Escribo este post cuando todavía nos estamos rehaciendo del episodio de “ciclogénesis explosiva cantábrica” que ha provocado enormes daños materiales y lamentables pérdidas humanas.

Este episodio meteorológico extremo estaba previsto, desde hacía bastantes días. Se sabe que la virulencia de estos fenómenos de tiempo severo siempre produce daños materiales y en algunas ocasiones también desgracias personales (vientos huracanados, lluvias torrenciales, temporales marítimos, olas de frío o de calor, grandes nevadas, etc.)

De hecho, el ser humano siempre ha estado a merced de las inclemencias del tiempo y nunca ha podido dominarlo. Lo que sí puede, es preveer y prevenir, para aminorar los posibles daños, pero muchas veces, la estupidez humana, movida por obscuros intereses o simplemente por absurda imprudencia, menosprecia los riesgos que significan según que elementos meteorológicos y provoca lo que en un principio, podía ser evitable. La naturaleza, sigue su camino y la meteorología, simplemente la observa sin poder ni deber intervenir.

El sábado a primera hora de la tarde, lo peor del temporal ya había pasado, pero la Secretaria de l´Esport de la Generalitat decidió que los numerosos acontecimientos deportivos que todavía tenían que celebrarse en Catalunya fueran suspendidos por el temporal. Cierto es, que activaron la fase de “emergencia” cuando ya había sucedido la tragedia de Sant Boi (con cuatro niños fallecidos).


La meteorología y la economía son disciplinas tan distantes como una huracán y un concurso de acreedores, cierto. Hay coincidencias, como la práctica habitual a realizar previsiones. No deja de ser una ironía que siendo la economía algo creado por el hombre y que afecta al hombre, sea más difícil de prever que la propia meteorología.

En verdad hay una gran diferencia que las separa. Mientras que en meteorología nadie pretende gestionar el riesgo, parece que en economía sí. Grave problema, porque el rriesgo no se gestiona, el riesgo se prevé.

Las previsiones pueden fallar, pero lo que es imperdonable es la mentira y la chulería. La secretaria general de l´esport, no pudo prever la tragedia del polideportivo de Sant Boi, cierto que reaccionó algo tarde, pero tuvo muy claro que quería evitar más riesgo.

En economía algunos políticos empecinados, han decidido que en lugar de “anular la jornada” para evitar la violencia de los vientos huracanados, lo mejor es repartir paraguas entre la población. La población nunca se queja por un paraguas adicional, muchos infelices incluso se alegran, pero incluso éstos, al final, se dan cuenta que no sirve de nada.

Seguramente es muy difícil convencer a los 827.000 hogares que tienen a todos sus miembros en el paro que lo que hay que hacer es apoyar sectores económicos con futuro y olvidándose de parches cortoplacistas, porque si seguimos así, ya se sabe que dentro de un par de años, nuestra economía estaré bastante peor que hoy. No hace falta tirar de previsiones para saberlo, basta con menos clientelismo y un poco más de sensatez.

Post relacionados: