El reputation guard (o guardián de reputación) será la persona que cuidará que tu imagen personal tenga el perfil, el recorrido, la homogeneidad, la consistencia y la visibilidad adecuada en la Red. Y a través del tiempo.

Quizás se convierta en una práctica tan usual como tener un médico o un abogado de cabecera.

¿Cómo? Lo hará aplicando técnicas de comunicación tradicional y de marketing online. La marca será el individuo, tú mismo.

No es una tarea fácil ni evidente. No se trata de crear un avatar, ni de hacer un blog, ni posicionarse en buscadores, o hacer networking. Es mucho más que todo eso.

La Red es cada vez más ubicua, donde la transparencia y la honestidad tienen que estar fuera de cualquier duda. Aplica aquello de “aunque la mona se vista de seda…” no se puede mentir ni falsear la realidad. No vale cualquier cosa, tampoco hay atajos.

Conseguir una reputación distribuida adecuada (donde ni la empresa ni la persona tienen monopolio de la información sobre si mismos), es un largo y laborioso proceso que no debería diferir demasiado de la definición y estrategia de posicionamiento de cualquier marca. Ojalá dispusiéramos de los mapas de posicionamiento perceptual de nuestra marca personal…

Cuestiones de ego aparte, estamos ante una tarea compleja. Mucho más que una marca convencional. Conocerse uno mismo y alinear qué somos, cómo creemos que nos perciben y cómo nos gustaría ser percibidos. Todo esto en un calendario, en forma de hoja de ruta. Seamos sensatos, necesitaremos la objetividad y la técnica de un profesional.

El reputation guard nos tiene que ayudar a definir lo mejor de nosotros mismos, nuestra propia propuesta de valor. Entender en qué mercado se quiere y puede competir. Alguien que nos ayude a identificar una posición óptima a partir de la propia realidad individual y de las oportunidades del mercado. Un objetivo de posicionamiento realista.

Alguien capaz de hacer un seguimiento racional y objetivo a través del tiempo, más allá de nuestros biorritmos.

Sólo lo veo factible con profesionales del marketing y la comunicación, con un profundo conocimiento de la Red y de las técnicas de marketing online y –muy importante- con grandes dotes de psicología (o cómo decir al cliente las cosas por su nombre).

Si a la agencia de publicidad y marketing se le exige se exige profesionalidad, eficacia, credibilidad, proximidad, honestidad, más aún a tu reputation guard.

El futuro se presenta tremendamente apasionante. Con una Red en expansión, cada vez más ubicua, más híbrida y más 24/7. Podemos escoger que trabaje para nosotros…o contra nosotros. Nuestra reputación digital no puede ser cuestión confiable al azar. Hay oportunidades y amenazas. Tú decides.

La cuestión no es ¿Yo también? Las preguntas correctas son ¿Cuándo empiezo? ¿Cuánto podría costarme? ¿Conoces a alguien…?

Post relacionados: