En un mundo marcado por crisis económicas, tensiones geopolíticas y transformaciones tecnológicas, la obra «Posglobalismo: Cómo reconstruir la civilización desde el borde del abismo global» de Rais Busom emerge como un análisis profundo y multidisciplinar que cuestiona los fundamentos del orden mundial actual y propone alternativas revolucionarias para el futuro.

La crisis del globalismo: diagnóstico y causas

El punto de partida de Busom es contundente: «El globalismo está en crisis. Mientras el totalitarismo monetario concentra cada vez más poder en menos manos, la prosperidad declina y la libertad se desvanece». Esta afirmación establece el tono de una obra que no se limita a describir los síntomas de la crisis actual, sino que busca identificar sus causas profundas.

A través de un riguroso análisis que combina filosofía, economía y física, Busom examina cómo tres factores fundamentales están reconfigurando nuestro mundo: la crisis energética, el control monetario y la manipulación social. Este enfoque multidisciplinar permite al autor ofrecer una visión holística de los desafíos contemporáneos, trascendiendo los análisis fragmentados que suelen caracterizar los estudios sobre la globalización.

La obra de Busom resuena con el diagnóstico de Amin Maalouf en «El naufragio de las civilizaciones«, donde el escritor franco-libanés también advierte sobre un «naufragio inminente» de nuestras civilizaciones. Maalouf identifica como causas de este naufragio «la desconfianza hacia el ‘Otro’, la xenofobia, la intolerancia política y religiosa, el populismo, el individualismo y la insolidaridad del nacionalismo, el racismo…». Ambos autores coinciden en señalar que, paradójicamente, cuando los avances tecnológicos nos ofrecen posibilidades sin precedentes, el mundo parece dirigirse hacia la autodestrucción.

Presentación del libro POSGLOBALISMO de Rais Busom

El dilema energético como fundamento de la crisis

Uno de los aspectos más innovadores del análisis de Busom es su énfasis en el problema energético como fundamento de la crisis actual. El autor plantea un dilema fundamental: «Si extraer un barril de petróleo costara dos barriles, sería económicamente inviable». Esta simple pero profunda observación subraya la dependencia de nuestra civilización de recursos energéticos finitos y cada vez más costosos de extraer.

Este análisis dialoga directamente con la obra de Richard Rhodes, «Energy: A Human History«, quien examina cómo las transiciones energéticas han moldeado profundamente la historia humana. Rhodes muestra cómo el paso de la madera al carbón, y del carbón al petróleo, ha transformado nuestras sociedades, economías y estructuras políticas. Como señala en su libro: «Cada transición energética ha traído consigo no solo nuevas formas de producir y consumir energía, sino también nuevas formas de organizar la sociedad».

Busom, al igual que Rhodes, reconoce que estamos en el umbral de una nueva transición energética que requerirá repensar fundamentalmente nuestros sistemas económicos y sociales. Sin embargo, a diferencia de visiones más optimistas sobre esta transición, Busom advierte sobre los riesgos de que esta crisis energética sea gestionada de forma autoritaria, a través de lo que denomina «totalitarismo monetario».

El poder monetario como eje de dominación

Una de las tesis centrales de «Posglobalismo» es que el verdadero poder en el mundo contemporáneo reside en quien emite la moneda. Busom sostiene que «si la soberanía de una democracia descansa finalmente en el pueblo, es este quien debe tener la capacidad de emitir moneda«. Esta afirmación cuestiona directamente la legitimidad de los sistemas monetarios actuales, donde la emisión de moneda está controlada por instituciones que operan con escasa supervisión democrática.

En su reciente artículo «El rearme monetario europeo«, Busom desarrolla esta idea al analizar las implicaciones del euro digital. Advierte que para el BCE, «el primer objetivo de la implantación del euro digital es gestionar en tiempo real los depósitos de todos los europeos sin la intermediación de la banca comercial». Esto, según el autor, augura «futuras expansiones monetarias y mayor inflación», además de representar una amenaza para la libertad financiera de los ciudadanos.

La preocupación por el control monetario se vincula con una crítica más amplia a las estructuras de poder transnacionales. Busom argumenta que organizaciones como la ONU, la Unión Europea, el Foro de Davos o el FMI funcionan como «estructuras transnacionales no democráticas que dirigen sin votos pero con mucha influencia», configurando un sistema donde el poder real escapa al control democrático.

La nueva división política: globalistas vs. antiglobalistas

Otro aspecto provocador del análisis de Busom es su propuesta de que la principal división política actual no es entre izquierda y derecha, o entre países, sino entre globalistas y antiglobalistas. Esta reconfiguración del mapa político explica, según el autor, alianzas aparentemente contradictorias y la creciente irrelevancia de las categorías políticas tradicionales.

Esta visión encuentra eco en el análisis de Juan Pina en «Adiós al Estado-nación«, quien también identifica una transformación fundamental en las estructuras políticas contemporáneas. Pina argumenta que «el Estado-nación tal como hoy lo conocemos… lleva décadas exhibiendo claros signos de agotamiento» y propone una transición hacia lo que denomina «Estado-empresa», donde los estados compiten entre sí para ofrecer mejores servicios a sus «clientes» (los ciudadanos).

Tanto Busom como Pina coinciden en que las estructuras políticas tradicionales están siendo superadas por nuevas realidades, aunque difieren en sus propuestas alternativas. Mientras Pina aboga por una competencia entre estados que incentive la eficiencia y la innovación, Busom propone una transformación más radical basada en la descentralización y la autodeterminación monetaria.

Alternativas para un futuro posglobalista

Lejos de limitarse a la crítica, «Posglobalismo» propone tres alternativas revolucionarias para el futuro:

1. Autodeterminación monetaria a través de las criptomonedas

Busom propone la autodeterminación monetaria como resistencia contra el totalitarismo monetario. En su visión, las criptomonedas ofrecen una vía para devolver el control monetario a la sociedad, permitiendo un «monetarismo social libre». Esta propuesta se enmarca en lo que el autor denomina «criptoglobalismo», que «ofrece una oportunidad excepcional para probar nuevos sistemas alternativos que operen sin requerir cambios en el actual».

En su artículo sobre el rearme monetario europeo, Busom desarrolla esta idea al afirmar que «la única alternativa al totalitarismo monetario del euro digital es la autodeterminación monetaria de la sociedad, mediante la emisión de criptoactivos como criptomonedas deflacionarias y tokens». Esta visión contrasta con las tendencias actuales hacia monedas digitales centralizadas, que según el autor aumentarían el control estatal sobre las transacciones financieras.

2. Nueva bioeconomía basada en la energía

La segunda propuesta de Busom es el desarrollo de una nueva bioeconomía basada en la energía. El autor propone metodologías innovadoras para contabilizar el dinero basadas en principios energéticos, enfatizando la importancia del desarrollo conjunto de la bioeconomía y la economía monetaria.

Esta propuesta reconoce la centralidad de la energía en la configuración de las estructuras sociales y económicas, un tema que Rhodes explora en profundidad en su obra. Como señala Rhodes: «La energía no es solo un recurso más; es el recurso fundamental que hace posibles todos los demás aspectos de la civilización humana». Busom lleva esta idea un paso más allá al proponer que nuestros sistemas económicos deberían reflejar esta realidad fundamental.

3. Democracia digital descentralizada

La tercera propuesta de Busom es la creación de una democracia digital descentralizada. El autor sugiere que «hay que construir una gobernanza global y democrática, con ayuda de las nuevas tecnologías digitales del consenso y del valor, para resolver los problemas comunes desde la perspectiva cósmica». Esta visión implica utilizar tecnologías como blockchain para crear sistemas de gobernanza más participativos y transparentes.

Esta propuesta dialoga con las ideas de Pina, quien sugiere que «cuanto más se fragmenten los gobiernos -siempre que respeten los principios de la política liberal-, más cerca estaremos del estadio de gobernanza autónoma del individuo». Ambos autores coinciden en la necesidad de descentralizar el poder político, aunque Busom pone mayor énfasis en el potencial de las nuevas tecnologías para facilitar esta transformación.

La encrucijada civilizatoria: destrucción o evolución

Busom plantea una disyuntiva fundamental para la humanidad: «O nos autodestruimos o evolucionamos». Esta formulación dramática subraya la gravedad de la crisis actual y la necesidad de respuestas radicales.

Esta visión resuena con la de Maalouf, quien en «El naufragio de las civilizaciones» también expresa su preocupación por «el porvenir de las nuevas generaciones, que pueda desaparecer lo que ha dado sentido a la aventura humana». Sin embargo, al igual que Busom, Maalouf no se deja llevar por el pesimismo, sino que «hace una llamada lúcida a la responsabilidad colectiva, dejando entreabierta la puerta de la esperanza».

La obra de Busom se posiciona así como un llamado a la resistencia contra la manipulación social y monetaria, citando a Foucault: «donde hay poder, hay resistencia». Este llamado a la acción colectiva contrasta con el individualismo que ambos autores identifican como parte del problema.

Conclusión: Hacia un horizonte posglobalista

«Posglobalismo» se presenta como «un texto fundamental para entender los desafíos de nuestro tiempo y vislumbrar un horizonte posglobalista donde la humanidad pueda prosperar». A través de su análisis multidisciplinar, Busom ofrece no solo un diagnóstico de la crisis actual, sino también un mapa para navegar hacia un futuro más justo y sostenible.

La formación multidisciplinar de Busom en filosofía, administración de empresas e ingeniería de software, junto con su experiencia como docente universitario e investigador, le permite ofrecer una visión única y profunda de los cambios que están transformando nuestra sociedad. Esta perspectiva multidimensional es precisamente lo que hace de «Posglobalismo» una obra relevante para comprender los complejos desafíos del mundo contemporáneo.

En un momento en que las crisis se multiplican y las respuestas tradicionales parecen insuficientes, la obra de Busom nos invita a repensar fundamentalmente nuestros sistemas políticos, económicos y sociales. Como señala Maalouf, «más vale equivocarse en la esperanza que acertar en la desesperación». «Posglobalismo» nos ofrece precisamente eso: una esperanza fundamentada en el análisis riguroso y la imaginación creativa.