Cuando alguien es capaz de anticiparse a los problemas y sugerir soluciones con décadas de adelanto, es un visionario. Richard Buckminster Fuller sería uno de ellos.

Un visionario mítico y controvertido, que fue uno de los primeros emprendedores y activistas medioambientales en sugerir -hace casi ochenta años- soluciones para el cambio climático a la desaparición de los recursos naturales y energéticos. También fue de los primeros en afirmar que el ordenador sería una herramienta que cambiaría el mundo.

Como suele pasar con los visionarios, mezclan su inteligencia, con una extraordinaria intuición a pesar de que sus propuestas –a menudo utópicas- nunca lleguen a materializarse o fracasen comercialmente. A menudo son considerados por sus coetáneos como simples locos.

De alguna forma, la divisa personal de Richard Buckminster Fuller fue “¿qué puede hacer un individuo cualquiera por mejorar la vida de toda la humanidad, sin hacerle daño al planeta?”. O simplificando la idea de «crear lo máximo con los menos recursos posibles«.
Fuller insistió en combinar la iniciativa individual e integrar los sistemas de todo el pensamiento, el rigor científico y confiando en los principios elementales de la naturaleza.

Fuller no será recodado por sus inventos (cúpula geodésica, o el coche Dymaxion) sino su capacidad para forjar ideas inspiradoras y transformadoras que se dejan sentir ahora en incontables sitios. Dos de los conceptos más contemporáneos de nuestro tiempo, «sostenibilidad» e «innovación», no hubieran existido sin su influencia.

Aunque la mayoría de sus proyectos fallaron o fracasaron comercialmente, es un personaje increíblemente válido en nuestros tiempos, por su actitud y enfoque ecoinnovador, su curiosidad constante le hizo acercarse a multitud de disciplinas y porque nunca tuvo miedo a los fracasos

Para garantizar la continuidad de este legado se creó el Buckminster Fuller Challenge o, lo que es lo mismo, un concurso que invita a todo el mundo a presentar propuestas innovadoras que nos hagan mejores con menos…


El requisito es que todas propuestas presentadas estén basadas en el principio de Trimtab, es decir, se trata de encontrar maneras de obtener el máximo provecho de pequeñas cantidades de energía.

A este concurso internacional puede presentarse cualquiera con una idea sostenible, económica y barata. Las condiciones del desafío obligan a que los proyectos a presentar tienen que ser:
– Resolver múltiples problemas sin crear otros nuevos,
– Anticipación a necesidades futuras e impacto potencial a largo plazo,
– Ecológicamente responsable,
– Factible (basado en tecnología actual y los recursos existentes),
– Verificables (capaz de soportar rigurosas pruebas empíricas)
– Replicable

De los 33 finalistas, elegidos entre 285 entradas, el ganador se dará a conocer el próximo mes de mayo. En este sentido, la revista FastCompany ha seleccionado nueve ideas (“Nine ideas to save the World”) que considera muy relevantes:

Bonnie L Y Chu propone un refugio a prueba de ciclones que se puede construir con las manos, sin ningún tipo de experiencia de construcción, utilizando piezas prefabricadas que facilitan el proceso.

V S Gardiner diseñado un retrete portátil que transforma los residuos en abono. Una doble ventaja para la subsistencia de los agricultores con un saneamiento inadecuado.

Charlie Paton, Michael y Bill Pawlyn tienen como objetivo replantar el desierto del Sáhara, a través de un sistema que transforma el agua del mar, en agua dulce, mediante la simple evaporación solar.

Kickstart crea herramientas simples para que las personas en el mundo subdesarrollado puede utilizar para iniciar sus propios negocios. La herramienta más popular hasta la fecha ha sido Super Money Maker pump, que permite la subsistencia de los agricultores para crear explotaciones más grandes.

Más allá de la arquitectura CAD. Un equipo de arquitectos, matemáticos, científicos y propuso un sistema de programas de ordenador que podría generar automáticamente el diseños de construcción. Nuevos diseños respondan a las anteriores, garantizar el desarrollo urbano racional. Que podría ser construida en el sitio, utilizando prototipado rápido.

Umande Trust, en Nairobi, está construyendo letrinas comunitarias que generan biogás, que mejoran la sanidad de la zona y subvenciona el proyecto de expansión.

La espuma de poliestireno y muchos otros productos de construcción constan de hasta un 70% de derivados petroquímicos. Eben Bayer, Gavin McIntyre, Edward Browka han encontrado un hongo que, cuando se aplica a los subproductos agrícolas, produce un reemplazo de «Styrofoam» (o espuma de poliestireno).

Stacey Murphy Minas Productions diseñado un sistema de granjas urbanas y redes distribuidas que podrían transformar en espacios aprovechables los techos de los edificios urbanos, formando una cooperativa agrícola basada en “agricultura urbana”.

Uno de los proyectos más avanzados, es el actual proyecto de la City Car project del MIT. La idea es producir una red de vehículos de corto alcance on-demand, que podría solventar parte de los problemas de transporte público. Los vehículos estarían localizados en centros con gran actividad (estaciones de tren, centros comerciales). Los techos utilizan celdas solares para generar su propia energía y vender el exceso de poder de nuevo en la red.

Trimtab es la metáfora que Buckminster Fuller empleó para referirse a que pequeñas acciones pueden provocar grandes cambios. Trimtab está inspirado en el pequeño timón de dirección que incorporan grande s embarcaciones y aviones, llamado en inglés trim-tab, que con un leve movimiento del mango se cambia la orientación de la nave…
El
Buckminster Fuller Challenge hace honor a esa idea. Cuentan que en la tumba donde descansa Fuller, sólo aparece “Call me trimtab. Bucky”.

Ojalá tuviéramos a más Buckminster Fuller entre nosotros.

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