Version 1.0.0

En un mundo donde la tecnología redefine constantemente las reglas del juego geopolítico, pocos libros logran capturar la esencia de esta transformación con la claridad y profundidad que lo hace Bruno Maçães en World Builders: Technology and the New Geopolitics. Esta obra, publicada por Cambridge University Press en 2025, no es simplemente otro análisis de relaciones internacionales, sino una reimaginación completa de cómo funciona el poder en el siglo XXI.

¿De qué trata realmente este libro?

Imagina por un momento que el mundo es como un videojuego masivo. Tradicionalmente, los jugadores (países) competían por controlar territorios específicos del mapa. Pero Maçães argumenta que las reglas han cambiado fundamentalmente: ahora la competencia no es por controlar el territorio existente, sino por crear el propio juego, diseñar el mapa y establecer las reglas bajo las cuales todos los demás deben jugar.

Esta analogía, aunque simplificada, captura la esencia de lo que Maçães denomina «world building» (construcción de mundos). La geopolítica ya no es simplemente una competencia para controlar territorio; en esta era de tecnología avanzada, se ha convertido en una competencia para crear el territorio.

Como explica el propio autor: «Tu oponente está jugando un videojuego. Tú lo estás programando». Esta distinción fundamental entre jugar según las reglas existentes y crear las reglas mismas define la nueva era geopolítica.

FIRST EDITION: «World Builders: Technology and the New Geopolitics» by Bruno Macaes

La tesis central: del control a la creación

La propuesta central de Maçães es revolucionaria en su simplicidad: las grandes potencias buscan construir un mundo para que otros estados lo habiten, mientras mantienen la capacidad de cambiar las reglas o el estado del mundo cuando sea necesario1. Esta transformación representa lo que él describe como «una teoría radicalmente nueva de la política mundial y la tecnología».

El término «superpotencia» se reserva para aquellos estados comprometidos en una batalla para dar forma al sistema global. Todos los demás compiten bajo sus reglas. Para las superpotencias o administradores del sistema, el poder de crear las reglas del juego y el entorno tiene dos ventajas principales: permite establecer reglas preferidas que mejor se adapten a sus capacidades, y permite cambiar las reglas o el estado del juego cuando las circunstancias excepcionales lo demanden.

Para entender esta transformación, consideremos algunos ejemplos concretos. Cuando China desarrolla su propia infraestructura de internet con el «Gran Cortafuegos», no solo está controlando información; está literalmente creando un espacio digital diferente donde operan reglas distintas. Similarmente, cuando Estados Unidos establece restricciones sobre semiconductores, no solo está limitando el comercio; está definiendo los parámetros tecnológicos bajo los cuales otros países pueden operar.

El concepto de «world building» explicado

El término «world building» proviene originalmente de la literatura de ciencia ficción y fantasía, donde los autores crean universos completos con sus propias leyes físicas, sistemas políticos y realidades sociales. Maçães aplica este concepto a la geopolítica contemporánea de manera brillante.

En el contexto geopolítico, «world building» significa que los eventos más importantes de nuestros tiempos problemáticos aparecen súbitamente conectados y se revela su lógica interna cuando se entienden como parte de este proceso de construcción mundial. Estos eventos incluyen:

  • Las guerras tecnológicas entre China y Estados Unidos
  • La pandemia como catalizador de cambios sistémicos
  • Las guerras en Ucrania y Oriente Medio como manifestaciones de competencia geopolítica
  • La transición energética como reconfiguración del poder global

El libro está estructurado en cuatro capítulos que narran estas cuatro historias seleccionadas por dos razones conectadas: ayudan a entender cómo la tecnología y la geopolítica produjeron una nueva síntesis que cambió el significado de ambos términos, y representan las historias globales más importantes de la década 2015-2025.

Casos de estudio: la realidad en acción

El caso de los semiconductores

Un ejemplo perfecto de «world building» en acción es la guerra de los semiconductores. Como explica el análisis del libro, los microchips son fundamentales para la civilización contemporánea: desde la banca hasta las herramientas de diagnóstico médico, desde los viajes aéreos hasta los sistemas de armas, todo depende de microchips.

El microprocesamiento es la columna vertebral de la civilización contemporánea. La banca, la imagenología médica y las herramientas de diagnóstico, los viajes aéreos, la creación de música y libros, así como los sistemas de seguridad y armas, todos dependen de microchips. Cualquier poder que aspire a la hegemonía global necesita dominar los circuitos medidos en nanómetros.

Cuando la administración Trump identificó los microchips como una preocupación de seguridad estratégica en 2018, no solo estaba protegiendo una industria; estaba tratando de controlar la infraestructura básica sobre la cual se construye el mundo moderno. Un solo misil Javelin incluye 200 microchips, lo que ilustra cómo la tecnología civil se convierte en poder militar.

El modelo chino de construcción mundial

China representa quizás el ejemplo más claro de «world building» en la práctica. A través de iniciativas como la Franja y la Ruta, China no solo está construyendo infraestructura física; está creando una red de dependencias económicas y tecnológicas que potencialmente podrían redefinir el orden global sin necesidad de confrontación militar directa.

Como señala Maçães, las autoridades en Pekín se mantienen enfocadas en crear un nuevo orden económico y tecnológico capaz de subsumir o superar a Estados Unidos sin necesidad de un enfrentamiento directo. La Iniciativa de la Franja y la Ruta «representa la posibilidad de que el orden internacional sea reconstruido no a través de la guerra, sino mediante la construcción de conductos materiales que llevan influencia, cultura y modelos de desarrollo chinos alrededor del mundo».

China demuestra que la sociedad occidental no es el único modelo capaz de desarrollar y controlar las tecnologías clave del futuro. Si China puede demostrar esto, la competencia política global tendrá lugar entre diferentes modelos, y la transformación del mundo puede tomar formas múltiples e impredecibles.

Estrategias de competencia en el nuevo paradigma

Para otros países que no son superpotencias, el juego toma tres formas principales según el análisis de Maçães:

  • Adaptación ágil: pueden intentar jugar según las reglas existentes y adaptarse constantemente a las reglas introducidas por las superpotencias (Suiza es un buen ejemplo de un adaptador ágil)
  • Especialización sectorial: pueden especializarse en cierto elemento del sistema global e intentar dar forma a las reglas en esa área limitada (Rusia lo ha hecho con la energía y la Unión Europea ha tenido éxito en el comercio)
  • Alineación estratégica: pueden alinearse con una de las superpotencias e intentar contribuir a la expansión y prevalencia de su conjunto de reglas favorito (el Reino Unido es un ejemplo obvio)

La gran ventaja de ser un administrador del sistema global es que se puede tomar medidas contra los infractores y perseguir objetivos manipulando el sistema mismo, en lugar de a través de medios más directos. Este enfoque caracteriza la respuesta occidental durante la guerra en Ucrania, donde en lugar de ir a la guerra ellos mismos, las democracias occidentales han adoptado un conjunto de herramientas económicas dirigidas diseñadas para reducir la amenaza rusa al sistema existente.

Implicaciones para el futuro: metaverso y realidad artificial

Una de las secciones más fascinantes del libro explora las implicaciones futuras de esta transformación. Maçães considera «el futuro más distante, cuando el metaverso y la inteligencia artificial se conviertan en ‘el mundo’ mismo, un mundo que las grandes potencias deben luchar por construir y controlar».

Esta visión no es ciencia ficción especulativa. Como señala el análisis crítico, Maçães argumenta que «el futuro probablemente nos verá viviendo dentro de un metaverso creado por una de las superpotencias». Prevé que la IA proporcionará «un aumento radical en la centralidad del poder soberano» y cree que el objetivo de la geopolítica actual es una segunda génesis hegemónica donde todos residirán en un cosmos artificial que será estadounidense o chino.

En el imperialismo del futuro, una superpotencia aspira a ser «un administrador del sistema global». Este será el consumo de la historia del imperio, pues los pueblos vivirán tan inmersos en un metaverso de poder estatal que el gobierno y la vida ordinaria están completamente fusionados: «la culminación del poder ideológico: una voluntad disfrazada de cosa».

La metodología del libro: comprendiendo la conexión

Una de las fortalezas pedagógicas del libro es cómo Maçães conecta eventos aparentemente dispares. Como él mismo explica, cuando estos eventos se entienden como «construcción del mundo», «súbitamente aparecen conectados y se revela su lógica interna».

Esta metodología es particularmente valiosa para ti si eres estudiante o profesional tratando de entender un mundo que parece cada vez más complejo y fragmentado. Al proporcionar un marco unificador, Maçães te ofrece una herramienta conceptual poderosa para analizar eventos contemporáneos.

Como nota Branko Milanovic: «Maçães trata el mundo como una percepción: quien modela la percepción comanda el mundo». La nueva ciencia de la geopolítica no solo estudia cómo gobernar un mundo existente como lo hacía la antigua, sino que muestra cómo, de manera divina, crear nuevos mundos.

Aplicaciones prácticas: ¿qué significa esto para ti?

Si eres estudiante, profesional o ciudadano interesado en entender el mundo contemporáneo, las implicaciones de la tesis de Maçães son profundas:

Repensar la soberanía: la soberanía nacional ya no se trata solo de controlar fronteras físicas, sino de mantener autonomía en espacios tecnológicos y digitales. Como explica el libro, «cuando tu oponente está construyendo un mundo completamente artificial o tecnológico que eventualmente podría redefinir tu propia realidad, la geopolítica se vuelve no meramente existencial sino ontológica».

Entender la competencia económica: las disputas comerciales contemporáneas no son solo sobre aranceles; son sobre quién controla la infraestructura fundamental de la economía digital. La capacidad de construir y controlar la infraestructura tecnológica que sustenta las arenas donde los estados compiten por la supremacía se ha convertido en la característica definitoria de la geopolítica contemporánea.

Evaluar la seguridad nacional: la seguridad nacional ahora incluye la seguridad tecnológica, la autonomía digital y la capacidad de operar en múltiples «mundos» tecnológicos.

El evento de lanzamiento del libro en Bruselas, organizado por el Brussels Institute for Geopolitics, incluye una discusión sobre soberanía tecnológica que aborda precisamente estas cuestiones: «¿Cómo puede Europa encontrar el equilibrio correcto entre regulación y competitividad? ¿Qué significa la verdadera soberanía tecnológica en el mundo de hoy?».

Navegando el nuevo paradigma

«World Builders» no es simplemente un libro sobre geopolítica; es una guía para entender una transformación fundamental en cómo funciona el poder en el mundo moderno. Para los constructores, el juego mundial es más que una metáfora; es un recordatorio de que están construyendo algo mucho más grande que un gadget o una aplicación. Están construyendo una plataforma global que está estableciendo los términos para la competencia de poder global.

Para ti como lector contemporáneo, esta obra ofrece herramientas conceptuales esenciales para navegar un mundo donde las reglas están cambiando constantemente. Tu capacidad de entender estos cambios no es solo académicamente interesante; es prácticamente necesaria para que puedas comprender las fuerzas que darán forma al futuro.

El mensaje final de Maçães es tanto una advertencia como una oportunidad: estamos viviendo en un momento de transformación geopolítica fundamental, y nuestra capacidad de entender y adaptarnos a estas nuevas realidades determinará no solo el éxito de las naciones, sino la forma misma del mundo que habitaremos en las próximas décadas.