Interesarse por lo que sucederá durante los próximos cien años, cuando tenemos poca idea de lo que sucederá durante este 2010, puede sonar ironía. No obstante hay que seguir mirando al futuro. Quizás por eso me considero un lector habitual de títulos de prospectiva, especialmente cuando son autores de reconocido prestigio como George Friedman y su libro “Los próximos cien años”.
George Friedman, de origen húngaro pero afincado en Estados Unidos, fundó y preside Stratfor (Strategic Forecasting) considerada la empresa de geoestrategia más importante del mundo.
“Los próximos cien años” es un libro fácil, impactante, convincente y revelador. Se puede leer en un fin de semana, porque engancha desde la primera página. No es una novela de ficción, aunque en algún momento lo pueda parecer y como su autor indica, hay una metodología propia. Su doctrina es “Sé realista, pero espera lo imposible”. Esa es una buena premisa, como también la interpretar la economía “aceptando que siempre hay consecuencias imprevistas”.
Su trabajo consiste en “descubrir el orden que subyace al desorden de la historia y anticipar los acontecimientos, tendencias y tecnologías que nos traerá”.
George Friedman conoce a gente muy relevante. Entre sus clientes se encuentran muchos jefes de gobierno, importantes líderes políticos y grandes jerifaltes de las mayores corporaciones del mundo. Para entendernos, conoce bien a los que manejan los hilos. Y como él mismo reconoce “la búsqueda del interés a corto plazo de las naciones y sus líderes determina, si no su riqueza, si su comportamiento predecible, y por tanto la capacidad de anticipar rasgos del sistema internacional en el futuro.”
La verdad es que en el libro se identifican las tendencias más importantes (geopolíticas, tecnológicas, demográficas, culturales y militares) en el sentido más amplio posible.
El autor define las grandes fuerzas que condicionan el futuro: la geografía, la innovación, la demografía y la ciencia.
No quiero desvelar las claves de esta interesante lectura, pero te diré algunos aspectos más relevantes para mí:
- Se confirma la decadencia de Europa
- Que la hegemonía de los Estados Unidos está tan sólo en su ‘etapa adolescente’. El autor demuestra el triunfo de su estrategia de dominio, primero de las principales rutas marítimas y después del espacio. Así como su extrema habilidad de -sin ganar guerras- trastocar suficientemente los equilibrios para eliminar amenazas.
- La paradoja demográfica. La población decrecerá. “Dentro de treinta años, los países avanzados –dice George Friedman– estarán compitiendo con una fuerza laboral de inmigrantes, y Estados Unidos es el único país que demostró que sabe integrar a la gente”
- Cómo la energía solar será la alternativa a sustituir los hidrocarburos. Y ahí el papel de la industria militar estadounidense será decisiva “Internet comenzó como parte del sistema de defensa, mucho antes las autopistas de cemento también se iniciaron sobre la base de un concepto defensivo y hasta lo fueron las primeras compañías aéreas: lo que primero desarrollan los militares luego pasa a la economía privada. El futuro de la ciencia militar está en el espacio, y de allí vendrá la solución del problema energético, en el espacio se desarrollará la ‘energía solar con base en el espacio’ (SPSS) que conseguirá colocar grandes paneles solares en órbita terrestre de manera que reciban de forma continua e intensa la luz del sol y emitirla eletromagnéticamente a la Tierra”.
- El soufflé Chino a causa de su situación geográfica, aislacionismo, sus problemas estructurales con graves desequilibrios económicos internos y su dependencia de las exportaciones.
- Una de polémica, acerca del calentamiento global del planeta. Friedman no reniega del problema sino que “afirma que se resolverá gracias a la combinación del descenso demográfico y el dominio del espacio por una potencia global, que facilitará una nueva energía y el abandono de los hidrocarburos.”
- La emergencia de nuevas potencias que retarán la hegemonía estadounidense. Más allá de la 2ª guerra fría con Rusia, que acabará como finalizó la primera, con el colapso ruso, emergerán Turquía, Polonia y de nuevo Japón. Ninguna de ellas lo conseguirá, pero a finales del S.XXI estallará un conflicto norteamericano fronterizo, muy complejo y difícil de solucionar, su vecino (o hermano) del sur –México- le pondrá en graves aprietos por razones demográficas.
Por último y como síntesis, comenta Friedman que la gran ventaja del capitalismo de EE.UU. es su propensión cultural a destruir las viejas industrias, mientras que el resto del mundo, y particularmente Europa, “no dejan ir lo viejo”. Todo un mensaje.
D'acord en alguns punts però vaig a discrepar una mica, suposo que el llibre preten ser provocador, però així d'entrada semblen les pròpies prediccions més fixades en el passat i potser en els dessitjos de l'escriptor que en la realitat.
La meva opinió en alguns punts: USA i la NASA estàn perdent bona part de la carrera de l'Espai sota les catàstrofes dels transbordadors i les millors economies de l'Agència Espacial Europea.
Ho de que la egemonia americana en general està en etapa adolescent sembla més una declaració de dessitjos que quelcom realista, al menys si parlem de quelcom semblant al que han tingut fins ara.
Si hi ha una nova guerra freda no pot acabar com la primera perquè Russia no serà mai mes comunista. Es capaç USA encara així d'arruinar Russia en una nova carrera armamentística? Sí, però Russia això ja ho sap, per començar perquè sap que ja no son la URSS, sino només Russia. Això no treu que pugui posar molts pals a les rodes o aliarse amb potencials o actuals enemics del EU en un hipotètic nou conflicte mundial (Xina, Corea N, Iran…). Els interessos econòmics, energètics i geoestratègics els acosten i els poden acostar més.
Per altre banda, Xina està molt lluny de ser un soufflé, es ja una superpotència i això no te marxa enrera, i d'aquí poc no necessitaràn ni l'I+D occidental. O es que ens pensem que no tenen neurones, ganes i múscle financer per copiar com es fan els cotxes i els xips (o per comprar les empreses americanes o Europees que saben fer-ne). A més la barreja de capitalisme i totalitarisme la fa terriblement eficient. La dependència de les exportacions de la que parla Friedman em sembla reflexe d'una visio a molt curt termini; Xina de fet la està començant a corregir ràpidament redirigint-la cap a l'autoconsum com a resposta a aquesta crisi global, de la que molts analistes diuen que sortirà molt millor parada que Occident. Apart de que tenen una ""pau social"" a punta de pistola que converteix el seu especial capitalisme en tremendament competitiu. Xina ha arribat per quedar-se, crec que qualsevol anàlisi que ho negui o li vulgui treure trascendència s'equivoca.
Un fantástico post, Albert. Y lo mejor de todo, el último párrafo.
Evidente el mensaje! En Europa y en España hay pánico al cambio. Demasiado apego a lo de siempre y a la estabilidad. Horror a salir de la zona de confort… Mmm… Así pocas cosas nuevas vamos a descubrir…
: )
@Alex,
creo que deberías leer el libro 😉
una abraçada
@Mar,
supongo que así nos van las cosas. El cambio sólo como última recurso..
saludos,
Potser sí 😉