Una de las motivaciones más poderosas para pensar y “acordarnos” de la identidad digital, son las profesionales. La necesidad de definir y gestionar la forma de cómo quiero ser percibido por un futuro cliente, un empleador o mi nueva jefa.

Por tanto, se cumple escrupulosamente la conexión de la identidad digital (Lo que yo digo de mí + las interacciones con los demás) con la marca personal (la respuesta emocional a la imagen o al nombre de una persona determinada). Y se demuestra, una vez más, que la conexión entre identidad digital y marca personal, se produce cuando debemos alinear  nuestros valores y objetivos profesionales.

Construir una “diferenciación” es una de las claves en cualquier estrategia de marca personal. Algo que muchos incumplen sistemáticamente. Hay una fuerte tentación a copiar miméticamente a nuestros referentes (todos tenemos referentes) en lugar de construir nuestro propio espacio y ser nosotros mismos.

La identidad digital y la marca personal son conceptos dinámicos. Evolucionan con rapidez y hay que ser conscientes con el momento vital en que se encuentra tu marca personal. Uno de los primeros errores es no ser coherentes con ello. No es una cuestión de edad, es una cuestión de reconocer en qué fase estás y que tu estrategia esté bien enfocada.

A continuación describo algunos perfiles habituales a partir de los cuáles se debería construir una estrategia de diferenciación y visibilidad. No son perfiles absolutos, es decir, puedes tener parte en varios de ellos… pero recuerda, el primer paso para una estrategia exitosa es ser consciente del momento

  • Aprendiz: En búsqueda del primer trabajo o tratando de conseguir empleo “de lo mío”
  • Por desarrollar: Dando sus primeros pasos. Necesidad de imprimir ritmo sin perder de vista la dirección.
  • Reinventando: Está en transición. Después de darse cuenta que la que era su profesión…
  • Desdoblada: Por alguna razón (habitualmente contractual) no puede desarrollar su identidad digital. Situación de riesgo a futuro.
  • Expansiva: Profesional que ha alcanzado un buen nivel de conocimiento / notoriedad. Necesidad de consolidar
  • Veterano: Todas las marcas personales van asociadas a un momento determinado. No se puede estar siempre en el “candelero” y mucho menos de la misma forma. Hay que evolucionar y adaptarse.
  • Casi-celebrity: Casi está en la cresta de la ola.
  • Ya soy famoso: Lo ha conseguido, lo difícil es desarrollarla para seguir creciendo… o mantenerse.
  • Analógico: No está porque no sabe que es importante o porque no tiene ni idea por dónde empezar. Otra excusa habitual es “no tener tiempo”.
  • Escéptico digital: No es que no lo sepa, es que está convencido que no es necesario para su persona. Se mueve en círculos en los que lo digital no es relevante. Se consideran la élite.
  • Neo-ludita: No está por convicción. Quiere salvaguardar su privacidad. La atormenta rellenar un formulario digital.

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