Entre las amenazas de la «zona gris» en el espacio se encuentran los ciberataques contra servicios espaciales, el ataque a capacidades espaciales comerciales durante conflictos y la realización de operaciones de proximidad para coaccionar potencialmente a otros, escribe John J. Klein en Fight for the Final Frontier: Irregular Warfare in Space.

La guerra espacial ya está aquí

Desde su creación hace casi cuatro años, la Fuerza Espacial de los Estados Unidos ha luchado por definir su misión y comunicar su propósito al público estadounidense. Esto se debe más a la falta de aprecio del público por la ubicuidad del espacio en su vida diaria y, al mismo tiempo, al hecho de que el espacio es y ha sido considerado como un “dominio de guerra”, más que a la incapacidad del servicio para comunicarse con el público… Sin embargo, la guerra espacial ya está aquí y no es Star Wars. 

Guerra irregular desde siempre

La guerra irregular ha sido una constante a lo largo de la historia, utilizada por líderes nacionales y militares para alcanzar objetivos políticos fuera de los grandes conflictos convencionales. Esta forma de guerra, además, se elige tanto por necesidad como por estrategia.

En el ámbito espacial, las acciones irregulares son recurrentes y ya forman parte de la rutina. Tanto la Fuerza Espacial de Estados Unidos como el Comando Espacial deben estar alerta ante las tácticas irregulares de países como Rusia y China. Es crucial actualizar estrategias, planes y realizar inversiones en capacidades espaciales para mantener la superioridad de Estados Unidos y contrarrestar los métodos de sus competidores.

Fight for the Final Frontier

Identificar amenazas

Sin embargo, para desarrollar las contramedidas adecuadas, es fundamental identificar plenamente las amenazas. Aunque los funcionarios estadounidenses están conscientes de estas amenazas, es necesario profundizar en su comprensión y respuesta. El general John Raymond, primer jefe de operaciones espaciales de la Fuerza Espacial de EE. UU., ha destacado la creación y explotación de ‘zonas grises’ (ver Desafiando la zona gris: ‘The Defender’s Dilemma’ de Braw) por parte de los adversarios, donde buscan sus objetivos políticos sin desencadenar un conflicto directo, aprovechando las ventajas militares de EE. UU.

Entre las amenazas de «zona gris» se incluyen los ciberataques a servicios espaciales, el sabotaje de capacidades espaciales durante conflictos y operaciones de proximidad para coaccionar a otros. Estas acciones provocativas, aunque no constituyen uso directo de la fuerza militar regular, tienen un impacto significativo en el campo de batalla durante un conflicto armado.

El ciberataque a Viasat es el precedente

El ciberataque a la empresa de satélites estadounidense Viasat antes de la invasión rusa de Ucrania es un ejemplo tangible de guerra irregular contra infraestructuras espaciales. Este ataque, perpetrado por piratas informáticos rusos, resultó en una pérdida de comunicación crucial para el ejército ucraniano, que dependía de los servicios satelitales de Viasat para el mando y control de sus fuerzas.

El teniente general Stephen Whiting, comandante actual del Comando de Operaciones Espaciales, ha resaltado la vulnerabilidad del ciberespacio en nuestras redes espaciales globales. Existe la preocupación de que los ciberataques puedan neutralizar las ventajas militares en las capacidades espaciales de manera indirecta.

Starlink se involucra en la guerra de Ucrania

El caso Viasat ofrece un segundo ejemplo significativo del papel de las empresas espaciales comerciales y el uso de representantes durante conflictos, una característica común de la guerra irregular a lo largo de la historia. En mayo de 2022, Rusia bloqueó las señales de comunicaciones de Internet de banda ancha de SpaceX, provenientes de su constelación Starlink, que brinda servicios en la región de Ucrania. Elon Musk, fundador y director ejecutivo de SpaceX, declaró en Twitter que la red Starlink «ha resistido hasta ahora los intentos de piratería e interferencia de la ciberguerra rusa, pero están intensificando sus esfuerzos». Los líderes militares rusos consideran que los servicios comerciales de Starlink son capacidades importantes utilizadas por las fuerzas ucranianas, que deben ser negadas.

Al señalar la importancia de las capacidades comerciales y el éxito de Starlink para resistir las interferencias en las comunicaciones, el general David Thompson, subjefe de operaciones espaciales de la Fuerza Espacial, observó: «Es posible que puedas negar una parte, pero no puedes eliminar la capacidad a gran escala». Para Thompson, la resiliencia demostrada por la constelación comercial de Starlink en Ucrania contra la interferencia rusa valida la estrategia de la Fuerza Espacial de utilizar una arquitectura distribuida y proliferada para las comunicaciones espaciales.

Trazando la Frontera Espacial: La amenaza ‘de Ritmo’ de China y la Guerra Irregular en el Espacio

En cuanto a las operaciones de proximidad, dejemos a Rusia atrás y centrémonos en lo que la administración Biden llama la amenaza «de ritmo» de Estados Unidos: China. Beijing ha mostrado sofisticadas operaciones de encuentro y proximidad (RPO) y capacidades de inspección en los últimos años, lo que ha llamado la atención de la comunidad espacial de seguridad nacional. Por ejemplo, en 2018, el satélite Shijian-17 (SJ-17) de China realizó actividades en órbita con otras naves espaciales chinas cooperativas en órbita geoestacionaria (GEO). Un informe de evaluación de amenazas espaciales del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales señala que «China no es un novato en la realización de RPO en GEO». El SJ-17 tiene un historial documentado de actividades RPO con otros satélites chinos en GEO, y en una declaración ante el Comité de Servicios Armados del Senado, el general James Dickinson, jefe del Comando Espacial, declaró que el SJ-17 tenía un brazo robótico a bordo, información que no se había divulgado anteriormente.

Al igual que en los ámbitos terrestre, marítimo y aéreo, las operaciones de proximidad en el espacio pueden ayudar a lograr objetivos políticos o militares distintos del uso real de la fuerza o un ataque armado. El movimiento transparente y públicamente conocido de satélites y sistemas espaciales en las proximidades de la nave espacial de un rival puede transmitir una amenaza implícita o explícita de alguna posible acción perjudicial, intimidando o coaccionando así a un competidor a decidir a favor de algo que no es lo mejor para él.

La guerra irregular en el ámbito espacial está determinada por la naturaleza fundamental de toda guerra, junto con la unidad esencial de toda experiencia estratégica. Por lo tanto, podemos recurrir a siglos (si no milenios) de experiencia histórica para reflexionar sobre la guerra irregular y la competencia en el espacio, además de ofrecer métodos preferidos para contrarrestar los esfuerzos irregulares de los rivales estadounidenses.

Al arrojar luz sobre el pasado y situar las actividades espaciales actuales en la perspectiva adecuada, los formuladores de políticas y los líderes militares pueden comprender mejor el futuro de la guerra irregular y la competencia en el espacio. El valor de utilizar un marco irregular para reflexionar sobre las preocupaciones existentes en materia de seguridad espacial radica en que la experiencia histórica y la comprensión estratégica pueden proporcionar soluciones a problemas conocidos, así como ideas sobre las soluciones a problemas aún no descubiertos.

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