El libro Factfulness de Hans Rosling es el libro que más veces he regalado en mi vida. Para mí es un libro de optimismo. Como dice el subtítulo, las cosas están mejor de lo que piensas.

No es un libro sobre lo bien que va el mundo. Aunque pueda parecer tampoco que es una reivindicación de que la «Humanidad no lo ha hecho tan mal». El libro va precisamente sobre lo mal que lo estamos haciendo en algo fundamental. Es un libro sobre por qué somos incapaces de ver el mundo tal y como es. Factfulness gira en torno a nuestros sesgos, nuestros instintos y nuestros ‘espíritus animales’. Gira entorno a nuestros puntos débiles y se esfuerza por ayudarnos a mejorar. A nuestros instintos de separación, negatividad y miedo. Del sesgo del tamaño, el de la generalización, el del destino, el de la perspectiva única, el de la culpa y, sobre todo, el de la urgencia. Se trata de sistemas cognitivos que «seguimos necesitando para dar sentido a nuestro mundo e ir tirando«, pero que al enfrentarse a la complejidad de una sociedad global para la que no fueron ‘diseñados’ fracasan estrepitosamente. La clave, según Rosling, está en aprender a controlarlos, algo que tiene mucho que ver con la naturaleza humana.

Principales ideas de Factfulness

  • Pese al desencanto generalizado, los índices de desarrollo a nivel mundial son alentadores y muestran una tendencia creciente.
  • El Factfulness es un conjunto de estrategias que permite formar sus opiniones con base en datos concretos.
  • El pensamiento binario distorsiona tu percepción del mundo.
  • Conocer los datos permite identificar los peligros reales a corto y largo plazo.
  • Se deben identificar las causas de los problemas en lugar de señalar culpables.
  • La tendencia natural a centrarse en lo negativo hace pasar por alto los avances.
  • Las cifras siempre deben mostrarse en contexto, en forma de índices y ser ponderadas.
  • Para que los datos te revelen lo que estás buscando debes mirar los fenómenos desde diferentes perspectivas.
  • Conocer los datos permite escapar de las generalizaciones simplistas.
  • Las empresas deben conocer el grado real del desarrollo mundial para aprovechar las oportunidades existentes.

¿Qué es el Factfulness?

La humanidad posee una tendencia instintiva a concebir dramáticamente su realidad y soslaya los enormes avances modernos y los índices crecientes de bienestar. Las personas de todos los países suelen considerar que la situación mundial es mucho peor de lo que realmente es. Si se les pregunta su opinión sobre los índices de escolaridad, vacunación, mortandad infantil, abatimiento de la pobreza, acceso a los servicios básicos, crecimiento demográfico o esperanza de vida a nivel mundial, sus respuestas suelen mostrar una visión más bien pesimista al respecto

“Nos interesan los chismorreos y los relatos dramáticos, porque eran, en su día, la única fuente de noticias e información útil”.

En el fondo, esto revela un profundo desconocimiento de la situación actual del mundo y de las oportunidades y desafíos que presenta. El Factfulness es un conjunto de estrategias para controlar tanto la tendencia humana a dramatizar la situación, como los diferentes instintos que lo llevan a valorar el mundo de una forma parcial y negativa. Basar sus opiniones y decisiones en datos concretos es fundamental para afrontar los desafíos de un mundo globalizado como el nuestro.

Los instintos de la separación, el destino y el miedo

Uno de los primeros instintos que distorsionan su opinión del mundo es el “instinto de separación” o pensamiento binario. Esto significa que la mente tiende a estructurar la realidad en pares a fin de ordenarla con mayor simplicidad. Sin embargo, estas parejas difícilmente reflejan el estado real de las cosas. Por ejemplo, es del todo incorrecto hablar reduccionistamente de una separación entre ricos y pobres. Si se analiza la realidad, los datos demuestran que la mayor parte de las personas vive en lo que podría considerarse un estándar medio de bienestar: no existe una brecha tajante entre dos clases sociales.

“Este libro es la última batalla del combate contra la devastadora ignorancia global al que he dedicado toda una vida””.

Hoy día, el 80 % de la humanidad tiene acceso a servicios de vacunación, 80% a luz eléctrica y 60% a educación básica. Aunque la mayoría de los países aún están lejos de alcanzar los niveles de desarrollo de las naciones más ricas, la verdad es que la mayor parte de la humanidad ya ha logrado abandonar la pobreza extrema y empieza a satisfacer sus necesidades elementales de subsistencia.

“Las personas que viven en la pobreza extrema en el nivel 1 saben muy bien cuánto mejoraría su vida si pudieran pasar de ganar un dólar a ganar cuatro, y no digamos ya dieciséis dólares al día”

Asomarse a los datos permite superar las dualidades simplistas y evita dejarse confundir por las explicaciones alarmantes que son frecuentes en los medios masivos. Este mismo conocimiento permite superar el “instinto del destino” responsable del prejuicio de que las naciones pobres o en desarrollo nunca podrán superar su condición. Al mirar los datos, resulta apabullante la rapidez del aumento del bienestar en amplias regiones del mundo y es de esperarse que la tendencia continúe. De hecho, la pobreza extrema está por desaparecer del planeta, probablemente en la siguiente generación.

“Factfulness es ser conscientes de cuándo recibimos noticias negativas y recordar que es mucho más probable que nos llegue información sobre sucesos negativos”

Conocer los datos lo ayuda a enfocarse en los riesgos reales sin sucumbir al “instinto del miedo” que impide distinguir los peligros reales de aquellos que no son una amenaza para usted. Los medios masivos y otras instituciones suelen privilegiar las historias impactantes que generan miedo, y desprecian lo relevante. Pese al impacto que producen en el público, eventos como la guerra, los desastres naturales o los accidentes aéreos cobran cada vez menos vidas en todo el mundo. Antes de sucumbir al pánico siempre analice los datos fríamente para evaluar los riesgos reales que implica una situación determinada.

Los instintos de culpa, urgencia y negatividad

Conocer datos específicos sobre el presente y el pasado sirve para entender que el estado actual de las cosas posee numerosas causas. El cerebro tiene una tendencia natural a buscar explicaciones fáciles. A partir de los datos se vuelve evidente que los fenómenos no se explican de manera simple y que es posible dominar el “instinto de la culpa” que tiende a realizar acusaciones fáciles, buscar responsables y chivos expiatorios; cuando lo verdaderamente importante es identificar las causas y atenderlas en su orden de importancia.

El instinto del miedo es tan fuerte que puede hacer que personas de todo el mundo colaboren para lograr los mayores avances””.

Asimismo, resulta útil entender que los individuos nunca son los únicos responsables de los grandes cambios o desgracias. En el mundo moderno los políticos y hombres de negocios tienen menos poder del que aparentan. Los grandes colectivos, los sistemas de gobierno y de colaboración marcan la verdadera diferencia.

“El deber de un periodista profesional es, en gran medida, hacer que un suceso o hecho determinado parezca más importante de lo que es””.

Sucumbir a la simplificación instintiva, además de vulnerar su entendimiento, lo vuelve presa de las declaraciones alarmistas que apelan a su “instinto de la urgencia” para buscar influir en usted. Al entender la realidad a través de tablas e índices específicos se es capaz de distinguir la evolución de los problemas, los verdaderos avances y las indudables situaciones urgentes que requieren atención inmediata.

“Todo el mundo categoriza y generaliza automáticamente todo el tiempo inconscientemente””.

Identificar las verdaderas situaciones amenazantes es primordial para el bienestar de las generaciones venideras: el cambio climático, la guerra nuclear, las crisis financieras y las pandemias son ejemplos de riesgos reales que pueden generar muerte y pobreza extrema en todo el mundo.

Centrar su instinto de la urgencia en lo verdaderamente importante lo protege además de los profetas de la catástrofe, aquellos que realizan predicciones alarmantes para atraer la atención. Frente a la sensación de urgencia se debe respirar profundamente y esperar a poseer la claridad suficiente para analizar la situación con base en la información que posea.

“Las sociedades y las culturas no son como rocas, invariables e inalterables””.

Además de simplificar las causas de los problemas, el cerebro humano instintivamente se centra en la información negativa. La atención se enfoca en los sucesos perniciosos. El “instinto de negatividad” impide distinguir gradaciones y pequeños avances dentro de las situaciones problemáticas. La tendencia de los medios masivos a privilegiar lo negativo refuerza esta distorsión de la realidad. La tendencia humana a idealizar el pasado y recordar solo los aspectos positivos puede superarse una vez más acudiendo a los datos.

Los instintos de la línea recta y el tamaño

El desconocimiento del mundo lleva a la mayoría de las personas a hacerse una idea bastante errónea del comportamiento de ciertos índices de desarrollo y de sus expectativas de comportamiento a corto y largo plazo.

“De los diez países con más rápido crecimiento en 2016, nueve de ellos presentaban una baja calificación democrática””.

A causa de esta ignorancia, algunas personas consideran, por ejemplo, que el crecimiento económico y la explosión demográfica pueden mantenerse siempre al alza. El “instinto de la línea recta” hace pensar a las personas que no habrá variaciones en el comportamiento de ciertos índices.

Esto se puede notar en el desconocimiento generalizado de que el planeta, con sus recursos limitados, no puede sustentar una acumulación de riqueza permanente, o que la población mundial no aumentará indefinidamente, sino que encontrará un punto de equilibrio hacia el año 2100 y muy probablemente empezará después a reducirse. A este respecto, muchas personas se sorprenden al saber que, de acuerdo con predicciones bastante confiables, el número de niños en el próximo cambio de siglo será prácticamente el mismo que el de ahora.

“No recopiles únicamente ejemplos que demuestren lo excelentes que son tus ideas favoritas””.

Las cifras son esenciales, pero al mismo tiempo se debe estar alerta para identificar toda cifra que deliberadamente se presente fuera de contexto para intentar modificar su percepción y aprovecharse de su “instinto del tamaño”, el cual lo lleva a sobrevalorar la trascendencia de las grandes cifras fuera de contexto.

“El llamamiento a la acción hace que pienses de manera menos crítica, que decidas más rápido y que actúes ya”

Lo más recomendable es pensar siempre en función de índices y compararlos con otros períodos y con otros lugares. Por ejemplo, aunque resulta alarmante el porcentaje de personas que viven en pobreza extrema en la actualidad (10,4%), saber que hace veinte años el mismo índice era del 34% puede resultar un alivio.

“Los países más ricos son, con mucha diferencia, los que presentan mayores emisiones de CO2 y tienen que empezar a mejorar antes de perder el tiempo presionando a todos los demás””.

No basta conocer las múltiples causas o elementos de una situación específica, sino que es indispensable establecer cualitativamente el peso y la trascendencia de cada uno de ellos a fin de enfocar los esfuerzos de manera adecuada. Es frecuente que en cualquier lista de causas o factores a considerar ante una situación problemática, uno o dos de ellos sean los verdaderamente esenciales, mientras que los demás carecen de trascendencia real.

Los instintos de la perspectiva única y la generalización

El Factfulness brinda la capacidad de superar los sesgos que impiden formarse una idea clara de la realidad del mundo. Para lograrlo se necesita tomar conciencia no solo de la importancia de los datos, sino también adquirir la habilidad para compararlos y ponerlos en perspectiva, de manera que revelen lo que realmente se está buscando. Hay que estar abiertos a aceptar diferentes puntos de vista, lo que con frecuencia demanda aceptar sus limitaciones para superar el “instinto de la perspectiva única”.

En este contexto, ser humilde significa ser consciente de lo mucho que tus instintos pueden dificultar tu comprensión de las cosas””.

Las personas suelen ser especialistas en un solo campo y poseen conocimientos limitados de los otros. Estar abierto a escuchar opiniones opuestas a la suya y aprender de ellas es una de las mejores maneras de estar alerta ante todos los sesgos que falsean su conocimiento del entorno. Se debe estar atento además ante las generalizaciones inapropiadas que ingenua o deliberadamente se olvidan de los datos al realizar cualquier afirmación.

Nunca debe menospreciar o subvalorar los conocimientos de las personas de cualquier parte del mundo. El “instinto de la generalización” de muchas personas suele llevarlas a acercarse con arrogancia a los países menos desarrollados.

No es inusual que algunos profesionales que colaboran fuera de sus países pretendan aplicar sus conocimientos a sociedades cuyas circunstancias específicas desconocen.

Una vez que se conocen los hechos con mayor detalle y en perspectiva es posible encontrar soluciones más adecuadas.

El Factfulness en acción

Mediante la técnica del Factfulness se puede desarrollar una comprensión apropiada del mundo y su entorno. Estar atento a los instintos que distorsionan Tu conocimiento es la mejor manera de tomar decisiones acertadas y con menos dramatismo en todos los aspectos.

La práctica del Factfulness debe aplicarse en diferentes ámbitos:

  • Educación: Es fundamental que la educación reglada brinde a los estudiantes una perspectiva real de las condiciones del mundo, fundamentada en datos, así como de los logros de la humanidad en el último siglo y las consecuentes perspectivas de avance para los próximos años. Se deben eliminar todos los prejuicios raciales y culturales sobre las naciones menos desarrolladas, a fin de erradicar la ignorancia de la que son fruto. La educación debe fomentar la curiosidad, lo que permitirá a los estudiantes acercarse al conocimiento del mundo con satisfacción.
  • Empresas: El conocimiento del mundo incide directamente en las oportunidades y perspectivas de las empresas para hacer negocios. Si no se conocen los grandes mercados de consumidores que están surgiendo en muchas regiones, se está inhabilitado para explotar todas las oportunidades que se presenten. El proceso de globalización no ha concluido y son de esperarse numerosos cambios en el balance de fuerzas de la economía en las décadas venideras. En un mundo cambiante y fuertemente interrelacionado, las empresas deben ser capaces de analizar su entorno e identificar los factores de riesgo y oportunidad que surgen a cada momento.
  • Periodismo, política y activismo: Una actitud realista y crítica es imprescindible por parte de los políticos y activistas que inciden en las grandes decisiones de los países. Sin este apego a los datos, es imposible que la sociedad dé los pasos necesarios para superar los enormes desafíos mundiales. Más que nadie, los políticos deben conocer en profundidad las cifras que revelan el estado de sus respectivos países y del mundo. Asimismo, el periodismo debería reconsiderar el balance que realiza de los hechos y su responsabilidad en la distorsión generalizada de la realidad.
  • Vida personal – El conocimiento basado en datos debe ser una máxima para todos los aspectos de su vida. Ante cualquier situación problemática donde se requiere tomar decisiones, los datos son fundamentales. Esta conciencia conlleva en principio una actitud de humildad ante toda encrucijada, en virtud de la certeza de que nadie puede conocer todos los datos relativos a una situación. Por este motivo, siempre es posible reconocer la ignorancia y esperar hasta tener más datos para emitir una opinión. Al igual que los niños, los adultos deben fomentar continuamente su curiosidad para aumentar gradualmente su comprensión de las cosas.

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