El jueves pasado tocaba la primera sesión lectiva del master en marketing directo y digital de la UPF. Veintitantos alumnos de ocho nacionalidades diferentes (este año incorporamos Finlandia, Suecia y Francia) con experiencia en consultoría, industria digital, banca, gran consumo, industrial, etc.

Hace más de diez años que doy clases. Siempre me ha gustado empezar las primeras sesiones preguntando. Antes empezaba con un “¿quién es usuario de Internet?» Para luego evolucionar con un “¿quién se conecta cada día?”. Hoy de esas respuestas se extraen pocas conclusiones. El 100%. Así que he evolucionado hacia un “¿quién soy yo?”

Parece un imbecilidad que un “profesor” se ponga delante de sus “alumnos” (lo de las comillas es porque siguen esas etiquetas, pero cambian los roles). Pues así lo hice. Me interesaba saber cuantos de los asistentes habían googleado mi nombre. Resultado un 10%. Sabían razonablemente qué hacía, dónde había estado, habían remirado en este blog, etc.… Cierto que todavía es un porcentaje bajo, pero tremendamente revelador hacia dónde evoluciona esto.

Después de una sesión de tres horas (descanso incluido) dedicado a hablar sobre “Evolución del entorno: hacia una sociedad digital” se me ocurrió que lo mejor que podía hacerles para terminar la sesión era sugerir unas cuantas lecturas. Cerca de dos docenas de libros entre ellos algunos de indispensables. El primero “Crossumer” de Víctor Gil y Felipe Romero.

Este libro, que compré y leí hace pocos días, me ha parecido un libro de marketing lúcido y claro, sobre lo que podríamos denominar el marketing 2.0. Aunque no me ha descubierto nada nuevo, me parece una muy interesante manera, bien argumentada, fácil y práctica para los que quieren tener una visión sobre “el consumidor de nueva generación”.

Para acabar, una recomendación –casi- en tono imperativo. Les pedí…, les rogué a mis alumnos que empezaran a preocuparse (¡desde ya mismo!) de su identidad digital. Algo que tienen que empezar a crear y gestionar, con la mayor brevedad posible.

Creo que cualquier profesional debería tomarse muy en serio la gestión de su “marca personal”. En el caso de profesionales del marketing esto se convierte en “requerimiento de obligado cumplimiento”. Si eres incapaz de gestionar tu propia marca ¿quién te confiará su marca?

Post relacionados: