Impresora-3d-Torre-EiffelLas impresoras 3D han estado con nosotros durante los últimos treinta años. No son nada nuevo. Lo que sí es nuevo son su precio, los diferentes software que las hacen más fáciles de usar y el enorme potencial que suponen miles de millones de usuarios consumiendo, produciendo, compartiendo y colaborando.

El goteo de nuevas aplicaciones de la impresión 3D no para de crecer. Natural Machines, una startup de Barcelona, que ya comercializa la primera impresora 3D de comida. Se imprimen casas en Shanghai reciclando materiales de la construcción. La tecnología 3D también genera todo tipo de piezas para el cuerpo humano, como puentes dentales o prótesis de cadera. Además de acelerar su producción, reduce espectacularmente su peso a escasos 200 gramos. Parece que no hay fronteras. Llevar la impresión 3D al espacio ya es posible, algo que la  NASA ya ha probado con éxito, abriendo la puerta a que Estación Espacial Internacional (IIS) construya (imprima) sus propias piezas.

Proyectos tan sofisticados y futuristas contrastan con el hecho que la impresión 3D comienza a entrar en las casas. Ya se pueden adquirir impresoras por 300€, por tanto la pregunta no es si en cada casa va a haber una impresora 3D, sino en qué habitación.

Un fenómeno que suma

Para entender la enorme trascendencia de la impresión 3D, Scott Crump, Presidente de Stratasys, afirma que el éxito de la impresión 3D no radica en la sustitución de los métodos de fabricación tradicional, sino más bien es una tecnología que ofrece tres ventajas clave a la industria en general:

  1. Juega un papel interesante en la modificación de la conducta del consumidor
  2. Ayuda a hacer realidad nuevas ideas
  3. Amplía las ofertas de fabricación

Fundamentalmente, Crump cree que la impresión 3D está cambiando el mundo del desarrollo y fabricación de productos, creando nuevas oportunidades y aplicaciones.

Algunas compañías están empezando a usar la fabricación aumentada; otras como BMW han estado aprovechando sus beneficios desde hace 10 años. Me estoy refiriendo a todos aquellos utillajes de fabricación presentes día a día en las plantas de producción: accesorios, calibres, fijaciones, guías, modelos, plantillas, organizadores, protectores, etc

La oportunidad es real cuando las necesidades coinciden con lo que ofrece la impresión 3D o, en algunos casos, cuando la fabricación tradicional simplemente no lo puede ofrecer

Los consumidores dispondrán de una selección de productos extraordinaria así como la opción de imprimir en 3D ellos mismos, o dejar que otros se encarguen de la fabricación

El mercado de la fabricación industrial se va a dividir en dos segmentos: la fabricación aumentada, donde la impresión 3D producirá las herramientas y utillajes que se utilizarán para la fabricación tradicional; y los segmentos de fabricación alternativa, donde la impresión 3D producirá el artículo o pieza de uso final”.

Re-industrialización

El hecho que la fabricación se vuelva digital, puede acelerar los procesos de re-industrialización. En lugar de deslocalizar puede fomentarse la producción local. Ya hace un par de años, The Economist (The third industrial revolution) enumeraba sus ventajas. A pesar de tratarse de una tecnología que ha madurado en los últimos 30 años, la revolución está prácticamente en el punto de partida.

impresion 3D revolucion industrialQue las cosas se hagan económicamente en mucho menor número, de forma más flexible, alejándonos de la fabricación en masa, hacia una producción mucho más individualizada. Produciendo una enorme cantidad de aplicaciones y posibilidades, gracias a los nuevos materiales, procesos completamente nuevos, con robots mucho más fáciles de usar y de nuevos servicios de fabricación de colaboración disponibles online. Sin olvidar la posibilidad de crear algunos puestos de trabajo en los países ricos, que hace mucho tiempo los perdieron.

Liderazgo europeo

Los que tengan dudas, quizás les convenza las palabras del  consejero delegado y fundador de EOS , Hans Langer (Impresión 3D: la próxima revolución industrial):

Esta nueva tecnología no solo va a cambiar el modo en que se diseñan y manufacturan los productos, sino que revolucionará la fabricación por completo y alumbrará ideas de negocio que no podemos ni imaginarnos”.

Estamos a punto de presenciar una segunda revolución industrial. Y subida a la cresta de esa ola está la impresión 3D, un fenómeno digital de vanguardia que ya está llegando al mercado. El sector industrial va a transformarse hasta tal punto que no lo vamos a reconocer.

Materiales imprimibles, posibilidades infinitas

La lista es amplia y se amplía cada vez más: pásticos (ABS, PLA, PC), arena, biocamptibles, comestibles, titanio, gomas, silicona, metales, hormigón, papel, cerámica, fibra de carbono,… Y las posibilidades son inmensas.

Oportunidades para emprendedores

El movimiento maker y su ‘do it yourself’ adquiere un nuevo sentido con la impresión 3D. Los prosumidores  pueden crear sus propios objetos o fabricar piezas (repuestos de objetos cotidianos). Ya hay plataformas que facilitan esta tarea como Cubify, Shapeways, Turbosquid o  Thingiverse. Este último, Thingiverse, que dispone de modelos 3D con licencia de código abierto, gratuitos.

En cambio los otros, son importantes mercados de pago de modelos 3D. Shapeways y Cubify, orientados a modelos para impresión 3D, que además de la descarga del modelo 3D, ofrecen un servicio de impresión propio, a través del cual, quien compre tu modelo, podrá imprimirlo en diversos materiales tales y recibirlo en casa.

La realidad es que se pueden dar múltiples combinaciones. Los propios fabricantes de los productos también pueden vender sus diseños.  Un ejemplo es Teenage Engineering, que  vende un mini sintetizador y comparte en su web los diseños CAD, para que cualquiera pueda imprimir en 3D las piezas de repuesto del dispositivo.

Nuevos negocios de actores tradicionales

Todavía es pronto para calibrar su alcance, pero parece que su implantación masiva traerá una revolución social y nuevos negocios. Grandes compañías como Nike, Google y Disney ven un futuro con una impresora 3D por hogar y empiezan a experimentar, buscando que la gente pueda imprimir en su casa cosas relacionadas con sus productos.

Como hecho ilustrativo la reciente alianza de Hasbro y Shapeways, en la que se permitirá vender al marketplace Shapeways, diseños Hasbro, impresos en 3D y vendidos como productos oficiales Hasbro.

Reciclaje de residuos

Una de las preocupaciones en materia de sostenibilidad es dar una utilidad a las toneladas de plástico que se generan a modo de residuo diariamente. Por eso, uno de los aspectos que más me ha sorprendido es el aprovechamiento de residuos domésticos para cargar las impresoras 3D.

Las impresoras 3D funcionan con algunos tipos de plástico, sobre todo ABS y PLA. El precio de una carga está entre 30 y 60 dólares (23 y 46 euros). Al imprimir en 3D se genera una gran cantidad de merma, pero ya hay máquinas de uso doméstico (coste $300) que permiten transformar esos desechos en filamento para volver a imprimir.

Hay iniciativas que van más lejos. Como The Plastic Bank  que trabaja a escala global para fomentar la utilización de plástico reciclado en los procesos de fabricación con impresoras 3D (Reciclar el plástico de los océanos ya permite generar objetos impresos en 3D) o Reciclaje doméstico para nutrir impresoras 3D. Unos científicos han creado una máquina capaz de convertir en plástico útil para una impresora 3D residuos domésticos. 20 botellas de leche se podría producir un kilo de plástico, mientras que la misma cantidad cuesta en el mercado entre 30 y 60 dólares.

Sea lo que sea, la impresión 3D a través diferentes tecnologías, software y materiales, puede imprimir desde el busto de Darth Vader, una prótesis, comida, una casa o piezas de la Estación Espacial Internacional, no es una moda ni acabará en una anécdota. Como afirma Scott Crump «Sugiero a todos los escépticos que, si no están preparados para actuar, por lo menos comiencen a planificar y elaborar estrategias para su futuro con la impresión 3D, porque el futuro de ésta es infinito. Su única limitación será la imaginación»

Pero no será un camino fácil. Lo pude comprobar en la reciente sesión de Foxize, de la serie makers, sobre “Introducción a la Impresión 3D”. El aprendizaje será esencial no solo para entender, sino especialemente para hacer. De momento, el proceso de imprimir en 3D no es equiparable a cambiar los canales del televisor o usar el microondas.

En cualquier caso, parece que estamos ante un fénomeno redondo, con un potencial increíble, que genera beneficios de forma muy distribuida y que además puede convertirse en solución para el reciclaje.

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