Efectivamente, hago oficial que dejo de ver la televisión. Hasta ahora veía más bien poca. Hace tiempo que dejé de ver películas, ante la insufrible interrupción de los bloques publicitarios. Hoy he decidido dejar de ver –definitivamente- las series de televisión, al menos tal como las emite la programación tradicional.

¿Mi última desagradable experiencia? Intentar ver una serie en Tele5 un lunes cualquiera por la noche. Bloques publicitarios de cinco minutos, con un último “corte” de serie de pocos minutos… y encima un “continuará”. Un insulto. Irritante. Una tomadura de pelo. Pero no es sólo Tele5, son todas. Mantendré la práctica ocasional de ver algún informativo y ya está.

¿Significa que dejaré de mirar películas o series en la TV? Para nada. Acabo de aumentar la velocidad de mi ADSL de 3 a 6 MB…

No dudo de los esfuerzos de las cadenas de televisión por “emitir” contenidos de interés y atractivos para el usuario. Otra cosa es que esos contenidos sean objetivamente buenos e interesantes, o que la experiencia del usuario sea satisfactoria, insuficiente para mantener el status quo actual.

El inicio del fin del modelo de la televisión tradicional, empezó hace unas cuantas décadas, con el mando a distancia, pero la digitalización de la programación de TV la está transformando. Menos de lo que quiere el usuario, y más rápido de lo que gusta a las televisiones tradicionales. De este envite no saldrá indemne. Diferentes dispositivos, personalización, interacción, control por parte del usuario, co-creación,.. Demasiado incluso para la tele tradicional.


Pero ojo, esto no significa que al modelo de TV broadcast, le queden dos telediarios. La verdad es que sigue defendiendo su territorio, haciendo guiños a las audiencias perdidas, atrayendo contenidos, formatos más afines (recomendable leer el artículo “
La revolución de las series.es”) y creando sitios web para intentar retener a su audiencia a quien le gusta participar y que reclama tener sus propios horarios.

La pregunta es, si tan claro está, si tan obvio es que -como yo- hay miles de usuarios haciéndose esta pregunta, ¿Por qué están tan atrasados –en términos de desarrollo de mercado- los proyectos de IPTV y Televisión Online?

Creo que probablemente la IPTV surgirá como la alternativa (¿masiva?). Las poderosas operadoras de telecomunicaciones son las primeras interesadas que eso suceda. Sólo representa un primera paso (aunque importante) hacia un sistema donde el usuario puede exhibir su poder, pero con una marcado control de la distribución de contenido.

En la IPTV sólo la plataforma disfruta de una relación directa y continuada con el usuario. Su reto, además de alcanzar la base de usuarios necesaria, será convertirlo en un medio participativo ¿Será capaz?

La TV online es una opción parecida, pero muy diferente en su concepción. Hablamos de entornos abiertos, pero más de nichos. Su gran ventaja es que no necesita un cambio en la infraestructura (el acceso a Internet) y que el editor o el propietario del contenido pueden tener relación directa y continuada con el usuario final. Estas dos diferencias representan un mundo de diferencia. El gran reto de la TV online… es su modelo de negocio. Y allí estamos.

El mercado y sus actores no se aclaran y yo seguiré reivindicando una experiencia similar a la de TV pero sin sus limitaciones, rigideces e interrupciones. Quiero poder ver video, compartirlo y comentarlo, de forma fácil sea cual sea el dispositivo ¿Tan difícil es?

Mientras no lo tengamos, los usuarios seguimos huyendo de la TV tradicional, buscando alternativas en el video (especialmente cuando queremos compartirlo con otros), nos refugiaremos en la Red o simplemente retomamos la lectura del periódico o de aquel libro semi abandonado.

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