Estos días la gente está más ocupada que nunca. Tenemos poco tiempo para hacer algo bien. Eso básicamente significa que no tenemos tiempo para pensar las cosas la mayor parte del tiempo. Entonces, la mayoría de las veces, tendemos a apresurarnos a sacar conclusiones, aceptamos información errónea, saltamos matices y confiamos en suposiciones superficiales. Dan Pontefract, en cambio, nos pide que hagamos una pausa para reflexionar.

En Open to Think, Dan Pontefract explica cómo funciona el sistema “soñar, decidir, hacer”. También proporciona ejemplos de la vida real de «pensadores abiertos» cuyos logros se derivan de sus prácticas cognitivas deliberativas.

Según este libro, la sociedad ha perdido el control sobre lo que importa: la capacidad de pensar. El pensamiento claro es ahora un bien cada vez más escaso. Sinceramente, tiendo a estar bastante de acuerdo con el autor.

En Open to Think, presenta cómo el pensamiento abierto equilibra la reflexión y la acción, cómo dar la bienvenida a nuevas ideas, los tres elementos centrales del pensamiento abierto: pensamiento creativo, crítico y aplicado, cómo mejora la toma de decisiones y la implementación del pensamiento abierto.

Principales ideas de Open to Think

  • Las personas y las organizaciones a menudo sacan conclusiones precipitadas y toman decisiones sin una consideración cuidadosa. 
  • Un “pensador abierto” toma tiempo para reflexionar, sopesar la evidencia y llegar a conclusiones informadas.
  • El pensamiento abierto equilibra la “reflexión y la acción”.
  • Los pensadores abiertos utilizan el pensamiento creativo, crítico y aplicado. 
  • Cuestionan todo y se mantienen receptivos a nuevas ideas.
  • El pensamiento abierto tiene tres aspectos: “creatividad, juicio y acción”.
  • La creatividad depende de una deliberación cuidadosa y de ideas audaces.
  • El juicio requiere razonamiento informado, análisis y toma de decisiones.
  • Toma medidas solo después de aplicar una consideración cuidadosa para resolver problemas y tomar decisiones.
  • Como pensador abierto, incluye tiempo para soñar, decidir y hacer todos los días.

Pausa para reflexionar

Andamos super-ocupados, acelerados, con la sensación de no llegar y de hacer las cosas a medias…. inlcuos de pensar bien las cosas. Para muchas personas, el pensamiento claro es un bien cada vez más escaso. Las personas no siempre dan los pasos necesarios para sopesar cuidadosamente sus opciones, desarrollar experiencia y llegar a sus propias conclusiones razonadas para resolver problemas y tomar decisiones. Algunos subcontratan su pensamiento creativo y crítico a Alexa, Siri o Wikipedia. Los pensadores cerrados no están dispuestos a abrir sus mentes a nuevas ideas. Parecen pensar que es más conveniente ir por la vida sin información e ideas nuevas. Demasiadas organizaciones también funcionan de manera cerrada. 

“Cuando pensamos, estamos usando nuestra mente para formar o conectar activamente una idea… Pensar es también un enfoque, una posibilidad, una deliberación, una opinión o una actitud. Incluso puede ser una creencia o una conclusión”.

Muchas personas y empresas necesitan adoptar un nuevo proceso de pensamiento para desarrollar sus habilidades y agilidad en la toma de decisiones. Este sistema mejorado de pensamiento, pensamiento abierto, es «un enfoque holístico de reflexión, toma de decisiones y acción para asegurar un resultado ético«. El pensamiento abierto exige una cuidadosa consideración, para actuar a través de un proceso de “soñar, decidir y hacer”. Con un pensamiento abierto, resuelves un problema, sopesas la evidencia, decides cómo resolverlo y luego tomas las medidas necesarias. El pensamiento abierto es iterativo, inclusivo, contemplativo e interrogativo. Es deliberativo, no automático o reflexivo.

“Reflexión y Acción”

El pensamiento abierto equilibra la reflexión y la acción. Si estos elementos no se alinean, pueden afianzarse tres malos hábitos:

  1. “Pensamiento indiferente”: el hábito atrapa a las personas para que permanezcan con sus métodos y procesos de pensamiento actuales, sin importar cuán contraproducentes sean. 
  2. “Pensamiento indeciso”: aquellos que tienen dificultades para tomar decisiones constantemente se confunden sobre qué hacer o no hacer. Caen presa del “sueño interminable”, un estado mental que el experto en gestión estratégica H. Igor Ansoff llama “parálisis por análisis”.
  3. “Pensamiento inflexible”: muchas personas se sienten incómodas pensando conscientemente en lo que creen o en las acciones que van a tomar. Evitan analizar sus propios procesos y simplemente se lanzan hacia adelante. Ellos “eligen la actividad sobre una combinación ponderada de ideación, pausa, consideración y respuesta… El acto de hacer se convierte en lo más importante”.

Bienvenidas nuevas ideas

Los pensadores abiertos se mantienen receptivos a nuevas ideas e información de una amplia variedad de fuentes. Dan la bienvenida a los conceptos innovadores y ven con escepticismo los dogmas aceptados. Los pensadores abiertos van más allá de lo que saben. Reconocen lo que no saben y están dispuestos a aprender. Persiguen el descubrimiento incluso si el nuevo conocimiento puede alterarlos o destruir su visión actual del mundo. Para determinar si debe incorporar el pensamiento abierto en su forma de manejar la información, realizar análisis y tomar decisiones, hágase tres preguntas sobre la forma en que piensa ahora: ¿Dedica suficiente tiempo a “reflexionar y soñar”? ¿Confías en datos verificables para tomar decisiones? Y, ¿te tomas el tiempo necesario para hacer las cosas bien? El pensamiento abierto tiene tres elementos centrales:

1. “Pensamiento creativo”

El pensamiento creativo cubre «ideación y reflexión», que conducen a mejores ideas. El mitólogo Joseph Campbell se hizo famoso por su análisis detallado y perspicaz de los arquetipos culturales. Su ejemplo más notable es el «héroe», la inspiración para el personaje de Luke Skywalker en la franquicia cinematográfica de Star Wars. Campbell se dio tiempo para reflexionar profundamente, abandonando la escuela de posgrado para viajar y pensar antes de producir su clásico, El héroe de las mil caras.

“Pensar, como comer, es algo que todos hacemos. De hecho, todos estamos constantemente pensando. Pero al igual que con la alimentación, existen hábitos tanto saludables como no saludables”.

Los pensadores abiertos están dispuestos a «vagar» y tomarse el tiempo que necesitan para pensar las cosas. Tomarse el tiempo para pensar significa hacer tiempo para soñar despierto, un componente esencial de la creatividad. Cuando sueñas, te detienes y observas. Pasas tiempo pensando. Soñar despierto te ayuda a descubrir nuevas soluciones y procesos. Para un pensador abierto aspirante o practicante que quiere hacer una pausa y reflexionar, el tiempo se convierte en el bien más valioso. No explotes tu tiempo, como la mayoría de las organizaciones quieren que haga. Explóralo. Establece un sistema de gestión del tiempo de calidad para proteger su tiempo. No te comprometas demasiado. Libera tu día tanto como sea posible. Cuando puedas, asigna tareas básicas a las personas de tu equipo. Mueve tu enfoque de las minucias al panorama general.

2. “Pensamiento crítico”

El pensamiento crítico se centra en el análisis y el juicio; genera una mejor toma de decisiones. Todo el mundo tiene sesgos cognitivos que se interponen en el camino del pensamiento claro y lógico. Aprende tus sesgos y compénsalos. Desafíe su pensamiento y las conclusiones a las que llegue. Buscar nuevas ideas e información. Da la bienvenida a opiniones contrarias o disconformes.

“Pensar mejor es difícil, no fácil. Pensar mejor requiere tiempo, no prisa. No hay ningún atajo.»

Colaborar con tus colegas ayuda a promover el pensamiento abierto. Pídeles a personas en las que confíes y respetes sus sugerencias y consejos. Cuantas más personas involucres en tu toma de decisiones, mejores serán tus decisiones, dentro de los límites. Mientras piensas en nuevos enfoques y conceptos, ten en cuenta que el fracaso no es negativo para las personas u organizaciones si tú y tu empresa evalúan sus errores. El fracaso puede tener valor como una experiencia de aprendizaje. Puede ayudarte a diagnosticar dónde se puede haber descarrilado tu pensamiento crítico personal o corporativo. Para aprovechar al máximo los procesos y actividades diarios, así como los éxitos o fracasos, los líderes organizacionales deben ser pensadores abiertos que comprendan las cualidades de liderazgo cruciales que forman parte del pensamiento crítico. 

3. “Pensamiento aplicado”

Pensamiento aplicado significa actuar sobre sus decisiones. El pensamiento aplicado actualiza su «compromiso de ejecutar una decisión». No se enfoca en “qué” hacer, sino en “cómo” hacerlo. Para obtener los resultados que desea, el «cómo» siempre cuenta. Establezca metas claras que todos en su equipo puedan entender. Para inspirar a sus colegas a desarrollar sus propias soluciones, apoye las soluciones que sugieran e impleméntelas en un proceso de acción planificada. Demuestre su empatía y comprensión sobre su lucha para encontrar esas soluciones. Debido a que las condiciones externas cambiarán constantemente, permanezca flexible y comprensivo.

“Nuestros sentidos son bombardeados diariamente por propaganda política y noticias falsas. Fluctuamos entre un alto filtrado y la credulidad. La verdad es cada vez más difícil de discernir”.

No asuma que sus soluciones de pensamiento aplicado siempre funcionarán bien o sin problemas. No lo harán. Espere inconvenientes en el camino. En cualquier esfuerzo reflexivo, el “hipo y las bolas curvas” vienen con el territorio. Evite que su organización se convierta en una “fábrica de acciones”. Mantener a todos luciendo muy ocupados todo el tiempo puede generar una apariencia de eficiencia, pero el trabajo ocupado no es eficiente. Desea que sus empleados sean considerados en sus acciones. Eso no puede suceder cuando todos se mueven a 100 millas por hora. Ayude a sus empleados y colegas a enfocarse en el largo plazo, no en el corto plazo.

Pensamiento aplicado en tu organización  

Mientras ejercitas el pensamiento aplicado, “se implacable con el largo plazo”. Sí, debes lograr cosas hoy, pero no te dejes seducir por el aparente éxito de la acción constante. Es posible que, por reflejo, desees priorizar las acciones inmediatas, y debes mantenerse alerta sobre el corto plazo, pero siempre pregúntate cómo lo que haces hoy afectará tu propósito principal y la forma de tu futuro. Para vigilar de cerca el corto plazo y estar al tanto del largo plazo, refina tus prácticas organizativas internas, como la «etiqueta del calendario» y la gestión del tiempo. Reconoce que la información y los procesos se volverán obsoletos, a veces más rápido de lo que puedes imaginar. Entonces, si bien debes aceptar los errores, la forma en que respondes a estos aspectos inevitables de hacer negocios resaltará la eficacia, o la falta de eficacia, en tu pensamiento aplicado. Sé ágil, resiliente, tolerante y evita el pensamiento rígido.

Pensador abierto: Chef Peter Gilmore

El chef ejecutivo australiano Peter Gilmore planifica y supervisa la preparación de comidas en dos restaurantes galardonados en Sydney, Australia: Quay y Bennelong. La forma en que trabaja ejemplifica el pensamiento abierto. Aplica la «visualización creativa» cuando planea un nuevo plato, comida o menú. Durante esta etapa, evita la practicidad porque limitaría su pensamiento, pero nunca olvida que los platos con los que sueña deben convertirse en elementos viables del menú. Equilibra la reflexión y la acción. Sus platos encarnan los aspectos de soñar, decidir y hacer del pensamiento abierto. 

“La mayor barrera en nuestra sociedad es la falta de diálogo genuino y práctica crítica”. (Lisa Helps, alcaldesa de Victoria, Columbia Británica)

Para retener sus ideas emergentes, Gilmore escribe todo. Ensaya nuevas recetas, moviéndose entre el pensamiento creativo, crítico y aplicado. Gilmore depende de la colaboración con su equipo de cocina para desarrollar, formalizar y finalizar todos los aspectos de un plato. Documenta el proceso de preparación y el costo de nuevos platos. Averigua cómo explicárselos al equipo de recepción y ayuda a los camareros a describir la «emoción y la intención» de un nuevo plato a los clientes. Las cocinas de Gilmore funcionan como campo de pruebas y pruebas para el pensamiento abierto. 

“10 Directrices Esenciales para el Pensamiento Abierto”

Sigue estos 10 principios para ejercitar el pensamiento abierto: 

  1. Permítete suficiente tiempo para pensar clara y comprensivamente. Nunca apresures tu pensamiento. El pensamiento abierto es un “movimiento de pensamiento lento”.
  2. Demasiado pensar, repensar y volver a pensar puede volverse contraproducente. También puede ocurrir demasiada colaboración. Después de una cuidadosa reflexión y conversación, avanza con decisión. 
  3. Nunca tomes acción solo por tomar acción. Piensa en lo que haces y decide lo que no debes hacer.  
  4. Se flexible en tu forma de pensar. Deja que el conocimiento moldee tus ideas y opiniones. 
  5. Escribe tus mejores pensamientos. El flujo de ideas es un recurso continuo. 
  6. Se sistemático y organizado en todo lo que dices y haces. Los atolondrados son pensadores y planificadores ineficaces.  
  7. No puedes ser creativo si siempre estás ocupado. Toma descansos para refrescarte y crear tiempo para que surjan nuevas ideas. 
  8. Busca información para permitir un análisis adecuado y una toma de decisiones informada. Nunca te apresures. No te conformes con datos insuficientes. Lisa Helps, alcaldesa de Victoria, Columbia Británica, cree que las personas a menudo sacan conclusiones prematuras después de leer «tres cosas en Facebook». Se enfrenta a cada situación lista para recibir información significativa.
  9. Mantén tu enfoque. No sucumbas a las distracciones que te hacen perder el tiempo.
  10. Como pensador abierto, incluya tiempo para soñar, decidir y hacer todos los días.

Agilidad y Flexibilidad

Los pensadores abiertos se mantienen flexibles y adaptables. Dion Hinchcliffe, director de estrategia de 7Summits, un proveedor de soluciones en línea recomienda probar nuevas ideas si las antiguas no funcionan. Desarrolló un sistema de cinco pasos para la resolución flexible de problemas: 

  1. Desarrolla una idea o solución.
  2. Prueba tu idea. Experimento. Si fallas, falla rápido. 
  3. Toma la decisión más refinada posible. Continúa con la resolución de problemas.
  4. Si no puedes encontrar una solución, deja el problema actual en el estante. Concéntrate en un nuevo problema y trata de resolverlo en su lugar. 
  5. Mantener un ciclo alimenta la flexibilidad. Estar preparado para volver al problema original. Este proceso te educa continuamente. 

“Los analfabetos del siglo XXI no serán los que no sepan leer y escribir, sino los que no sepan aprender, desaprender y reaprender” (Alfred Toffler)

John Dalla Costa, fundador del Centro de Orientación Ética de Toronto, dice que los pensadores abiertos tienen tres características:

  1. “Coraje”: se conectan con nuevas ideas, incluso si esas ideas van en contra de su visión actual del mundo.   
  2. “Responsabilidad”: aceptan información nueva y verificable y dan la bienvenida a nuevos datos que los acercan a una verdad última.
  3. “Equidad”: saben que la investigación y la experimentación a menudo implican errores, que pueden ser los mejores maestros de todos.

Foto de Samantha Garrote en Pexels

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