El libro Sin límites: Mejora tus capacidades, aprende más rápido y alcanza una vida excepcional de Jim Kwik trata sobre cómo liberar el potencial mental y alcanzar un aprendizaje sin límites.

La idea principal del libro es que cualquier persona puede mejorar su capacidad de aprendizaje y alcanzar el éxito en la vida al desarrollar la inteligencia y los hábitos mentales adecuados.

Kwik ofrece un método sistemático para mejorar la memoria, aumentar la velocidad de lectura, aumentar la concentración y la creatividad, y alcanzar una mayor productividad.

Qué creencias o teorías desafía “Sin límites” de Jim Kwik?

Desafía varias creencias y teorías comunes sobre el aprendizaje y el desarrollo de la inteligencia. Algunas de las ideas que cuestiona el libro incluyen:

  1. La idea de que la inteligencia es algo fijo y no se puede mejorar. Kwik argumenta que la inteligencia es maleable y puede desarrollarse con la práctica adecuada.
  2. La creencia de que la memoria se deteriora con la edad y no se puede hacer nada para evitarlo. Kwik enseña técnicas para entrenar la memoria y mejorar la retención de información en cualquier edad.
  3. La idea de que la velocidad de lectura es algo innato y no se puede mejorar. Kwik ofrece técnicas para aumentar la velocidad de lectura y la comprensión de lo leído.
  4. La creencia de que la creatividad es un don innato y no se puede desarrollar. Kwik explica cómo se puede potenciar la creatividad mediante la exploración de nuevas ideas y puntos de vista.
  5. La idea de que la productividad depende solo de la organización y el trabajo duro. Kwik enfatiza la importancia de los hábitos mentales saludables para aumentar la productividad.

Principales ideas del Sin límites

  • La tecnología nos hace la vida más fácil, pero puede estar obstaculizando nuestra capacidad de aprendizaje.
  • Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar nuestro cerebro.
  • Libera tu mente de pensamientos negativos y reemplázalos por positivos.
  • Motívate a cambiar tu comportamiento definiéndote a ti mismo y tu propósito.
  • Apoya tu cerebro durmiendo lo suficiente, comiendo alimentos saludables y haciendo ejercicio con regularidad.
  • Aumenta tu productividad entrando en un estado de fluidez y utilizando el poder de pequeños pasos.
  • Utiliza tu tiempo de estudio de manera eficiente.
  • Las técnicas de visualización pueden ayudar a aumentar la memoria y la concentración.
  • La lectura es fundamental para el aprendizaje y puedes mejorar en ella.
  • Para mejorar en la resolución de problemas, prueba formas de pensar nuevas y diferentes.

La tecnología nos hace la vida más fácil, pero puede estar obstaculizando nuestra capacidad de aprendizaje.

¿La tecnología digital es buena o mala? La pregunta puede ser sencilla, pero la respuesta dista mucho de ser sencilla. 

Por un lado, los teléfonos inteligentes y las tabletas pueden parecer liberadores. Después de todo, nos permiten “subcontratar” algunas de las funciones más simples de nuestro cerebro. Suena genial, ¿no? 

Bueno, tal vez no. Algunos investigadores consideran que este hábito digital se está convirtiendo en un problema. Creen que obstaculiza nuestras capacidades cognitivas. Piense en cómo todos cambiamos constantemente entre tareas, desde trabajar hasta revisar notificaciones y enviar mensajes de texto. Un neurocientífico, Daniel J. Levitin, cree que este proceso hace que el cerebro queme rápidamente su combustible, dejándonos estresados ​​y agotados.

Tenemos acceso constante a una gran cantidad de información al alcance de nuestra mano. ¡No sorprende entonces que los estudios indiquen que la persona promedio consume hoy tres veces más información que en la década de 1960!

Pero azotarnos con toda esta información no es necesariamente algo bueno. Esto se debe a que poder buscar datos cuando los necesitas hace que tu memoria se atrofie. Se marchita, como un músculo infrautilizado. Por otro lado, obligarse a recordar información en realidad crea y fortalece recuerdos.

El uso excesivo de la tecnología también puede reducir tu capacidad de pensar críticamente. Al fin y al cabo, en Internet no faltan opiniones. Algunos dirían que es algo bueno: nos permite ver los problemas desde muchas perspectivas diferentes.

Pero la verdad es que la mayoría de nosotros no buscamos perspectivas variadas. En cambio, identificamos algunas fuentes con las que ya estamos de acuerdo y las utilizamos para reforzar nuestras creencias, aceptando así esencialmente las opiniones ya formadas de otras personas. Esto significa que nuestra capacidad de deducción y resolución de problemas comienza a debilitarse y perdemos la capacidad de pensar críticamente.

Por eso es más importante que nunca mantener el cerebro en óptimas condiciones. ¿Cómo haces esto? Jim Kwik ofrece algunas sugerencias. Un consejo sencillo, especialmente pertinente en la era digital, es pasar 30 minutos al día con todos los dispositivos apagados. Puedes utilizar este tiempo para relajarte, ser creativo y simplemente dejar que tu mente divague. 

Pero ¿qué pasa si pasas demasiado tiempo con tus dispositivos? ¿Te cambiará a ti y a tu cerebro para siempre? Bueno, tal vez no. Nuestros cerebros son resistentes y adaptables, como veremos en el próximo apartado.

Cada uno de nosotros tiene el poder de cambiar nuestro cerebro.

¿Cuántas veces has pensado: “Soy demasiado tonto para aprender un segundo idioma”, “Tengo mala memoria” o “Simplemente no soy bueno en esta materia”? 

Cuando pasamos demasiado tiempo comparándonos con nuestros pares, a menudo caemos en la trampa de pensar que de alguna manera no somos tan buenos como ellos. Pero esto puede impedirnos alcanzar nuestro máximo potencial.

Puede que no estés satisfecho con tus logros de hoy, pero eso no significa que no brillarás mañana. Tu cerebro es, como dicen los científicos, altamente neuroplástico.Simplemente significa que, a lo largo de tu vida, cambia. Mucho.

Mucha gente piensa que nuestro cerebro alcanza su máxima capacidad en algún momento de la adolescencia. Después de eso, supuestamente todo será cuesta abajo. Afortunadamente, hay mucha evidencia de lo contrario. 

Echemos un vistazo a los taxistas de Londres. Para obtener una licencia, tienen que aprender mucho y también deben aprobar un examen extremadamente difícil. Un futuro taxista londinense pasa de tres a cuatro años memorizando cada una de las 25.000 calles en sólo un área de 10 kilómetros de Londres. Todo este aprendizaje tiene un profundo efecto en sus cerebros. Los investigadores compararon a los taxistas de Londres con la gente común y corriente y descubrieron que los conductores en realidad tenían más materia gris en sus centros de memoria. 

El proceso de aprender miles de calles parece obligar a sus cerebros a crear nuevas vías neuronales. Cambia la estructura de sus cerebros e incluso los hace más grandes. 

¿Qué significa para nosotros? La buena noticia es que todos podemos hacer exactamente lo mismo. Pero primero debemos limpiar nuestras mentes de lo que el autor llama LIEs (‘MENTIRAS’) ó Limited Ideas Entertained (abreviatura que traducida significa Ideas limitadas entretenidas).

Una de las mayores LIEs que nos dicen es que nuestro coeficiente intelectual está fijo de por vida. No es tan simple como eso. Sí, los puntajes de sus pruebas de coeficiente intelectual tienden a permanecer estables con el tiempo. Pero el coeficiente intelectual no mide tu capacidad para aprender. Tampoco muestra su nivel real de inteligencia, que puede cambiar y crecer con el tiempo. 

Esta LIEs –esta idea de un coeficiente intelectual fijo– es a la vez limitante y negativa. Todo el mundo tiene el potencial de ser un genio; simplemente, a menudo decidimos no creerlo. Así que tal vez sea hora de empezar a despojarte de estas LIEs y empezar a pensar positivamente.

Libera tu mente de pensamientos negativos y reemplázalos por positivos.

Cada día, cada uno de nosotros tiene decenas de miles de pensamientos. Muchas de ellas son preguntas. Y muchos repiten. Entre ellas, todos tenemos las llamadas preguntas dominantes, que surgen con más frecuencia que otras.

Por ejemplo, una vez invitaron al autor a pasar un tiempo con el actor Will Smith en el set de una película en Toronto. El elenco y el equipo estaban trabajando afuera, en pleno invierno, durante la noche, de 6:00 pm a 6:00 am. Durante un descanso, Smith y el autor descubrieron que una de las preguntas dominantes del actor era: ¿Cómo hago esto? experiencia más mágica?

Smith actuó repetidamente sobre su pregunta dominante. En lugar de tomarse un tiempo para descansar, usó su tiempo libre para traerles a todos chocolate caliente y hacer bromas, y eso creó una experiencia más positiva para todos.

Entonces, ¿cuáles crees que son tus preguntas dominantes actuales? ¿Y te resultan útiles? 

Desafortunadamente, para muchos de nosotros pueden ser negativos o desempoderantes: cosas como “¿Cómo puedo agradarle a la gente?” o «¿Cómo puedo volverme invisible?» Preguntas como estas no son productivas. Todo lo que hacen es enmascarar tu yo auténtico. En su lugar, puedes intentar hacer nuevas preguntas que te empoderen. 

Para cada uno de nosotros, probablemente serán diferentes. Para el autor, estas preguntas son: “¿Cómo puedo mejorar esto?” Y “¿Cómo funciona mi mente para poder trabajarla?”

Estas preguntas dominantes son positivas. Y pueden hacer un trabajo muy importante: pueden cambiar tu forma de pensar hacia una positiva e ilimitada. Esta nueva mentalidad puede ser realmente beneficiosa para tu salud. Por ejemplo, los estudios muestran que las personas positivas tienen un 13 por ciento menos de probabilidades de sufrir ataques cardíacos o depresión.

Entonces, la próxima vez que uses frases como “no puedo”, “no lo hago” o “no quiero”, dale la vuelta. En lugar de eso, repítete a ti mismo: “No siempre he sido bueno en esto, pero eso no significa que no pueda serlo ahora”. Recuerda momentos en los que realmente tuviste éxito, aunque sólo sea en parte.

Todas estas son excelentes maneras de comenzar a vencer tu autocrítica interior. Incluso podrías darle una personalidad ridícula, con rasgos físicos excéntricos y un nombre tonto. Búrlate de él cada vez que intente deprimirte y sé bueno para distinguir entre esa autocrítica y tu verdadero yo. 

Aprende a ser positivo y esto abrirá tu mente a la alegría de la vida y todas las posibilidades que ofrece.

Motívate a cambiar tu comportamiento definiéndote a ti mismo y tu propósito.

Las palabras “pasión” y “propósito” a menudo se usan indistintamente. Los usamos para hablar de algo que enciende un fuego en nosotros, algo que amamos hacer más que cualquier otra cosa. 

Pero, de hecho, la pasión y el propósito son completamente diferentes. La pasión es algo interno (ver Economía de la pasión: realidad, fantasía y contradicción). Se encuentra en tu núcleo interno; está enterrado debajo de las expectativas o suposiciones de otras personas sobre usted. El propósito (ver Ikigai, los secretos de Japón para una vida larga y feliz) , por otro lado, está dirigido a lo que te rodea. Es algo que puedes compartir o contribuir al mundo. 

Por ejemplo, es posible que te apasione el tejido de cestas. Pero, tal vez, tu propósito sea enseñar a otros a tejer cestería. 

Todo esto puede parecer complicado, pero si quieres lograr motivación y energía ilimitadas, es esencial identificar tu pasión y luego usarla para encontrar tu propósito.

Veamos un ejemplo. Imagínate una persona sana de 70 años. Todas las mañanas se levanta a las 5:00 am para ir al gimnasio. ¿Por qué? ¿Te apasiona madrugar o levantar pesas? No. Lo haces porque sientes que tienes un propósito. Y ese propósito es mantenerte al día con tus nietos.

¿Qué significa para ti? Bueno, piensa en la frecuencia con la que te encuentras luchando por motivarte para completar tareas. Tal vez necesites pensar por qué quieres completar esas tareas en primer lugar. Si la respuesta está ligada a tu propósito, estarás más motivado para actuar. 

Y hay otro truco para motivarse. Piensa en quién eres y qué te define. Las respuestas a estas preguntas pueden ser grandes impulsores de cambios de comportamiento.

El autor pone el ejemplo de un estudio realizado en la Universidad de Stanford. Los psicólogos dividieron a los participantes en dos grupos. Le preguntaron a un grupo: “¿Qué importancia tiene para ustedes votar?” La pregunta que se le hizo al otro grupo fue sutilmente diferente: “¿Qué importancia tiene para usted ser votante?” Aquellos a quienes se les preguntó acerca de ser votantes resultaron tener un 13 por ciento más de probabilidades de participar en las elecciones.

¿Qué nos dice esto? Bueno, parece que si te identificas con una meta que quieres alcanzar, o con un hábito que quieres desarrollar, tu motivación aumenta.

Esa respuesta puede ser alentadora, pero está incompleta. Si te falta motivación, podría haber otras razones para ello. Algunas de ellas se aclararán en los próximos apartados.

Apoya tu cerebro durmiendo lo suficiente, comiendo alimentos saludables y haciendo ejercicio con regularidad.

Así que tienes un propósito fuerte y también el impulso para actuar. Pero todavía hay algo que puede frenarte. ¿Esa barrera? Puede ser simplemente: una falta de energía causada por comer el tipo incorrecto de alimentos o por no dormir lo suficiente. 

La falta de sueño está ligada a una larga lista de problemas físicos y mentales. Esta lista incluye depresión, irritabilidad, enfermedades cardíacas e incluso Alzheimer. En resumen: ¡no sacrifiques el sueño! Dormir, comer y hacer ejercicio son esenciales si quieres que tu cerebro funcione al máximo (ver La importancia del sueño: ‘Por qué dormimos’ de Matthew Walker).

A primera vista, el sueño y el ejercicio no parecen tener mucho en común. Pero, de hecho, están estrechamente relacionados. El ejercicio regular puede ayudarte a dormir mejor. Después de un estudio de 16 semanas sobre cómo el ejercicio aeróbico afecta el sueño, por ejemplo, los participantes que iban al gimnasio descubrieron que dormían más cada noche. Una hora y cuarto más, concretamente. 

El hecho de que el ejercicio sea importante es, quizás, una vieja noticia. Entonces, ¿por qué no actuamos en consecuencia? Bueno, todos tenemos un sinfín de excusas. Hacer pesas es aburrido, no tenemos tiempo y las membresías en gimnasios son caras. 

Sin embargo, la verdad es que los beneficios del ejercicio superan con creces todas estas preocupaciones. Y estos beneficios no se limitan sólo a desarrollar músculo o perder peso: también afectan a su cerebro. El ejercicio aeróbico regular puede aumentar el tamaño de su hipocampo, el centro de memoria y aprendizaje de su cerebro. 

Entonces, tu cerebro necesita dormir lo suficiente y hacer buen ejercicio. ¿Qué otra cosa? Bueno, hay otro requisito clave: alimentos de alta calidad. Según la neurocientífica y nutricionista Dra. Lisa Mosconi, existen 45 fuentes distintas de nutrientes cerebrales. Los diez primeros son: aguacates, arándanos, brócoli, chocolate amargo, huevos, verduras de hojas verdes, salmón, cúrcuma, nueces y agua.

Dormir, hacer ejercicio y buena alimentación. ¿Cómo te aseguras de que consumir una cantidad suficiente se convierta en un hábito? 

Necesitas trabajar en ello. Desarrollar un hábito puede llevar entre 18 y 254 días, pero, independientemente del tiempo que lleve, ¡puedes hacerlo! Comienza haciendo solo un pequeño cambio a la vez y, de manera lenta pero segura, el nuevo hábito se convertirá en una parte integral de su vida.

Aumenta tu productividad entrando en un estado de fluidez y utilizando el poder de pequeños pasos.

¿Recuerdas la última vez que estuviste tan concentrado en una actividad que perdiste la noción del tiempo? Probablemente estabas en un estado de lo que los psicólogos llaman flow (ver Fluir (Flow): Una psicología de la felicidad).

Cuando estamos en este estado, sentimos que la tarea que estamos completando casi no requiere esfuerzo. Sentimos que estamos siendo desafiados, pero el desafío no es abrumador. Y tendemos a tener una sensación de comodidad y recompensa por lo que estamos haciendo. 

Quizás la mejor parte del flujo es que aumenta dramáticamente nuestra productividad, ¡a veces hasta en un 500 por ciento! 

¿Cómo entras en flujo? Todo comienza eliminando las distracciones. No es posible impulsar el flujo si revisas las redes sociales cada pocos minutos. De hecho, las investigaciones sugieren que, después de una interrupción, ¡puedes tardar hasta 20 minutos volver a conectarte con una tarea! 

Por lo tanto, debes asegurarte de tener suficiente tiempo para completar la tarea. Planifica al menos 90 minutos, aunque lo ideal es dos horas. Y no cedas a la tentación de realizar múltiples tareas. Los científicos han descubierto que la multitarea en realidad te hace menos productivo.

Estar en flujo a menudo te sienta genial. Pero, lamentablemente, hay algunas tareas que realmente no se pueden realizar en este estado. La mayoría de las veces son difíciles o simplemente no se disfrutan. Entonces, ¿cómo los abordarías? Bueno, puedes usar una técnica diferente: pequeños pasos. 

Las tareas difíciles o tediosas pueden hacernos procrastinar. Pero la procrastinación tiene un costo psicológico enorme. Una tarea incompleta crea tensión en tu cerebro. En pocas palabras, no puedes dejar de pensar en ello hasta que termines el trabajo. Y hay más: la procrastinación muchas veces nos hace sentir culpa y vergüenza. ¿Adivina qué hace la gente para evitar estos sentimientos? ¡Procrastinan aún más! 

Pero puedes acabar con tu tendencia a procrastinar dando pasos pequeños y sencillos para completar una tarea. 

Digamos que temes escribir un gran discurso. Bueno, podrías decirte a ti mismo que no necesitas escribir todo de una vez. Simplemente crearás la nota clave. 

Y quién sabe, tal vez mientras lo estás armando, te des cuenta de que estás en racha y terminarás haciendo más trabajo del que habías planeado originalmente. 

Al dividir las tareas de esta manera, es mucho más probable que consigas realizar el trabajo.

Utiliza tu tiempo de estudio de manera eficiente.

¿Qué crees que tiene que ver Bach con el estudio? Si se está rascando la cabeza, no te preocupes: la conexión está lejos de ser obvia. 

Muchos estudios sugieren que existe una relación íntima entre la música, el estado de ánimo y el aprendizaje. Algunos tipos de música pueden aumentar enormemente nuestra capacidad de aprender. Aquí es donde entra Bach. La música barroca con entre 50 y 80 latidos por minuto es especialmente adecuada para crear concentración. La música es sólo un truco que puede ayudarnos a utilizar las funciones menos conocidas de nuestro cerebro para fomentar el aprendizaje.

Al igual que la música, el olfato también puede ayudar a mejorar nuestras habilidades de estudio. A menudo asociamos los olores con los recuerdos. Piensa en cómo el aroma de una especia en particular podría trasladarte a la cocina de tu abuela. Este es sólo un ejemplo de lo fantásticos que son los olores para traer recuerdos al frente de nuestro cerebro. 

Ahora que ya sabes esto, intenta usar olores la próxima vez que estudies para un examen o te prepares para una presentación. Frota un poco de aceite esencial en tu muñeca cuando estés aprendiendo. Luego, repita justo antes de su examen o presentación. ¡Quizás descubras que el olor te ayuda a reavivar tu memoria!

El autor, Jim Kwik, también sugiere otros trucos que pueden ayudarte a aprender. Por ejemplo, es posible que desee aprovechar la llamada primacía y actualidad.Algo que aprendes justo al comienzo de una lección tiende a permanecer en tu mente por más tiempo. Lo mismo ocurre con las cosas que llegan justo al final de una sesión. ¿Qué significa para ti? Bueno, ahora que conoces estos principios, es posible que desees planificar tu aprendizaje de manera diferente. Podrías colocar las cosas más importantes al principio y al final de cada lección, dejando la parte intermedia para las cosas menos cruciales. 

Para hacer un buen uso de la primacía y la actualidad, emplee la técnica Pomodoro. Este método implica dividir su trabajo o estudiar en períodos de productividad de 25 minutos llamados Pomodoros. A cada Pomodoro le sigue un descanso de 5 minutos. ¡Es tan sencillo como configurar un temporizador!

Los pomodoros pueden funcionar aún mejor si los combinas con otra técnica, algo conocido como recuperación activa. Implica revisar algún material y luego verificarlo inmediatamente para asegurarse de que se haya asimilado. Para hacer esto, simplemente cierre tu libro o haz una pausa en el video del que estás aprendiendo y escribe todo lo que has aprendido hasta ahora. 

Entonces has llegado al final de la lección. ¿Ya terminaste? Bueno, no del todo. Hay otro truco en el libro: la repetición espaciada. Se trata de revisar tu material a intervalos regulares. Quizás podrías estudiar un poco por la mañana, antes del desayuno, y luego otra vez por la noche, antes de la cena. Esto ayudará a que la información realmente se mantenga.

A continuación, veamos qué más puede hacer para recordar aún mejor las cosas nuevas que ha aprendido.

Las técnicas de visualización pueden ayudar a aumentar la memoria y la concentración.

La concentración es como un músculo: cuanto más la ejercitas, más fuerte se vuelve (ver Superpoder del S.XXI: Concentrarse en la era de la distracción).

Aquí tienes una forma de animarlo: imagina el objeto de tu atención como una bola de luz brillante. Si estás teniendo una conversación, por ejemplo, esa conversación es la bola brillante. Cuando su atención comience a desviarse, vuelva a concentrarse en la luz brillante. Finge que no existe nada más.

Esto es lo que se conoce como técnica de visualización; y trucos como este ayudan a aumentar tus habilidades de concentración. También funcionan muy bien cuando necesitas memorizar cosas. 

Mucha gente piensa que tiene “buena memoria” o “mala memoria”. Pero, en cambio, es posible que desee pensar que tiene una memoria entrenada o, tal vez, no entrenada. Entonces, ¿cómo entrenas tu memoria? El mejor enfoque es aprender a asociar palabras, números o, incluso, cualquier otra cosa que tengas que memorizar, con imágenes visuales.

¿Entonces, cómo funciona? Veamos un ejemplo. 

Considera estas palabras: boca de incendio, globo, batería, barril, tabla y diamante. Si te pidieran que memorizaras esta lista de palabras, podría hacerlo repitiéndolas una y otra vez. Pero este método es ineficaz. En poco tiempo probablemente olvidarás todo lo que aprendiste.

En su lugar, intenta crear una historia loca sobre las palabras. Podrías imaginarte una boca de incendios transportada por el aire mediante globos. Pero los globos son reventados por baterías, y esas baterías se encuentran dentro de enormes barriles. Todo el artilugio (baterías dentro de barriles apuntadas a globos) se lanza al aire mediante una gran tabla, como un balancín. Y, finalmente, ese tablero está sostenido por un enorme diamante. ¿Ves cuánto mejor están ahora las palabras cimentadas en tu mente? 

Un truco similar puede ayudarte a prepararte para las presentaciones. Se llama método de loci. Para utilizarlo, primero identifica los diez puntos clave de los que quieres hablar. A continuación, imagina un lugar o una habitación que conoces bien y considera un camino a través de él. 

Ahora, asigna cada uno de tus temas de conversación a un objeto o lugar diferente en la habitación; la lámpara de tu dormitorio, por ejemplo, podría representar tu discurso principal. Finalmente, practique su presentación, utilizando el recorrido por sus ubicaciones o loci como guía.

Con una memoria bien entrenada, estarás bien encaminado para aprender un nuevo idioma, realizar excelentes presentaciones o simplemente convertirse en un experto.

La lectura es fundamental para el aprendizaje y puedes mejorar en ella.

Seamos realistas: la lectura no es el pasatiempo favorito de todos. Para muchas personas, la tarea parece difícil, aburrida y requiere mucho tiempo. Para esas personas, lo mejor es terminar una larga jornada de trabajo frente al televisor o con un videojuego.

Pero los estudios muestran que existe una relación entre la capacidad de lectura y el éxito en la vida. Cuanto mejor seas leyendo, más probabilidades tendrá de conseguir trabajos mejor remunerados; mayores serán tus oportunidades de triunfar. 

Y aquí hay algo más: la lectura le da a tu cerebro un entrenamiento vigoroso. Activa muchas funciones mentales diferentes a la vez. Mejora la memoria y aumenta la concentración. Si has dejado de leer, esencialmente has dejado de aprender (ver De la emoción a la comprensión de las palabras: ‘Neuroeducación y lectura’).

¿Qué tan rápido crees que puedes leer? Para la mayoría de las personas, son unas 200 palabras por minuto. Sorprendentemente, la mayoría de los adultos no leen más rápido que los niños de escuela primaria. Esto se debe a que las clases sobre cómo leer generalmente terminan entre segundo y quinto grado. 

¿Por qué algunas personas son lectores lentos? La respuesta suele estar en lo que se conoce como subvocalización. Esto simplemente significa que, a medida que la gente lee, pronuncia cada palabra en su cabeza. Esto limita su capacidad de lectura. Si subvocalizas, sólo podrás leer tan rápido como hablas. 

Si esto le suena familiar, no te desesperes. Tu mente es capaz de ir mucho más rápido. Para reducir la subvocalización, intenta contar en voz alta mientras lees. Simplemente sigue diciendo «uno, dos, tres» y así sucesivamente a medida que avanzas en la página. 

Contar mientras se lee es difícil. Pero entrenarás a tu cerebro para subvocalizar menos. Comenzarás a ver las palabras en lugar de decirlas. Cuando aprendas esta habilidad, leer lo sentirás más como si estuvieras viendo una película que escuchando un discurso.

Otra excelente manera de reducir la subvocalización y leer más “visualmente” es utilizar un marcapasos. No tiene nada de difícil: ¡puedes empezar simplemente deslizando el dedo por la página mientras lees! Esta técnica es eficaz porque nuestros ojos están programados para seguir objetos en movimiento. Usar un marcapasos visual puede aumentar tu velocidad de lectura entre un 25 y un 100 por ciento.

Por supuesto, ninguna de estas técnicas te ayudará a menos que realmente dediques tiempo a leer. Por lo tanto, programa al menos 30 minutos de lectura cada día.

Ahora que puedes leer más rápido, es hora de descifrar la última pieza del rompecabezas: aprender a pensar mejor.

Para mejorar en la resolución de problemas, prueba formas de pensar nuevas y diferentes.

Cuando escuchas la palabra «genio», ¿quién te viene a la mente inmediatamente? ¿Quizás Albert Einstein o Marie Curie? Pero la palabra «genio» no se limita sólo a personas con un alto coeficiente intelectual o capacidad matemática. Hay muchos tipos diferentes de inteligencia. 

Piensa en Venus Williams, por ejemplo. En muchos sentidos, ella también es un genio: alguien con una inteligencia corporal-kinestésica extremadamente alta. Es decir, es muy buena usando su cuerpo. 

Aprender qué tipo de inteligencia posee es sólo el primer paso para pensar mejor y de manera más eficiente. También hay muchos otros trucos. 

Por ejemplo, puedes intentar pensar de manera diferente; abordar los problemas de una manera completamente nueva para usted; para romper tus patrones de pensamiento. Una forma de hacerlo es utilizar la técnica del “sombrero para pensar”. Imagina que tienes una colección de sombreros multicolores. Ahora, cuando observas un problema, puedes cambiar de sombrero cada pocos minutos. Digamos que llevas un sombrero rojo. Eso significa que es hora de mirar la situación emocionalmente. O un sombrero verde puede requerir creatividad. 

Pero a veces, incluso una técnica avanzada como ésta puede no ser suficiente. Para resolver algunos problemas, es necesario pensar de manera completamente diferente: de manera exponencial, en lugar de lineal. Cuando piensas exponencialmente, ya no estás resolviendo crisis tras crisis tras crisis. En cambio, identifica la causa raíz del problema y la ataca. 

Uno de los defensores del pensamiento exponencial es Naveen Jain, innovador y ganador de la Medalla de Tecnología Albert Einstein. Tomemos como ejemplo su empresa Viome. Jain lo formó porque cree que las enfermedades crónicas son la crisis de salud subyacente más importante del mundo. 

Entonces, ¿tu empresa trabaja para encontrar tratamientos para esas enfermedades? No, Jain adoptó un enfoque diferente. En lugar de buscar soluciones graduales, comprendió que nuestro sistema inmunológico se ve muy afectado por la forma en que nuestros microbios intestinales procesan los alimentos. Entonces Jain creó una herramienta para analizar el microbioma intestinal de un individuo. Permite a las personas optimizar su salud comiendo los alimentos que mejor se adaptan a ellas.

Es posible que tu objetivo no sea resolver desafíos importantes como el que enfrenta Jain. Pero al explorar nuevas formas de pensar, aportarás diferentes perspectivas. Y esto seguramente aumentará tus posibilidades de lograr grandes cosas.

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