Dentro del importante capítulo de superpoderes del Siglo XXI es relevante el debate entre ser generalista o especialista es recurrente y repleto de contradicciones. En líneas generales, un especialista viene a ser alguien con conocimientos y habilidades profundas en un sólo ámbito. En cambio, de un generalista se espera que tenga conocimientos generales en varias disciplinas.

Ser generalista tiene varias ventajas, aunque quizás la más importante sea la del enriquecimiento personal. Adquirir conocimientos de varias disciplinas, desarrolla el cerebro, amplía nuestra perspectiva y nos hace sensible a aspectos que antes pasaban desapercibidos.

La desventaja es que es difícil que un generalista (salvo excepciones) se posicione como auténtico experto en algún campo, con lo que sus perspectivas laborales hoy en día se verían limitadas.

Por otro lado, ser especialista en alguna disciplina tiene la ventaja de que nos puede posicionar como referentes en un sector, con todo lo que ello implica a nivel profesional. La desventaja o desventajas, como demuestra David Epstein con su libro Amplitud, son múltiples y aquí resumo las principales.

Amplitud es muy adecuado para la época que estamos viviendo, un mundo complejo, altamente competitivo y despiadado profesionalmente, donde dos filosofías del desarrollo profesional compiten por ganar la batalla en los medios y en el análisis académico. Por un lado, quienes piensan que empezar a una edad temprana y especializarse lo más posible en una disciplina o tema es el camino más seguro al éxito, y por el otros quienes ven en la amplitud de conocimientos y experiencias una ruta más confiable para alcanzar los objetivos que se están buscando.

Según Epstein, los generalistas disfrutan más su camino al éxito, suelen tomar más tiempo para alcanzarlo, pero lo hacen de maneras más creativas e impactante para ellos y la sociedad. Al mismo tiempo tejen redes de contactos y amistades más diversas, divertidas y prósperas. Son los generalistas, dice Epstein, más curiosos e inquietos intelectualmente, además de ser más críticos y mejores trabajadores en equipo.

Echando mano de historias del mundo de las ciencias, los negocios y los deportes, David Epstein hace una muy buena exposición de las ventajas de ser un generalista, y aprovecharlo para triunfar en un mundo que celebra las especialidades.

Estas son las principales ideas:

1.- Empezar desde niño y especializarte en una sola disciplina no es la mejor estrategia

Todos conocemos la historia de Tiger Woods: a los diez meses tomó su primer palo de golf y a los dos años mostró sus habilidades en televisión nacional. Poco tiempo después ganó su primer torneo en las categorías juveniles. Woods ha sido considerado tal vez el mejor jugador de golf en la historia, por eso es el modelo perfecto de la teoría de la especialización desde temprano. Teoría que tiene muchos adeptos también en los ámbitos académicos y científicos, pero algunos estudios recientes concluyen que muchos campos de la vida descansan en la creatividad y flexibilidad como pilares fundamentales del éxito y que ser un especialista reduce nuestra capacidad de improvisar.

Lo importante en cada caso es evaluar qué es el éxito y desarrollar las habilidades necesarias. Hoy, gracias a la tecnología los trabajos mecánicos y repetitivos han sido delegados a las maquinas, por lo que ser creativo resulta mucho más útil que ser un experto en algo.

2.- Experimentar y especializarse son estrategias igual de efectivas si escoges la que funcione mejor para ti

La historia de Roger Federer es exactamente la opuesta a Tiger Woods. Roger practicó el esquí, el baloncesto, el bádminton, el skateboarding, y la lucha libre entre otros deportes antes de dedicarse de lleno al tenis. Y según él mismo, cuando era adolescente empezó a practicar tenis de manera recreativa, entonces entendió que todas las disciplinas que había practicado le ayudaron a convertirse en un mejor tenista, tenía mejor coordinación, habilidad con las manos y mucha más capacidad atlética que sus competidores.

Ejemplos como este son comunes en el mundo de las artes – muchos músicos o pintores alcanzan una mejor ejecución y en muchas ocasiones más popularidad después de practicar varias técnicas, disciplinas o instrumentos.

No hay una formula maestra, el hecho es que cada uno tiene que encontrar la estrategia que funcione mejor para sus habilidades, intereses y estilo de vida.

3.- Enfrentarte a problemas diversos amplía tu capacidad intelectual y tu habilidad para resolver problemas

En 1931, cuando la Unión Soviética estaba cambiando rápidamente, el psicólogo Alexander Luria investigó la relación entre el pensamiento abstracto, la creatividad y su relación con la modernidad. Luria comprobó que las personas que vivían en aldeas alejadas, con menos influencia de los cambios propios de la revolución tecnológica de entonces desarrollaban menor capacidad conceptual. Hoy, el ritmo de vida y la necesidad de actuar en un mundo virtual nos obliga a desarrollar más conexiones abstractas, elevar nuestra capacidad intelectual y resolver más problemas – pero la intención de mantenernos expuestos a los mismos problemas o relacionados a los mismos temas limita nuestra capacidad de entendimiento y desarrollo.

Estar enterado de muchos temas ayuda a construir escenarios más complejos y resolver problemas de mucha índole.

4.- La mejor estrategia para aprender es dedicar una buena cantidad de tiempo a la práctica

Resulta natural que los alumnos evalúen mejor a los profesores que imparten las asignaturas en las que tienen mejores calificaciones, pero un estudio de la academia de la fuerza aérea de los Estados Unidos comprobó que, en el largo plazo, esas materias tuvieron mucho menos impacto en el desarrollo profesional de los estudiantes, mientras que las materias en las que los profesores y alumnos tenían peores calificaciones tuvieron un impacto mayor en su vida futura. Es decir, las clases más frustrantes y complicadas pueden resultar definitorias en términos de alcanzar el éxito. Los expertos señalan que técnicas como dejar un espacio entre el momento en que algo se aprende y cuándo se utiliza, son muy importantes, y que por tal hecho es determinante pasar la información de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo. No es lo más divertido, pero si adoptas un ritmo lento de aprendizaje, el resultado será mejor.

5.- Para resolver problemas complejos es necesario tener una mentalidad amplia y ver todo desde puntos de vista diferentes

Por supuesto que, si tienes un problema médico, quieres ser atendido por los mejores expertos, pero de manera sorpresiva, un estudio de la escuela de medicina de Harvard encontró que los pacientes de paro cardiaco tenían más probabilidades de vivir si eran ingresados al hospital cuando los médicos más calificados no estaban trabajando. Resulta que analizar un problema desde varios puntos de vista es mucho más efectivo que verlo de manera mecánica cuando se tiene mucha experiencia. Ejemplos como este también se han encontrado en el campo de las finanzas, la política o el clima. Donde ver las cosas desde una sola perspectiva ha llevado a tomar malas decisiones por no considerar puntos de vista e información de otros campos.

6.- La creatividad e innovación crecen cuando se suman experiencias diferentes con un mismo objetivo

Si pensamos en comics de manera inmediata pensamos en creatividad e innovación, por eso es tan interesante el estudio realizado por la escuela noruega de negocios.

Podemos pensar que los editores de comics con más experiencia y recursos de todo tipo son los más exitosos, o por lo menos los que introducen más títulos a las listas de popularidad. Curiosamente no es así, resulta que los creadores de comics son más capaces sí han trabajado en más géneros y tipos de historietas. Parece que las experiencias de varios tipos de historias aplicadas en una sola favorecen la creación de trabajos más completos y mejor logrados.

Otro ejemplo fascinante es el de los científicos ganadores del premio Nobel, las cifras muestran que los ganadores del premio tienen 22 veces más probabilidades de triunfar en otras disciplinas, es decir, que su pensamiento generalizado los ha ayudado a triunfar en un campo muy especializado.

7.- En la práctica ser especialista en algo dificulta realizar buenas predicciones en dicha disciplina

Esto no sorprende a nadie, resulta que los expertos en política, economía, deportes o incluso en el clima son terribles para hacer predicciones. Parece ser que su enfoque es muy limitado por haber dedicado la mayor parte de su vida adulta a un solo tema.

El conocimiento científico necesita de la curiosidad y creatividad para florecer y éstas aparecen más cuando se estudian varias cosas.

Es un buen consejo para los gerentes de recursos humanos: ver las posibilidades generales de un profesional, y no interesarse únicamente por la experiencia en un solo campo. Predecir el futuro es imposible, pero se tienen mejores resultados cuando una persona o candidato tiene experiencia en varios temas o trabajos.

Conclusión sobre el libro ‘Amplitud’

Amplitud’ es una teoría que bien vale la pena estudiar y considerar como una opción para el desarrollo profesional o de un negocio.

Vivimos un mundo que cambia minuto a minuto, mantener patrones de estudio y desarrollo creados hace cientos de años para una realidad completamente diferentes es un suicidio. Experimentar y aprender muchas cosas, puede ser un camino más adecuado para algunas personas. No tiene por qué funcionar para todos, como tampoco lo hace la idea de la especialización.

Ser un generalista requiere de una mente abierta, enfoque en el medio y largo plazo, además de ser curioso. Hoy, la creatividad es una habilidad necesaria en todos los trabajos a todos los niveles, no digo que todo el mundo tiene que considerar la idea de ser un generalista como su camino al éxito, pero sí, por lo menos, como dice David Epstein, estar abierto a la posibilidad de que así sea.

Es muy probable que más temprano que tarde tengas que cambiar de trabajo, industria o por lo menos la manera en que haces las cosas. No hay que esperar mucho, hay que ampliar nuestra visión del mundo y aumentar nuestro valor con información de muchas disciplinas, nunca se sabe, tal vez experimentando encuentras un éxito más grande.

A la vista de todo esto, ¿quizás la conclusión sería que mejor ser generalista? Pues no. En realidad, hay una categoría intermedia. Puede que seas especialista en algo, pero que tus inquietudes te lleven a explorar otros campos y también puede que seas generalista, pero haya algo que te guste y que te lleve a especializarte: las personas de tipo T.

Personas tipo T

La línea vertical de la T es la utilización sólida y profunda de los conocimientos en un ámbito específico. Las especializaciones sobre un tema específico son importantes porque te permiten ser referencia en tu empresa y por lo cual te deberían reconocer por ello.

Por otro lado, la línea horizontal representa los diferentes intereses y aptitudes que tiene un trabajador y que utiliza para reforzar o ampliar sus conocimientos. Esta línea es más larga, mientras más temas se conozcan. Estos pueden ser deportes, artes, etc.  

En esta época una persona tipo “T” es muy cotizada en el ámbito laboral, por ser alguien con una especialización y dominio fuerte en determinada competencia técnica, con un paraguas que le permite estar atento a las nuevas tecnologías, monitorear, interiorizar y aprender todo lo necesario para ponerlo en práctica.

Hoy en día, para ser competitivo en el mercado no es suficiente definirnos solo como especialistas o generalistas. En tal sentido, para ser empleados “atractivos”, debemos poder aportar de forma diferenciada una especialización en algún ámbito.

Debemos tener el potencial para poder aplicar nuestra principal fortaleza usando todo lo que el mundo exterior nos ofrece en temas de tecnología, innovación y tendencias del mercado. Seamos más curiosos, leamos más, y procuremos tener conversaciones con personas diversas y distintas a nuestra profesión.

La personalidad tipo T y la figura renacentista

Cuando hablamos de la persona del renacimiento es común que nos venga Leonardo a la Vinci a la mente. En ese periodo histórico era común que una persona estuviera formada en múltiples disciplinas: pintura, arquitectura, música, poesía, ciencias… Si bien era cierto que a menudo recibían una formación bastante extensa, algo que definía sin duda a muchos de estos artistas era su curiosidad.

La curiosidad es lo que nos sitúa en posiciones de ventaja, una ventaja de la que disfruta la personalidad tipo T. Así, a su solvencia y habilidad en un área determinada se suman muchos más intereses y aptitudes.

La línea horizontal de la «T» integra habilidades duras y blandas

La línea vertical de la letra T, define a nuestras habilidades específicas. La horizontal, por su parte, representa a las generales y, es en esta esfera donde pueden entrar desde las habilidades blandas (de comunicación, sociales, psicológicas, etc) y también las duras (destrezas técnicas).

Por tanto, cuanto más amplia sea la línea horizontal (Amplitud’) mucho mejor. La personalidad tipo T se define también por alguien que no deja de ampliar sus conocimientos, de aprender cosas e integrar nuevas competencias.

El generalista especializado, el perfil idóneo para un mundo complejo

La persona T es un profesional especializado con habilidades generales. Es alguien capaz de profundizar en una valía específica, pero que a su vez se mueve bien en otros ámbitos, en otros escenarios y ante múltiples demandas. Alguien así se alza sin duda como capital humano para cualquier empresa e institución social, y lo es porque, como bien sabemos, nuestro mundo es cada vez más complejo.

Ante los nuevos desafíos que se suceden de forma continua y caótica, quien aplique siempre un mismo enfoque para realizar sus tareas se oxida, no innova y no avanza. Ser polivalentes nos obliga a reciclarnos cada poco tiempo, que exige mucha curiosidad y “aprender a aprender”.

Foto de Andrea Piacquadio en Pexels

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