Ayer tuve un agradable almuerzo con un amigo quién, después de un periodo sabático, ha decidido volver al mundo productivo, como él mismo citaba.

Mi amigo ha sido emprendedor pero ha sufrido bastante, –mucho- diría yo. El tema es que ahora quiere reincorporarse al mercado, pero quiere hacerlo con un salario de rango alto. O muy alto según mi modo de ver.

Estuvimos conversando sobre qué empresas pueden pagar sueldos homologables a empresas no interneteras. Ahí está el meollo de la cuestión. Creo que salvo los servicios profesionales a empresas (consultoría, agencias,…), banca online o en grandes empresas de Internet muy consolidadas (p.e. viajes) es complicado encontrar sueldos altos (superiores a 60 mil € brutos al año).

Tampoco creo que sea una cuestión de coyuntura económica. Aunque si las condiciones económicas siguen empeorando, tarde o temprano llegarán también a afectar.
No dispongo de ningún termómetro especial para saberlo, pero diría que la industria digital está mejor preparada que la mayoría de los sectores. A su favor está que o bien ya han purgado los excesos del pasado o simplemente han nacido en condiciones de economía de guerra. Eso curte.

Hablando de casos concretos, sigo insistiendo que no se encuentra gente cualificada y que no conozco a nadie con “perfil Internet” mínimamente cualificado que esté en el paro (aprovecho para decir que en Nikodemo estamos buscando un perfil de webmaster).

No hay manera. El mercado sigue demandando mano de obra (cualificada), no se cubre la oferta pero se siguen pagando sueldos comparativamente más bajos que en otras industrias…

Seguramente el error es de partida. Porque nos obstinamos en medir la política salarial de empresas de Internet con criterios de empresas más convencionales (diferente tamaño, etc.). Además de esas diferencias fundamentales, hay otras de substanciales respecto al resto. Los sueldos son bajos pero en muchos casos las retribuciones van mucho más allá del sueldo, en forma de acciones de la compañía…

Otra cosa es instalarse en esa cultura (peligrosa) de sueldos bajos. Un rasgo que no evoluciona con la empresa. Que se incrusta en la cultura del emprendedor y que permanece inalterable una vez éste, se ha transformado en empresario.

Cuando la situación de la compañía es la adecuada (término también relativo), no es fácil ni obvio identificar el momento preciso en el que el emprendedor -ahora ya empresario- tiene que entender y aceptar, que para atraer a determinado talento y perfil, hay que pagar sueldos de mercado. Eso no siempre se encaja fácilmente y cuando hay más de un socio empleado, menos.

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