Blood in the Machine: The Origins of the Rebellion Against Big Tech de Brian Merchant explora la rebelión de los trabajadores textiles británicos en el siglo XIX contra la mecanización y cómo este movimiento, conocido como Ludismo, se relaciona con las preocupaciones contemporáneas sobre la tecnología y su impacto en la sociedad.

La tesis principal del libro se centra en la idea de que la resistencia contra la tecnología disruptiva y potencialmente dañina no es un fenómeno nuevo, sino una constante histórica que se remonta al menos a la época de la Revolución Industrial. Merchant argumenta que, al igual que los luditas del pasado, las personas hoy en día tienen motivos válidos para cuestionar y resistirse a las formas en que la tecnología puede alterar negativamente nuestras vidas, trabajos y sociedades.

Las ideas principales del libro incluyen:

  • Historia del luddismo: Merchant proporciona un recuento detallado del movimiento luddita, comenzando en Europa alrededor de 1811 como una reacción violenta contra el progreso tecnológico que amenazaba los medios de vida de los trabajadores textiles. Este movimiento es a menudo malinterpretado y simplificado en la narrativa histórica.
  • Relevancia contemporánea: El autor establece paralelismos entre los ludditas históricos y las preocupaciones actuales sobre la tecnología, especialmente en lo que respecta a la automatización y la inteligencia artificial. Merchant sugiere que, al igual que en el pasado, la tecnología de hoy tiene el potencial de desplazar a los trabajadores y alterar las estructuras sociales.
  • Crítica a la narrativa de progreso tecnológico: Merchant cuestiona la narrativa predominante que presenta toda innovación tecnológica como inherentemente positiva. Argumenta que esta visión ignora las consecuencias negativas que la tecnología puede tener en la sociedad, especialmente en términos de desigualdad y desplazamiento laboral.
  • Llamado a la reflexión y acción: El libro insta a los lectores a reflexionar críticamente sobre el impacto de la tecnología en nuestras vidas y a considerar formas de abordar sus efectos negativos. Merchant sugiere que, al igual que los ludditas, las personas hoy en día pueden y deben tomar medidas para asegurar que la tecnología se desarrolle y utilice de manera que beneficie a la sociedad en su conjunto, en lugar de solo a unos pocos.

Blood in the Machine de Brian Merchant presenta una reflexión profunda sobre la relación entre la tecnología y la sociedad, utilizando el movimiento luddita como un espejo para entender las preocupaciones contemporáneas sobre la automatización, la inteligencia artificial y el futuro del trabajo. El libro desafía la percepción de que la resistencia a la tecnología es antiprogresista, argumentando en cambio que es una respuesta comprensible y a menudo necesaria ante los cambios disruptivos.

Luddites Show Us The Politics Of Technology | Brian Merchant | TMR

Ecos de la Revolución Industrial: La tecnología moderna y la reiteración de la explotación laboral

Dos siglos después de que la Primera Revolución Industrial sumiera a los trabajadores en condiciones de explotación extrema dentro de las llamadas «fábricas de sudor», nos encontramos al borde de una repetición histórica. En la actualidad, compañías tecnológicas de gran envergadura como Uber y Amazon están contribuyendo a la degradación del valor de nuestro trabajo y a la disminución de los estándares de vida, una realidad alarmante que Brian Merchant aborda con profundidad.

Merchant establece comparaciones contundentes entre nuestra era y la de los trabajadores ingleses a principios del siglo XIX, quienes se vieron obligados a enfrentarse a propietarios de fábricas inescrupulosos que buscaban reemplazarlos y reducir los costos de producción a través de la automatización.

El autor nos invita a una reflexión profunda: «Imagina dedicar años de tu vida a dominar un oficio complejo que se suponía te garantizaría un buen vivir… solo para descubrir que el acuerdo de repente ya no tiene valor». Haciendo referencia directa a la resistencia, tanto no violenta como destructiva, que los luditas ejercieron contra las máquinas —y, en realidad, contra sus propietarios—, Merchant añade: «Tu confianza en que los sistemas funcionen como deberían estaría tan destrozada como un marco de tejido destruido a martillazos».

Sin embargo, Merchant va más allá y señala: «Quizás ni siquiera necesitas imaginar esto, porque vives en el siglo XXI y has sido testigo de cómo una corporación, plataforma o gerente utiliza la tecnología para reescribir el contrato social que una vez definió tu trabajo«. A través de esta perspectiva, el autor no solo formula una crítica, sino que también promueve una reflexión sobre cómo las dinámicas laborales contemporáneas están siendo influenciadas y transformadas por el avance tecnológico.

Este análisis no solo destaca las preocupaciones actuales sino que también plantea interrogantes críticos sobre el futuro del trabajo y la sociedad en un mundo cada vez más automatizado. Merchant, con su enfoque perspicaz, nos invita a considerar las implicaciones de la tecnología en la vida laboral y a reflexionar sobre cómo podemos moldear un futuro que beneficie a todos, no solo a una élite tecnológica.

Desafiando a los magnates: La lucha histórica y moderna contra la disrupción tecnológica

El libro de Brian Merchant no solo narra la historia de la resistencia ludita, sino que también traza un paralelo con los desafíos contemporáneos que enfrentan los trabajadores ante la disrupción tecnológica. La narrativa histórica poderosa de Merchant se centra en figuras como George Mellor, líder ludita, y Gravener Henson, reformista, quienes se opusieron a capitalistas implacables de la automatización como William Cartwright y William Horsfall. Aunque Mellor fue ahorcado por el asesinato de Horsfall, Merchant lo presenta lejos de ser el villano en este relato.

Cartwright y Horsfall, en colusión con un estado británico egoísta y antidemocrático, ignoraron las leyes y desplegaron fuerza letal para suprimir a los trabajadores y sus familias, cuyos medios de vida estaban en peligro por la automatización de las fábricas. Las peticiones legales de los trabajadores textiles fueron desatendidas por el Parlamento, lo que llevó a la creación del movimiento ludita.

Este movimiento no fue un acto desorganizado de destrucción; los trabajadores tomaron martillos solo contra las máquinas que amenazaban su subsistencia y enviaban a niños a condiciones laborales atroces, evitando la violencia contra las personas hasta que fueron forzados al conflicto por Cartwright, Horsfall y las fuerzas del gobierno.

Merchant argumenta que la disrupción tecnológica no es accidental ni inevitable, sino intencional. En su libro Blood in the Machine, compara a empresarios modernos como el cofundador de Uber, Travis Kalanick, con los industrialistas del pasado, acusándolos de sacrificar los medios de vida por ganancias. Tanto Zuckerberg como Kalanick son vistos como los Cartwrights y Horsfalls de la actualidad, dispuestos a «moverse rápido y romper cosas» o a provocar conflictos porque «la violencia garantiza el éxito«. Según Merchant, no fueron los luditas quienes representaron la verdadera fuerza destructiva, sino los empresarios a los que se resistieron.

«Hace doscientos años, como hoy, empresarios aspirantes y titanes tecnológicos emergentes vieron una oportunidad para desplegar la tecnología para trabajar más barato, más eficientemente y a mayor escala de lo que había sido hecho previamente por trabajadores cualificados. Vieron una oportunidad para la disrupción, y la disrupción era el punto. Sabían que sus máquinas trastornarían comunidades y tradiciones, pero también les harían dinero», escribe Merchant en el capítulo titulado «Dos Siglos de Disrupción«. Esto llevó a los industrialistas tempranos a ignorar regulaciones diseñadas para proteger a las comunidades y a los trabajadores, imponiendo sus tecnologías y estándares de manera autoritaria.

La campaña ludita, en la perspectiva de Merchant, fue «una respuesta lógica» a una forma de progreso tecnológico decididamente antidemocrática, y «el producto de años de agravios acumulados: años pasados viendo a empresarios interrumpir sus medios de vida a través de métodos que en muchos casos eran ilegales, presionando a su gobierno para mantener las leyes […] y viendo a sus líderes políticos no hacer nada«. La obra de Merchant es un llamado a reconocer y cuestionar las dinámicas de poder en la adopción de nuevas tecnologías, tanto en el pasado como en el presente.

La nueva aristocracia tecnológica: ¿Dominación global de las ‘Big tech?»

Brian Merchant sostiene que la historia se está repitiendo. En el capítulo titulado «Fábricas del Miedo», plantea que aún hoy, doscientos años después, nos resistimos a entrar en nuevos sistemas de trabajo subordinado, ya sean fábricas, oficinas o algoritmos de trabajo bajo demanda. Las fábricas textiles originales fueron solo el comienzo de la erosión constante de la dignidad y los estándares de vida de los trabajadores, y Merchant enfatiza a lo largo de su libro que esto no se debe a la tecnología en sí, sino a la forma en que sus propietarios fueron autorizados por el gobierno para aplicarla.

Merchant describe un cambio sísmico similar al surgimiento de la fábrica en tiempos de los luditas, que se está desarrollando nuevamente, pero esta vez involucra un tipo diferente de «molino de trabajos eventuales». Hoy en día, estamos presenciando un cambio de empleos seguros y asalariados, basados en el modelo de oficina influenciado por la fábrica, a trabajos por contrato y eventuales, a menudo orquestados por algoritmos, servicios de IA y compañías de aplicaciones bajo demanda.

El sistema de fábrica del siglo XIX, aunque brutal en su llegada, eventualmente e indirectamente dio lugar a mejores condiciones de trabajo, ya que los sindicatos inspirados por el movimiento ludita se formaron y lucharon por un mejor trato y salarios. Los programas socialistas de reforma y los derechos de los trabajadores que introdujeron probablemente no existirían sin la colectivización forzada de trabajadores que el sistema de fábricas urbanas generó bajo el capitalismo industrial. Lamentablemente, esos avances se están perdiendo y la rueda vuelve a girar a favor de los ricos, o para llamarlos de otra manera, los explotadores.

Merchant argumenta contra los titanes tecnológicos, quienes, según él, están aplicando la innovación de una manera perjudicial para la sociedad, incluso cuando rompen reglas previamente acordadas. Las cinco grandes corporaciones tecnológicas – Google, Microsoft, Amazon, Meta y Apple – con un valor de billones de dólares entre ellas, indudablemente se sitúan en el corazón de este nexo de explotación masiva de trabajadores. O dicho de otra manera, la tecnología, cuando se permite que sea aplicada exclusivamente por los ricos para su propio beneficio, inevitablemente tiende a beneficiarlos a expensas de las clases media y trabajadora.

Estas tecnologías están proporcionando nuevamente a ciertos empresarios y ejecutivos excusas para pisotear regulaciones y protecciones laborales, para cambiar suposiciones sobre lo que es o debería ser el trabajo, y para disminuir salarios y degradar condiciones de trabajo, escribe Merchant. Los trabajadores del siglo XXI se resisten: los conductores de entrega de Amazon y los trabajadores de almacén están cansados de la intensa vigilancia y las cuotas de productividad. Los trabajadores remotos deben iniciar sesión en software de seguimiento cada vez más intrusivo (ver La peor versión del capitalismo: el Capitalismo de la Vigilancia). Los trabajadores de aplicaciones de transporte se quejan de los salarios decrecientes, algoritmos impredecibles y sistemas de RR.HH. automatizados.

Merchant pone en su punto de mira a las aplicaciones de Uber y Lyft que han dejado sin trabajo a taxistas en ciudades de todo el mundo, añadiendo que para aquellos cuyos medios de vida y trabajo se han trasladado a una plataforma de trabajo eventual, la pérdida de salario y la indignidad pueden ser devastadoras.

El modelo de trabajo eventual basado en algoritmos es la siguiente etapa en la evolución de la fábrica, un modo de control sobre los trabajadores que se extiende más allá de la producción en masa y es superior en todos los sentidos, concluye. Esto explica por qué Amazon, el segundo mayor empleador en Estados Unidos, ha adoptado tal modelo, con su programa Flex similar a Uber para conductores de entrega y sistemas de contratación y RR.HH. completamente automatizados. Las plataformas de aplicaciones de trabajo eventual y la gestión algorítmica buscan reducir o eliminar la necesidad de gerentes intermedios o departamentos de RR.HH., al menos para los ‘contratistas independientes’ de clase trabajadora que constituyen la mayor parte de la fuerza laboral de una empresa.

«El modelo de trabajo eventual basado en algoritmos es la siguiente etapa en la evolución de la fábrica, un modo de control sobre los trabajadores que se extiende más allá de la producción en masa.» Con esta afirmación, Merchant sugiere que los nuevos jefes, aunque parecidos a los antiguos, no son exactamente iguales: las grandes firmas tecnológicas de hoy potencialmente tienen mucho más poder para explotar, argumenta.

Renacimiento ludita: La nueva unión de trabajadores en la era digital

A pesar de los desafíos, emerge una luz de esperanza al final del túnel. Inspirados por los luditas, cuyo movimiento alcanzó su apogeo entre 1811 y 1813 antes de ser sofocado por el estado británico, los trabajadores modernos de la economía gig han logrado ciertos éxitos al unirse contra los gigantes tecnológicos explotadores.

Brian Merchant, en los capítulos finales de su libro, «El Ascenso de los Trabajadores Gig» y «Los Nuevos Luditas», narra la resistencia de los taxistas en California contra Uber y Lyft. Estos trabajadores se opusieron con éxito a la Propuesta 22, que habría impedido que los conductores de aplicaciones de transporte fueran clasificados como empleados, negándoles beneficios y el derecho a sindicalizarse.

Esta lucha en la América del siglo XXI refleja la resistencia de los trabajadores en la Inglaterra del siglo XIX. A pesar de las barreras para formar sindicatos y proteger sus derechos, bienestar y medios de vida, los taxistas se mantuvieron firmes en su lucha.

Merchant sugiere que la formación de comunidades de trabajadores más fuertes y unidas puede llevar tiempo, pero es esencial para la acción colectiva. A pesar de enfrentarse a restricciones punitivas como la Prop 22, los trabajadores están comenzando a movilizarse en plataformas digitales como Reddit y Signal.

Curiosamente, Merchant señala cómo los luditas utilizaron las herramientas de sus opresores en su contra, citando el ejemplo de Enoch Taylor, cuyos martillos, fabricados para destruir los telares automatizados, simbolizan la ironía de la resistencia. De manera similar, los «nuevos luditas» están utilizando plataformas tecnológicas para organizarse y, con suerte, forjar un movimiento laboral capaz de enfrentarse al capitalismo rentista de alta tecnología.

La organización en el siglo XXI se lleva a cabo en llamadas de Zoom, foros de Reddit, chats de Signal y mensajes de texto grupales, adaptando las tácticas de resistencia a las herramientas modernas. Merchant reflexiona sobre la posibilidad de un resurgimiento de la resistencia al estilo ludita si las presiones sobre los trabajadores basados en aplicaciones continúan aumentando, destacando la importancia de la solidaridad y la acción colectiva en la lucha contra la explotación en la era digital.

Merchant concluye con una reflexión sobre el potencial de un levantamiento al estilo ludita en respuesta a la continua presión de empresas como Uber, la inacción gubernamental y el fracaso de las partes involucradas en abordar las crecientes dificultades. Este llamado a la acción resalta la importancia de la unión y la resistencia colectiva en la era de la economía gig y el capitalismo tecnológico.

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