Cada año cuando se acercan las vacaciones tengo el mismo “problema”. ¿Cuántos libros me llevo? No solo es cuestión de peso y volumen, también de acertar con la elección o no. Y cada año por esta misma época, suelo hacerme la misma pregunta ¿cuándo me pasaré a los ebooks?

Reconozco que no es mi primer intento. De hecho, es el tercero. Desde mi primer modelo Papyre 6.1 de Grammata, ha llovido mucho. Unos ocho años. No cuento el iPad porque para mi nunca fue una opción cómoda.

Empecemos por mi perfil de lector. Me decanto claramente más hacia la no-ficción que la ficción. Aproximadamente la relación media es unos quince libros/año de no-ficción y unos tres de ficción. También soy de los que tiene la mesita de noche atiborrada de libros, que puedo leer varios simultáneamente, siempre con lápiz y post-its a mano, que los abandono sin remordimientos y después los recupero (o no).

¿Las razones para pasarme al ebook? ¿El para qué? empiezo a considerar lo del minimalismo vital, para tener menos en propiedad y poder centrarme en lo que realmente importa. Y algo menos trascendental: porque quiero (necesito) leer más ficción, con el único propósito de pasarlo bien y relajarme.

A continuación, os cuento mi experiencia, las decisiones y algunas sensaciones.

Primero, el dispositivo:

  • Requerimientos: baja inversión (después de mis experiencias fallidas, tampoco se trataba de hacer la gran inversión), ligero y ergonómico, pantalla y resolución (pantalla táctil de 6’’, tinta digital), memoria ampliable con tarjeta SD, Wifi y batería digna, y sin obligaciones de sistemas propietarios. Además de los extras como de subrayados y marcadores, time to read, navegación web o diccionario integrado. Sin olvidar los formatos compatibles*
  • Opciones eReaders: de entrada, no me gustan las imposiciones (dispositivo + servicio de suscripción). Por “ideología” descarto el Kindle de Amazon, siendo las opciones que consideré seriamente: Tagus (compatible para audiolibros), Energy eReader Pro (lleva sistema Android que permite instalar fácilmente aplicaciones) y BQ Cervantes 4
  • Mi elección: finalmente me decanté por el Cervantes 4 por mejor tecnología (luz adaptativa en pantalla) a igualdad de precio por 139€

Segundo, suscripción ¿sí o no?

  • Llegamos a la madre del cordero. Ya adelanto que puedes sobrevivir sin sistema de suscripción. El dilema está claro. La primera es si hay alternativas sin pasar por caja. Las hay. Puedes conseguir (legalmente) mucha bibliografía gratuita o buscar alguna de las bibliotecas con sistema de préstamo de libro. ¿De pago? Por supuesto. Puedes pasar por caja en cada ebook que quieres leer o suscribirte a alguno de los servicios existentes.
  • Las opciones de suscripción: Esto es como suscribirse a Netflix, HBO, Filmin, etc o dedicarse a “buscar” por la red tus series preferidas. Estas plataformas no tienen todos los libros, pero su oferta no te la acabas nunca. Pagas para acceder a lectura del ebook, no para quedártelo. Muy importante que no tengan compromiso de permanencia ¿Opciones? Hay muchas referencias (ver 7 plataformas de lectura digital por suscripción para devorar libros electrónicos) como por ejemplo: Kindle Unlimited, Nubico (de Telefónica y Círculo Lectores/Planeta), Tagus (Casa del Libro/Planeta), Kobo (Rakuten), 24symbols, Skoobe, Scribd, Nube de Libros,..
  • Mi elección (de momento): Nubico por 8,99€/mes. Respecto a su oferta, es amplia. No obstante, diría que hay un sesgo hacia lectura con perfil femenino/joven. Algo nada casual porque coincide con el perfil característico de lector/a de libros en tiempo libre en formato digital: más femenino, joven y con mejor nivel formativo (Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2017)
  • Mis sensaciones: a estas alturas uno cree que la publicación en formato digital tendría que ser paralela al papel. Pues no. Cuesta creer que se publique tan poco libro digital en castellano, quizás debido a su -todavía- baja cuota del mercado digital en España, representando un 11% aproximadamente.

¿Razones para pasarse a libro digital?

  • Ocupar menos espacio, menos peso
  • Más ergonomía. Adaptas la experiencia de lectura a tu gusto (luz, tipo de letra, tamaño). Si intentas leer un libro de 1000 páginas o una edición de bolsillo, lo entenderás.
  • Más económico que el papel (entre un 30% y 60% más barato) aunque los lectores digitales tenemos que seguir pagando un 21% de IVA mientras que el mismo libro en papel tributa al 4%.
  • Más ecológico
  • Préstamo de Ebooks en bibliotecas (proyecto eBiblio)
  • Leer en idiomas que no domino, con diccionarios incorporados

¿Y después qué?

Evidentemente que no voy a abandonar el libro de papel, pero es la primera etapa del ‘plan minimalista’. El siguiente será reducir el número de libros que almacenamos en casa, la mayoría de los cuáles no voy a releer, para darles una nueva vida. Seguiremos.

(*) Sobre la amenaza de los formatos: Aunque tu lector de ebooks soporte varios tipos de formatos, existe un programa denominado Calibre con el cual puedes convertir casi cualquier formato a uno de los que tu dispositivo pueda leer. He trasteado con un formato Kindle (para pasarlo a epub) y no ha sido complicado.

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