Ayer me llegaba un curioso email de una amiga. Se trataba de un email que había recibido de una lista de distribución. Estaba escrito por una persona que trabaja en una agencia multinacional de publicidad y marketing.

Se trataba de informar acerca del un supuesto experimento en el que encerraban a una chico voluntario, durante diez días, sin cama, ni comida, ni teléfono.… al que cada día le plantearán retos que tiene que cumplir usando solamente la red y su capacidad de convencer a empresas y particulares a que le ayuden…

Este reto, con un planteamiento muy a la japonesa, forma parte –lógicamente- de una acción de este grupo de comunicación para llamar la atención sobre un evento que celebrará próximamente y que va sobre la transformación digital en la industria de la comunicación, etc.…

El tema no tendría más trascendencia que un puro acto de relaciones públicas, si no fuera por otras prácticas no tan visibles, ni notorias de este mismo grupo.

¿A qué me refiero? A un grupo capaz de “contratar” a profesionales en condición de becarios, sin ningún tipo de remuneración, ni contrato, para exigirles que trabajen como seniors, sin garantizarles incorporación en plantilla, ni ningún tipo de compensación económica.

¿A cambio de qué? De acumular experiencia y de poder anotar esa referencia en su currículum. Triste pero real.

Conste que no hablo de rumores. Lo digo con conocimiento de causa, después de haber contratado para QuinTeam a una persona que lo sufría en sus propias carnes.

Desde luego me parece lamentable prostituir la profesión de esta manera. Pero aún me fastidia más, que luego el mismo grupo se presente ante la industria y la sociedad, como profeta de la modernidad y adalid de la sociedad digital. Vergonzoso y lamentable.

Seguramente esa es una de las grandes razones para probar y huir de los grandes grupos multinacionales (de comunicación) y estar en una agencia como QuinTeam. Quizás no hacemos lo que queremos, pero sí tenemos muy claro lo que no queremos hacer.

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