La coincidencia entre Nikodemo -cierre de la ronda de financiación- y mi aterrizaje en Multiplica, hacen que esté viviendo un momento profesional altamente interesante.

Son seis semanas las que llevo en Multiplica. El ritmo no ha aflojado. Engancha. Las jornadas se prolongan. Estos últimos días también hemos tenido la oportunidad de repensar en el desarrollo de Multiplica a corto y medio plazo. Posible, pero difícil con el día a día tan intenso.

Sigue sorprendiéndome el grado de atracción que genera su posicionamiento y propuesta de valor, así como el talento del equipo.

El proyecto es muy ambicioso. Nuestra intención es abrir este mes de abril (¡en pocas semanas!) en Sâo Paulo. Ya tenemos un socio local, que nos aportará el network potente necesario.

Algunos ya hace tiempo que están tomando lecciones de portugués. En breve esperamos incorporar la primera brasileña en la oficina de Barcelona. Nos interesa que se empape de la metodología y parte del know-how, especialmente en el ámbito de arquitectura de información y persuabilidad.

Hay más novedades previstas. Algunas incorporaciones que todavía no puedo desvelar (un gran fichaje), un cambio de oficina en Madrid (del zulo pasamos a una oficina amplia, céntrica y tremendamente coqueta) así como la incorporación en dos semanas de un director de administración y finanzas, posición que no existía hasta el momento. Algo que –erróneamente- no se consideraba necesario, ni que generara valor, pero que se ha demostrado lo contrario.

Además de seguir reforzando al talentoso equipo de Barcelona y Madrid, quizás lo más destacable es que hemos decidido hablar con posibles compañeros de viaje… Decisión trascendental, compleja, pero necesaria. Sabemos que para seguir nuestro libro de ruta, hace falta algo más que entusiasmo, energía y know how.

El requerimiento está claro. Seguir con la idea de mantener el control del proyecto. Esto es, convertir a Multiplica en una de las consultoras digitales de referencia del “mundo mundial”. ¿Por qué no?

Puede que parezca una locura o una utopía. Por la poca ortodoxia empleada hasta el momento. Muy a “tracción sangre”. Pero la confianza y lealtad de clientes, del equipo (muy especialmente) y colaboradores, nos da un plus de motivación y confianza en el futuro.

Sabemos que tenemos que mejorar un montón de cosas. Pero conforme pasan los días, más atractivo me resulta el reto y más sube el nivel de apuesta.

Me siento un privilegiado. Tanto mis alumnos/as del posgrado, Nikodemo como Multiplica me agotan, pero a cambio me recargan las pilas vitales. Trabajo, proceso y me siento más intenso y feliz que nunca, pero sobretodo, excelentemente bien acompañado.

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