La inversión publicitaria se está secando por momentos, unido que en Internet se están ofreciendo precios de derribo ¿resultado? Los precios para abajo. Con tufillo de huida hacia delante y de anunciantes dispuestos a negociar condiciones draconianas insólitas.

Delicada situación para los negocios que confiaban en la publicidad como sustento principal. En Nikodemo no nos quejamos, porque simultáneamente, estamos encontrando (o más bien tropezando) con otras vías que muestran un interesante potencial de explotación y que hace unos meses ni nos planteábamos.

La impresión generalizada es que la economía está purgando los excesos de muchos años. Por pura intuición diría, que el hecho que algunos nos apretáramos el cinturón mucho antes que la mayoría, además de estar más preparados, me hace pensar que en cierta medida anticipábamos los cambios. De la misma forma, hoy intuyo que saldremos antes que otros.

Queda la sensación que la incertidumbre, más que hacer cambiar a la gente, parece que la realidad se está acelerando. Como cuenta John Zogby, experto demoscópico norteamericano “la recesión no cambia los comportamientos sino que acelera los que se están dando. Apresúrate, o te espabilas tú o te harán espabilar.

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