La idea principal de Piensa como un freak es animar a las personas a pensar de manera innovadora y desafiar la sabiduría convencional. Los autores, Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, proponen un enfoque que fomenta la aceptación de la incertidumbre y la apertura a ideas no tradicionales.

El libro sugiere que, en lugar de seguir las normas aceptadas y los supuestos habituales, las personas deberían cuestionarlos y buscar el significado más profundo detrás de sus decisiones. Esto puede conducir a una mejor toma de decisiones y evitar la complacencia.

Piensa como un freak ofrece consejos para desarrollar habilidades de toma de decisiones más efectivas, aprender a pensar por uno mismo y comprender cómo los procesos de pensamiento propios influyen en las decisiones.

Principales ideas de Piensa como un freak

  • Pensamiento innovador: Cómo desafiar lo convencional puede llevar al éxito
  • La virtud de admitir la ignorancia y el escepticismo ante los expertos
  • Más allá del debate público: Redefinir problemas para encontrar soluciones
  • Innovación en el pensamiento: Clave para desentrañar las verdaderas causas de los problemas
  • Adopta la perspectiva de un niño: Curiosidad y diversión como motores de innovación
  • Incentivos: La brújula del comportamiento humano en la resolución de problemas
  • Desentrañando la naturaleza humana: Cómo los incentivos revelan intenciones ocultas
  • El poder de los incentivos en la modificación del comportamiento humano
  • El arte de la persuasión: Escuchar para ser escuchado
  • Rompiendo moldes: Cómo la flexibilidad y la renuncia contribuyen a la felicidad
Think Like a Freak: Steven D Levitt & Stephen J Dubner Interview | Freakonomics Say Think Different

Pensamiento innovador: Cómo desafiar lo convencional puede llevar al éxito

En el proceso de resolución de problemas, es común que nos guiemos por creencias arraigadas. Sin embargo, estas nociones preconcebidas frecuentemente resultan ser equivocadas.

Consideremos el caso del movimiento de alimentos locales. Aunque prevalece la idea de que consumir productos locales disminuye el impacto ambiental, investigaciones recientes han demostrado que, en realidad, este enfoque puede ser contraproducente. Las pequeñas granjas apoyadas por este movimiento tienden a consumir más energía en la producción, lo que anula los beneficios de reducir el transporte.

Este es el núcleo del pensamiento innovador: fundamentar nuestras creencias y decisiones en evidencia estadística, en lugar de adherirnos ciegamente a la sabiduría popular.

¿Y cómo se aplica este enfoque en la vida diaria? Pensar de manera innovadora puede ser una herramienta poderosa para solucionar problemas.

Por ejemplo, imagina que eres un futbolista enfrentando un penalti decisivo en el Mundial. Si eres diestro, como la mayoría, apuntar hacia la izquierda podría resultar en un disparo más fuerte y preciso. Los porteros, conocedores de esta táctica, tienden a lanzarse hacia el lado izquierdo del lanzador el 57% de las veces y hacia la derecha el 41%.

Sin embargo, lo sorprendente es que los porteros permanecen en el centro de la portería solo el 2% del tiempo, haciendo que un tiro «directo al centro» tenga un 7% más de probabilidades de éxito que un disparo a cualquiera de los extremos.

Aunque adoptar un pensamiento innovador ofrece numerosas ventajas, también puede afectar tu popularidad.

Por ejemplo, solo el 17% de todos los penaltis en el fútbol profesional se dirigen hacia el centro, precisamente porque desafía las convenciones establecidas. Además, si el portero se queda en el centro y detiene el balón sin esfuerzo, el lanzador podría perder el apoyo de sus seguidores.

O imagina la reacción cuando le expliques a un amigo defensor de los alimentos locales que, en realidad, este movimiento podría estar perjudicando al medio ambiente. Este enfoque desafiante y basado en datos puede no ser el más popular, pero es esencial para avanzar hacia soluciones efectivas y sostenibles.

La virtud de admitir la ignorancia y el escepticismo ante los expertos

Admitir que desconocemos algo puede ser un desafío para muchos. En lugar de reconocer nuestra falta de conocimiento, a menudo optamos por proyectar una falsa seguridad y pretendemos comprender temas que en realidad nos son ajenos.

Por ejemplo, en el ámbito de la autoevaluación, es notable que alrededor del 80 por ciento de las personas se consideran conductores «por encima del promedio», una estadística imposible por definición, ya que solo el 49.99 por ciento puede estar realmente por encima de la media.

Además, es común que las personas finjan conocimiento para evitar parecer ignorantes, asintiendo y sonriendo aunque no comprendan, o adoptando opiniones ajenas como propias.

Sin embargo, reconocer lo que no sabemos ofrece beneficios significativos.

Por un lado, puede reforzar nuestra credibilidad. Si te conocen como alguien que admite abiertamente su desconocimiento, es más probable que confíen en tu palabra cuando afirmas tener conocimiento sobre un tema.

Otra ventaja es que, al ser conscientes de nuestras limitaciones, nos abrimos al aprendizaje y, con el tiempo, a la posibilidad de descubrir la verdad.

Los expertos, por su parte, raramente admiten no saber algo y es probable que finjan certeza en situaciones de duda. Por ello, es prudente no confiar ciegamente en su autoridad.

A menudo, nuestras decisiones se basan en las predicciones de expertos, como en la elección de inversiones, pero existen razones para cuestionar esta práctica.

Primero, los expertos pueden tener incentivos para simular conocimiento: aquellos cuyas predicciones audaces resultan acertadas pueden ser alabados por años, mientras que los errores suelen ser rápidamente olvidados.

Segundo, los expertos son notoriamente ineficaces en sus pronósticos. Un estudio calculó que la precisión de las predicciones de los expertos en el mercado de valores era de solo un 47.4 por ciento, una tasa inferior a la que se obtendría al azar, como lanzando una moneda.

Más allá del debate público: Redefinir problemas para encontrar soluciones

Frecuentemente, el enfoque mediático en un solo aspecto de un problema puede sesgar el discurso público y limitar nuestra comprensión de la situación completa. Por ejemplo, en debates sobre la criminalidad que se centran exclusivamente en el origen étnico, se ignoran otros factores relevantes que podrían ofrecer una visión más completa del problema.

Esta tendencia a centrarse en un único punto de vista también se observa en la crisis educativa de Estados Unidos, donde el debate se enfoca en el sistema escolar, las habilidades de los docentes y el tamaño de las clases. Aunque mejorar estos aspectos podría beneficiar el rendimiento estudiantil, estudios sugieren que la influencia de la crianza en el rendimiento escolar es mucho mayor que la de las habilidades docentes.

Por lo tanto, un enfoque más efectivo sería considerar preguntas como: ¿Qué han aprendido los niños de sus padres? ¿Se ha fomentado en ellos el deseo de aprender? Al hacerlo, podemos abordar el problema desde su raíz y encontrar soluciones más efectivas.

Además, es importante no solo mirar más allá del discurso público, sino también estar dispuestos a redefinir el problema en sí.

Un ejemplo de esto es Kobi, un estudiante japonés que sorprendió al mundo al ganar la competencia de comer hotdogs más grande del mundo, estableciendo un nuevo récord. Kobi no se preguntó «¿Cómo puedo comer más?», sino «¿Cómo puedo hacer que los hotdogs sean más fáciles de comer?». Su enfoque innovador, que incluyó técnicas como sumergir los panes en agua y comerlos por separado de las salchichas, fue la clave de su éxito.

Este caso ilustra cómo, al redefinir el problema y abordarlo desde una perspectiva diferente, podemos superar las expectativas y alcanzar resultados extraordinarios.

Innovación en el pensamiento: Clave para desentrañar las verdaderas causas de los problemas

Descubrir la causa raíz de un problema representa siempre un reto considerable. ¿Cuál sería entonces la estrategia más efectiva para abordarlo? Un método particularmente valioso es adoptar un enfoque innovador o pensar «fuera de la caja».

¿En qué consiste exactamente este enfoque? Veamos un ejemplo ilustrativo.

En su renombrado libro «Freakonomics», Levitt y Dubner exploraron las posibles causas detrás de la significativa reducción de la delincuencia violenta desde la década de 1990. Al examinar las estadísticas, identificaron que la influencia de factores como el incremento en la presencia policial era insuficiente para explicar completamente la disminución observada.

Entonces, ¿qué elemento faltaba en el análisis?

De manera fortuita, Levitt recordó un dato sobre el notable aumento en la tasa de abortos tras su legalización a nivel nacional en la década de 1970. Tras un análisis más detallado, descubrió que este hecho estaba relacionado con la caída en la criminalidad. Aunque pueda parecer sorprendente, la explicación es relativamente sencilla: el incremento en los abortos durante esa década resultó en menos nacimientos de niños no deseados, lo que a su vez implicó que menos niños crecieran en entornos adversos que frecuentemente conducen a la criminalidad.

Además de adoptar un pensamiento innovador para identificar la causa raíz de un problema, es crucial no confundir los síntomas con la causa real.

Tomemos, por ejemplo, la cuestión de las causas de la pobreza y el hambre. A simple vista, la respuesta parece evidente: la falta de recursos financieros y alimentos.

No obstante, si esta fuera la explicación completa, ¿por qué persiste el problema a pesar de los esfuerzos continuos de organizaciones de ayuda y gobiernos por proveer recursos y alimentos a las regiones necesitadas? La realidad es que la pobreza y el hambre son manifestaciones de un problema más profundo: la ausencia de una economía funcional y de instituciones políticas, sociales y legales sólidas y confiables.

Adopta la perspectiva de un niño: Curiosidad y diversión como motores de innovación

Pensar como un excéntrico a menudo implica adoptar una perspectiva similar a la de un niño, caracterizada por la curiosidad y la capacidad de asombro ante lo cotidiano.

Considera, por ejemplo, la tarea de un mago profesional al elegir su audiencia. Podría parecer que los niños son más fáciles de impresionar con trucos de magia, pero en realidad representan un desafío mayor.

¿La razón? Los niños, con su innata curiosidad, son más difíciles de engañar. Según el mago profesional Alex Stone, especialista en el arte de la distracción, esto se debe a varios factores.

Uno de ellos es que los adultos tienen la habilidad de enfocar su atención en un solo punto. Aunque esto es crucial para completar tareas, también los hace susceptibles a ser distraídos y, por ende, engañados.

Los niños, en cambio, exploran las ilusiones desde distintos ángulos debido a su curiosidad, lo que les permite percibir detalles esenciales que los adultos suelen ignorar y, así, descubrir el secreto detrás del truco.

La actitud lúdica y la disposición a cuestionar lo aparentemente obvio son comportamientos asociados con la infancia que resultan valiosos a cualquier edad.

¿Cuál es la importancia de esto?

Primero, disfrutar de lo que haces incrementa tu deseo de seguir haciéndolo. La investigación indica que el compromiso y la pasión por tus actividades son los mejores predictores del éxito a largo plazo.

Segundo, enfrentar lo evidente con preguntas que otros no se plantean puede conducir a descubrimientos reveladores.

Un ejemplo de esto es el vínculo entre la legalización del aborto y la disminución de la delincuencia violenta en los años noventa, una correlación que emergió al observar el significativo aumento en la tasa de abortos tras su legalización en la década de 1970.

Mientras que muchos consideran el aborto exclusivamente desde perspectivas políticas o morales, una mente que conserva la curiosidad infantil podría mirar ese incremento estadístico y preguntarse: «Es un aumento considerable. Seguramente ha tenido repercusiones en otros aspectos sociales».

Incentivos: La brújula del comportamiento humano en la resolución de problemas

Entender cómo los incentivos moldean nuestras acciones es fundamental para desentrañar problemas y hallar soluciones.

El psicólogo Robert Cialdini condujo un experimento para identificar cuál era el incentivo más poderoso para motivar a las personas a ahorrar energía (ver Psicología de la persuasión: ‘Influencia’ de Cialdini). Los participantes debían evaluar la influencia de cuatro factores distintos en su decisión de conservar energía.

Cialdini encontró que el factor más determinante era la protección ambiental, seguido por los beneficios para la sociedad y el ahorro de dinero. El menos influyente resultó ser el comportamiento de otras personas.

Sin embargo, ¿cómo funcionan estos incentivos en la práctica?

El equipo de Cialdini realizó una prueba en un vecindario de California, distribuyendo carteles que promovían el ahorro de energía. Había cinco versiones, cada una con un titular que reflejaba uno de los cuatro incentivos estudiados.

Al medir el consumo energético real de las viviendas, los investigadores determinaron cuál cartel era más efectivo.

Contrario a lo esperado, el cartel más persuasivo fue el que apelaba al comportamiento colectivo, el incentivo que había sido considerado el menos importante. Esto demuestra que el factor «lo que otros están haciendo» puede ser el más convincente para promover el ahorro de energía.

¿Qué lección podemos extraer?

Para influir en el comportamiento individual, no es efectivo señalar que «muchas personas están malgastando energía». Eso implica que, si muchos lo hacen, no debe ser tan perjudicial.

Un mensaje de servicio público más persuasivo sería: «La comunidad está comprometida con el ahorro de energía, ¿te unes a nosotros?». Este enfoque positivo y colectivo puede ser más exitoso para inducir cambios de comportamiento.

Desentrañando la naturaleza humana: Cómo los incentivos revelan intenciones ocultas

La capacidad de discernir entre la honestidad y el engaño puede ser afinada comprendiendo cómo diferentes incentivos afectan el comportamiento humano. A través de estrategias específicas, es posible desvelar las verdaderas intenciones de las personas.

Un ejemplo clásico se encuentra en la narrativa bíblica de las dos mujeres que se presentaron ante el rey Salomón. Ambas compartían residencia y habían dado a luz recientemente. Una acusó a la otra de intercambiar los bebés tras la muerte del suyo. Salomón propuso dividir al niño vivo en dos, ofreciendo una mitad a cada madre. La verdadera madre, renunciando a su derecho, prefirió que el niño viviera y fuera entregado a la otra mujer, revelando así su auténtica maternidad.

Este relato ilustra cómo la propuesta de una acción extrema puede desencadenar una respuesta que revela la verdadera naturaleza de una persona.

Un caso moderno de esta dinámica se observa en la banda de rock Van Halen. Famosos por su exigente lista de requerimientos, incluían una peculiar demanda: M&M’s sin ninguno de color marrón. Lejos de ser una mera extravagancia, esta solicitud servía como prueba de atención al detalle. La presencia de M&M’s marrones indicaría una posible negligencia en aspectos más críticos de la producción, como las medidas de seguridad del espectáculo.

Estos ejemplos demuestran que, al entender y manipular los incentivos, es posible inducir comportamientos que revelen las verdaderas intenciones y valores de las personas. Ya sea en contextos históricos o contemporáneos, la observación cuidadosa de las reacciones ante ciertos estímulos puede ofrecer una ventana a la esencia de la naturaleza humana.

El poder de los incentivos en la modificación del comportamiento humano

Comprender la influencia de los incentivos sobre nuestras acciones es crucial para abordar y resolver problemas de manera efectiva.

El psicólogo Robert Cialdini llevó a cabo un experimento para determinar cuál era el incentivo más efectivo para motivar a las personas a ahorrar energía. Los participantes evaluaron la importancia de cuatro factores diferentes en su decisión de conservar energía.

Los resultados de Cialdini revelaron que la protección del medio ambiente era el factor más influyente, seguido por los beneficios para la sociedad y el ahorro económico. Sorprendentemente, el comportamiento de los demás fue considerado el menos significativo.

No obstante, ¿cómo se aplican estos incentivos en situaciones reales?

Para poner a prueba estos hallazgos, el equipo de Cialdini distribuyó carteles en un vecindario de California que promovían el uso de ventiladores en lugar de aire acondicionado para ahorrar energía durante el verano. Se crearon cinco versiones de los carteles, cada una destacando uno de los cuatro incentivos identificados.

Mediante el seguimiento del consumo de energía en las viviendas, los investigadores pudieron determinar cuál de los carteles resultaba más efectivo.

De manera inesperada, el cartel que apelaba al comportamiento colectivo, considerado el menos importante en la encuesta, fue el que tuvo mayor impacto en la promoción del ahorro de energía.

Esta observación nos enseña una valiosa lección:

Para cambiar el comportamiento de una persona, no es eficaz criticar el desperdicio de energía generalizado. Tal enfoque sugiere que, si muchos participan en esta conducta, no puede ser tan negativo.

En cambio, un mensaje de servicio público más convincente sería: «La comunidad está unida en el esfuerzo por ahorrar energía, ¿y tú?». Adoptar una perspectiva positiva y colectiva resulta ser una estrategia más efectiva para fomentar cambios de comportamiento significativos.

El arte de la persuasión: Escuchar para ser escuchado

Desafiar el sentido común de alguien suele llevar a la resistencia. La persuasión es un arte delicado, especialmente porque las personas a menudo descartan hechos que contradicen su visión del mundo.

Tomemos como ejemplo la percepción pública sobre el cambio climático. A pesar del consenso científico sobre sus riesgos, muchos en Estados Unidos no lo consideran una preocupación mayor.

Investigadores del Cultural Cognition Project exploraron si la falta de preocupación se debía a una insuficiente comprensión científica. Sin embargo, su estudio reveló que no había relación directa entre el conocimiento científico y la preocupación por el cambio climático. Curiosamente, las personas con mayor alfabetización científica tendían a adoptar posturas más extremas, ya sea minimizando o exagerando la gravedad del problema.

Este fenómeno podría explicarse por la confianza que da el conocimiento y la experiencia de sentirse «correcto», así como por la habilidad de los más educados para respaldar sus opiniones con evidencia, ignorando argumentos contrarios.

Por lo tanto, incluso con argumentos sólidos y evidencia estadística, la persuasión no es tarea fácil.

Para persuadir efectivamente, es esencial primero captar la atención del interlocutor. Esto implica respetar su perspectiva y luego presentar una narrativa convincente.

Dado que las personas suelen confiar en exceso en sus propias opiniones y desconfiar de las ajenas, es contraproducente presentar tu argumento como infalible. Más bien, es recomendable reconocer los méritos del argumento contrario y explicar cómo, a pesar de ello, has llegado a una conclusión diferente.

Las historias cautivadoras son a menudo el mejor medio para ilustrar tu punto de vista; las narrativas son más difíciles de ignorar y olvidar que los datos abstractos y pueden ser una herramienta poderosa en el proceso de persuasión.

Rompiendo moldes: Cómo la flexibilidad y la renuncia contribuyen a la felicidad

Adoptar un enfoque innovador en la vida no solo facilita la resolución de problemas, sino que también puede ser un camino hacia una mayor felicidad personal.

¿De qué manera?

Los consejos tradicionales, aunque bienintencionados, a menudo resultan ser obstáculos en la búsqueda de la felicidad. Por ello, es beneficioso cuestionar y, en ocasiones, ignorar dichas recomendaciones.

Un ejemplo de consejo erróneo es el mantra «un ganador nunca se rinde, y quien se rinde nunca gana». Este adagio ignora que existen circunstancias en las que rendirse puede ser la decisión más sabia.

La reticencia a rendirse puede tener múltiples causas:

Primero, la presión social nos inculca que rendirse es sinónimo de debilidad.

Segundo, el concepto de costos hundidos nos hace más reacios a abandonar algo en lo que ya hemos invertido tiempo, dinero o esfuerzo, como se evidenció en el caso del Concorde. A pesar de ser un proyecto inviable económicamente, se continuó adelante debido a las grandes inversiones previas, lo que resultó en pérdidas aún mayores.

Tercero, solemos ignorar los costos de oportunidad, olvidando que al dedicarnos a una actividad, estamos renunciando a la posibilidad de emprender otras.

Liberarse de la sabiduría convencional y reconocer cuándo es apropiado rendirse puede abrirnos las puertas a una vida más plena y feliz.

Los autores del estudio sobre la felicidad establecieron un sitio web donde las personas podían lanzar una moneda virtual para tomar decisiones difíciles. Con el tiempo, se descubrió que quienes optaron por rendirse en ciertas áreas clave, como terminar una relación o dejar un empleo, reportaron niveles más altos de felicidad.

Esto no sugiere que debamos renunciar con frecuencia, sino que no debemos temer a la renuncia como una opción válida. A veces, dejar ir es precisamente lo que necesitamos para avanzar y mejorar nuestra calidad de vida.

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