Todavía me quedan unos cuantos días para iniciar las vacaciones, pero admito que ya tengo activado el modo pre-vacacional. Momento en el que empiezas a contar los días que faltan y a cerrar temas, en lugar de abrir nuevos.

Inevitablemente empiezas a escribir algún post como el de hoy, sobre las vacaciones y lo que harás para aprovecharlas mejor…

Hablando en genérico, para que nadie se me asuste, diré que hay momentos en nuestra existencia en que las dudas nos bloquean. Se nos abren un mundo de posibilidades pero no acabamos de decidirnos. O justamente es la ausencia de estas posibilidades lo que realmente nos preocupa.

A menudo consultamos la situación con personas cercanas a las que conocemos bien. O simplemente a las que respetamos su punto de vista. Un punto de vista que tiene que enriquecer nuestra perspectiva vital.

Las vacaciones son un buen momento para tomar distancia sobre estas situaciones más o menos trascendentales. Es nuestro punto y aparte. Es el reset vital, que ejercemos año tras año. Conseguimos desengancharnos de nuestro quehacer diario y cotidiano. Cambiamos de registro, de actividades. Desconectamos o lo intentamos.

En nuestras manos está buscar los “momentos-refugio” del día. Situaciones en las que poder evadirse de todo lo demás y dedicarse un momento para uno mismo.

No es cuestión de martirizarnos por los errores. Lo que toca es mirar un poco más a nuestro interior y enfocar hacia delante, encauzando más nuestra vida hacia donde creamos más oportuno.

La recomendación no es exclusiva para los que se encuentran ante una decisión inminente de cambio en su vida. A nadie tiene que sorprender, que estos días en los que bajamos de actividad profesional o la paramos totalmente y nos lanzamos a brazos de las actividades de ocio o simplemente a no hacer absolutamente nada y aburrirnos, son los mejores. Incluso para afinar y ajustar nuestros propósitos.

No es cuestión de llevarnos en el zurrón esos problemas que nos absorben y atormentan durante todo el resto del año, pero sí es buen momento para pensar que realmente que queremos ser de mayores. Qué queremos hacer con nuestra vida y si vamos o no, en buena dirección.

Una buena forma de iniciar la reflexión es pensar acerca de nuestros objetivos personales. Si el vacío obtienes por respuesta, es que primero tienes que enfrentarte a la realidad de que muy probablemente vas sin dirección alguna, sin objetivos concretos. Por inercia. Tiene solución, no es grave. Sólo significa que sigues un guión escrito por otros y que estás trabajando para cumplir los objetivos de los demás.

Tú verás. Sabemos perfectamente que sólo se vive una vida. Hagamos un carpe diem responsable, con la actitud de vivir intensamente cada instante, de afrontar la vida con optimismo y alegría.

Repiénsate a ti mismo o simplemente cambia algo de tu vida. Es tu guión y tú eres el protagonista. Aprovéchalo, atrévete. Las vacaciones también están para eso.

Post relacionados: