Cuando la información meteorológica pronostica precipitaciones de nieve, de moderadas a fuertes, en cotas bajas del litoral mediterráneo, se sabe que habrá lío. Y si además se trata de una zona metropolitana, en día laboral, el caos está garantizado.

Lo que debería hacer la Administración es informar, prevenir, arreglar las líneas eléctricas o las catenarias tercermundistas para que no fallen los servicios elementales. Y por supuesto, pedir a la población que si no es imprescindible que no se mueva de casa. Aunque tiene que quedar claro que en día laborable la gente no se lanza a la carretera por placer, ni coge los trenes para hacer turismo. Lo hace para ir a trabajar, a estudiar o cumplir con sus obligaciones.

En cambio no es admisible que la información puntual falle o brille por su ausencia. Que no sepas si una línea de Ferrocarriles de la Generalitat funciona o no, porque la web está caída y las líneas telefónicas colapsadas. O que la web de TMB (Transports Metropolitant de Barcelona) funcione como si la situación de emergencia no fuera con ella.

Afortunadamente a alguien de Protección Civil de Catalunya se le ocurrió abrir un usuario de twitter (@emergenciescat) cuando ya llevábamos unas horas en medio del caos. Respiremos tranquilos, son lentos pero hay vida inteligente. Otra vez más, Twitter fue el canal más eficaz para compartir mejor y más rápido la info sobre la situación minuto a minuto. Sólo había que ver el hastag #neucat.

A los ciudadanos, además de votar, cumplir las leyes y pagar nuestros impuestos, se nos pide paciencia en estas situaciones de emergencia. La tenemos, pero como ciudadano necesito saber si para moverme o regresar a casa, funcionan los transportes públicos, si las carreteras están cortadas, si necesitaré cadenas o si los trenes sufren retrasos de media hora o de tres horas.

La nevada estaba prevista y quiero suponer que nuestra extensa nómina de funcionarios, habían tenido tiempo suficiente de tomar medidas. Es su trabajo y cobran por ello. No hay excusas. Los precedentes históricos, sirven para algo, también para tener un completo protocolo para caso de emergencias. Y para aplicarlo con criterio, claro.

Puestos a pedir, supongo que lo que debería venir de serie, con el político de turno, es decir la verdad. O si lo prefieres, no mentir. Sin ir más lejos Joan Boada, secretario general de Interior, decía con convencimiento, en rueda de prensa retransmitida en directo por el canal 3/24 “que no había nadie atrapado en un ningún tren”… cuando diez minutos después, una ciudadana angustiada, llamaba a la presentadora del programa en directo, lamentándose que llevaba cinco horas encerrada en un tren a la altura de Sant Martí de Centelles… Ridículo mediático en todo su esplendor (y merecido) del Sr.Boada. Luego también se supo de otros casos en la mismísima área metropolitana de Barcelona (Les Planes). Glorioso. Boada había conseguido situarse al mismo nivel de meritorio esperpento que su jefe Saura, que ya es decir.

Montilla luego calificaría el temporal de «situación sin precedentes«. Los ha habido peores, pero ni eso justifica su falta de previsión, su descoordinación o las meteduras de pata, auténtica divisa del insufrible Tripartito 2ª edición. Resulta casi patético que Montilla señalara que era una «prioridad» rescatar a las personas atrapadas en los trenes y en las carreteras, cuando los cabecillas de la Conselleria de Interior soltaban una “mentira oficial” (¿otra?) para pasar de puntillas por el tema… De tan obvio, ofende al sentido común.

Ya puestos, también sería cuestión de preguntar a la empresa concesionaria de la AP-7 por qué dejaba entrar a tantos coches en una ratonera o por qué no hacía un mantenimiento adecuado en una vía… de peaje.

Pero seamos buenos ciudadanos. Estemos tranquilos y seamos pacientes. Tan acostumbrados estamos, que ya ni nos sorprendemos. Esperábamos un servicio público normal, medianamente eficiente y nos han chuleado una vez más. Hasta la próxima.

Con todo esto, acabo pensando que los JJOO de invierno del 2022 en Barcelona son una mala idea, no por temor a la escasez de nieve, sino por pánico a la abundancia de políticos, nada creíbles e incapaces, que lo querrán liderar.

Es una gozada tener políticos tan mediocres, jugando alegremente con el dinero ajeno. Sólo faltaban las proclamas populistas de ZP con su “gracias a la subida del IVA se podrá pagar el paro a 500.000 personas”. Por favor, que siga nevando, que así me quedaré cómodamente en casa. Eso sí, le pediré al camarada ZP que, de paso, suba un puntito más el IVA y que pague también mi paro, así, con afecto y generosidad. Que siempre quedarán primos que saldrán a trabajar, aunque esté nevando.

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