Una mañana fría de diciembre de 2018, el mundo cambió para siempre en el aeropuerto de Vancouver. Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei e hija de su enigmático fundador, fue detenida por las autoridades canadienses. Lo que parecía un arresto más por violaciones de sanciones se transformó en el momento que sacó de las sombras a una de las empresas más poderosas y misteriosas del planeta.

Durante tres décadas, Huawei había crecido en silencio, construyendo un imperio tecnológico que muy pocos entendían realmente. Eva Dou, periodista del Wall Street Journal, decidió adentrarse en esta historia fascinante y compleja para escribir «House of Huawei: The Secret History of China’s Most Powerful Company». El resultado es mucho más que una biografía corporativa: es una radiografía del ascenso de China como superpotencia tecnológica y del choque inevitable con Occidente.

Un visionario en las sombras

Ren Zhengfei nunca quiso ser famoso. Mientras otros magnates tecnológicos como Steve Jobs deslumbraban en escenarios o Mark Zuckerberg comparecía ante el Congreso estadounidense, Ren prefería las sombras de Shenzhen. Evitaba cámaras, rechazaba entrevistas y construía su imperio con una discreción que rayaba en la obsesión.

Todo comenzó en 1987, cuando China daba sus primeros pasos vacilantes hacia el capitalismo de mercado. Shenzhen era entonces un laboratorio económico: una zona especial diseñada para capturar el capital de Hong Kong sin exponerse demasiado a lo que el Partido Comunista veía como la «corrupción moral» del capitalismo occidental.

Con apenas 21.000 yuanes en el bolsillo —unos 5.000 dólares de entonces—, Ren fundó Huawei y comenzó a fabricar conmutadores telefónicos. Era una apuesta arriesgada en un país que recién comenzaba a entender qué significaba la empresa privada. Nadie, ni siquiera él mismo, imaginaba que esa pequeña startup se convertiría en el símbolo de las ambiciones tecnológicas globales de China.

La personalidad de Ren Zhengfei resulta fascinante por sus contradicciones. Veterano del Ejército Popular de Liberación, ingeniero de formación y empresario por necesidad, encarnaba las tensiones de una China en transformación. Su pasado militar generaría décadas después sospechas en Occidente, pero en los años ochenta era simplemente otro emprendedor tratando de sobrevivir en un ecosistema económico que cambiaba las reglas constantemente.

Eva Dou, House of Huawei – The Secret History of China’s Most Powerful Company»

Los primeros pasos hacia la grandeza

Los primeros años de Huawei estuvieron marcados por la supervivencia. En un mercado dominado por gigantes occidentales como Ericsson, Motorola y Siemens, la pequeña empresa china competía vendiendo equipos más baratos y ofreciendo un servicio al cliente que sus rivales consideraban excesivo. Ren entendió temprano que en un país tan vasto como China, el servicio postventa sería crucial.

La estrategia inicial era simple pero efectiva: copiar, mejorar y vender más barato. No era particularmente original, pero funcionaba. Huawei comenzó reverse-engineering los productos de sus competidores, aprendiendo no solo cómo funcionaban, sino cómo podían mejorarse. Era una práctica común en la industria china de la época, pero Huawei la ejecutó con una precisión y dedicación que la distinguía de sus pares.

El punto de inflexión llegó cuando la empresa decidió invertir masivamente en investigación y desarrollo. Mientras otras empresas chinas se conformaban con ser fabricantes por contrato, Huawei apostó por desarrollar tecnología propia. Era una decisión arriesgada que requería inversiones enormes sin garantía de retorno, pero que eventualmente definiría el destino de la compañía.

Cuando el gigante despertó

La detención de Meng Wanzhou fue como encender una luz en una habitación oscura. De repente, el mundo se dio cuenta de que una empresa china había crecido hasta convertirse en líder mundial de telecomunicaciones prácticamente sin que nadie se percatara de su verdadero alcance.

Dou describe magistralmente la ironía de la situación: una empresa que había pasado décadas evitando los reflectores se encontró súbitamente en el centro de la tormenta geopolítica más intensa de los últimos años. La detención no solo desencadenó una crisis diplomática entre Canadá, Estados Unidos y China; reveló por primera vez la prominencia real de la familia Ren en las estructuras de poder de Pekín.

El arresto de Meng Wanzhou expuso también la vulnerabilidad de las empresas chinas que habían crecido globalmente. Durante años, Huawei había operado en una zona gris, beneficiándose del apoyo estatal chino mientras negaba vínculos directos con el gobierno. La detención de la heredera del fundador hizo imposible mantener esa ficción.

Fue el fin de una era. Huawei ya no podría crecer en silencio. Se había convertido, casi sin quererlo, en el epicentro de las tensiones entre las dos superpotencias del siglo XXI.

La telaraña del poder

Lo que hace especialmente revelador el libro de Dou es cómo desentraña la compleja red en la que Huawei se fue enredando gradualmente. No se trata simplemente de una empresa que vende equipos de telecomunicaciones. Es parte integral de algo mucho mayor: el aparato de vigilancia chino y las ambiciones globales de un país que ya no se conforma con ser la fábrica del mundo.

La autora documenta meticulosamente cómo las tecnologías de Huawei se integraron en el creciente estado de vigilancia chino. Estamos hablando de un contexto donde empresarios como Jack Ma pueden ser silenciados de la noche a la mañana, donde magnates desaparecen sin explicación, y donde los ejecutivos aprenden rápidamente que el patriotismo debe estar por encima del beneficio económico.

Un momento clave llegó a mediados de los años noventa, cuando Huawei logró fabricar el primer conmutador telefónico chino verdaderamente avanzado. Puede sonar técnico, pero las implicaciones fueron enormes: China ya no dependía de la tecnología extranjera para sus telecomunicaciones. Era el primer paso hacia la independencia tecnológica que hoy genera tantos dolores de cabeza en Washington.

Esta independencia tecnológica no fue casual. El gobierno chino había identificado las telecomunicaciones como un sector estratégico crucial para la seguridad nacional. El apoyo estatal a Huawei, aunque siempre negado oficialmente, se manifestó en contratos gubernamentales preferenciales, acceso a financiamiento barato y protección del mercado doméstico frente a competidores extranjeros.

El dilema del campeón reluctante

Aquí es donde la historia se vuelve verdaderamente fascinante. Dou explora una paradoja que define a Huawei: es un «campeón nacional reacio». A pesar de su éxito extraordinario, la empresa vive constantemente atrapada entre las demandas del estado chino y las sospechas crecientes de Occidente.

Ren Zhengfei se quejaba, según relata la autora, de que su empresa no era confiada ni por Pekín ni por Washington. Una posición imposible que ilustra perfectamente los desafíos de las empresas chinas que aspiran a ser globales en un mundo cada vez más fragmentado.

Cuando Huawei decidió expandirse internacionalmente después de dominar el mercado chino, se encontró con una resistencia que no había anticipado. Los políticos occidentales comenzaron a ver en la empresa no solo un competidor comercial formidable, sino una amenaza existencial a la seguridad nacional. La paranoia se alimentaba de la paranoia, creando un círculo vicioso que culminaría con la detención de Meng Wanzhou.

La expansión internacional de Huawei siguió un patrón inteligente pero que generaría sospechas posteriores. La empresa comenzó por mercados emergentes en África y América Latina, donde la competencia era menor y los gobiernos estaban más dispuestos a aceptar tecnología china a cambio de precios competitivos. Gradualmente, fue ascendiendo hacia mercados más sofisticados, siempre con la misma estrategia: ofrecer tecnología comparable a precios significativamente menores.

La revolución del 5G

El desarrollo de la tecnología 5G marcó un punto de inflexión crucial en la historia de Huawei y en la percepción occidental de la empresa. Por primera vez, una empresa china no solo competía en igualdad de condiciones con sus rivales occidentales, sino que los superaba claramente en una tecnología de importancia estratégica fundamental.

Dou explica cómo Huawei invirtió miles de millones de dólares en investigación y desarrollo de 5G, contratando a los mejores ingenieros del mundo y estableciendo centros de investigación en múltiples países. El resultado fue una ventaja tecnológica clara que puso a la empresa años por delante de competidores como Ericsson y Nokia.

Esta ventaja tecnológica se convirtió paradójicamente en una desventaja geopolítica. Los gobiernos occidentales comenzaron a preguntarse cómo una empresa china había logrado superar a sus campeones nacionales en una tecnología tan crucial. Las sospechas sobre vínculos con el estado chino y posibles puertas traseras en el software se intensificaron, alimentadas por la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China.

Más allá de la tecnología

Lo que convierte el libro de Dou en una lectura esencial es su capacidad para humanizar una historia que fácilmente podría perderse en tecnicismos y análisis geopolíticos abstractos. A través de la saga de la familia Ren, la autora logra mostrar el «rostro humano» de la transformación de China en una potencia tecnológica.

Basándose en entrevistas exhaustivas y una investigación archivística impresionante, Dou construye una narrativa que responde a las preguntas fundamentales de nuestro tiempo: ¿Cómo surgieron estas empresas chinas que parecen tener recursos ilimitados? ¿Quién las controla realmente? ¿Qué significa para el resto del mundo que China haya desarrollado capacidades de vigilancia tan sofisticadas?

La historia familiar añade una dimensión personal fascinante. Meng Wanzhou no solo era la directora financiera de Huawei; era la heredera designada de un imperio construido por su padre. Su detención no fue solo un golpe corporativo, sino un trauma familiar que expuso las tensiones inherentes en ser una familia china prominente en un mundo cada vez más polarizado.

El espejo de nuestro tiempo

La historia de Huawei trasciende los límites de la biografía corporativa para convertirse en una ventana hacia el futuro de las relaciones internacionales. Estamos viviendo una época donde las empresas tecnológicas se transforman inevitablemente en instrumentos de poder estatal, donde la competencia comercial se convierte en rivalidad geopolítica, y donde las decisiones tomadas en salas de juntas corporativas pueden mantener despiertos a los líderes mundiales.

El caso de Huawei ilustra cómo una empresa puede redefinir las reglas del juego internacional. También expone las tensiones inherentes de un mundo donde la tecnología no reconoce fronteras, pero donde los estados-nación siguen siendo los actores principales del sistema internacional.

La empresa se ha convertido en un símbolo de la competencia tecnológica entre Estados Unidos y China, pero también representa algo más profundo: el choque entre dos modelos económicos y políticos diferentes. El capitalismo de estado chino, que permitió el ascenso de Huawei, desafía las asunciones occidentales sobre cómo deben funcionar los mercados y las empresas.

Una historia que apenas comienza

«House of Huawei» llega en el momento perfecto. Mientras el mundo intenta descifrar las implicaciones del ascenso tecnológico de China, Dou ofrece una narrativa que es tanto accesible como profundamente informativa. Combina el rigor periodístico con una prosa que mantiene al lector enganchado desde la primera página.

La historia de Huawei es, en el fondo, la historia de nuestro tiempo: un mundo donde la tecnología, el poder y la geopolítica se entrelazan de maneras cada vez más complejas e impredecibles. Es la historia de cómo las empresas privadas se convierten en instrumentos de política estatal, y de cómo las decisiones aparentemente técnicas pueden tener consecuencias que reshapean el orden mundial.

En un planeta cada vez más conectado pero paradójicamente más fragmentado, la saga de Huawei nos recuerda una verdad incómoda: detrás de cada innovación tecnológica hay decisiones humanas, ambiciones nacionales y consecuencias globales que apenas comenzamos a comprender. Y esa comprensión, como demuestra brillantemente Eva Dou, es más urgente que nunca.

El futuro de Huawei sigue siendo incierto, pero su impacto en la configuración del orden tecnológico mundial ya es innegable. La empresa ha demostrado que el liderazgo tecnológico no es patrimonio exclusivo de Occidente, y que las reglas del juego global están cambiando de maneras que apenas comenzamos a entender.