Releo con frecuencia ‘Prepárate, el futuro del trabajo ya está aquí’, interesante trabajo de Lynda Gratton en el que analiza las fuerzas que cambiarán la manera en que trabajaremos los próximos 10 ó 15 años, a partir del impacto de la tecnología, la globalización, la demografía, la sociedad y la energía.

El futuro se puede entrever a grandes rasgos, pero nuestro papel en él todavía no está escrito. Lo que está claro es que su transformación es imparable y como individuos deberemos adaptarnos o confiar que nos toque la lotería.

La premisa es la incertidumbre y la rápida transformación de las formas de trabajar de los últimos decenios (horarios fijos,  trabajar en exclusividad para una empresa, entornos jerarquizados, compañeros conocidos y próximos,…) que serán substituidas por estructuras más orgánicas, flexibles, con un uso intensivo e inteligente de la tecnología  y más organizado en red.

Nuestras vidas cambiarán y no se mantendrá necesariamente el orden clásico de estudiar, trabajar y jubilarse. El futuro de nuestra vida laboral depende, s/Lynda Gratton, de nuestra capacidad para afrontar este triple reto:

  • la permanente inversión en el capital intelectual para profundizar en esa especialidad que nos interesa
  • la inversión en capital social a través de amistades y redes. Con un exigente equilibrio entre amistad y confianza, y redes sociales que nos inspiran y abren nuevos territorios
  • el esfuerzo para conseguir superar la trampa del “empleo clásico” enfocado al dinero/consumo y una ocupación más acorde con nuestras necesidades emocionales y nuestro deseo de experimentar y sentir pasión por nuestro trabajo.

Quiero compartir contigo una selección y resumen con algunos de los hechos y tendencias que considero más importantes entre las que enumera Lynda Gratton. Algunas son sobradamente conocidas, otras quizás no tanto.  La premisa es siempre ver el vaso medio lleno, aunque admito un cierto vértigo… Ahí van:

  1. La capacidad tecnológica aumenta exponencialmente gracias al fácil acceso de tecnología compleja con dispositivos móviles relativamente baratos
  2. Conciencia global: como consecuencia de miles de millones de personas conectadas en todo el mundo
  3. La nube se vuelve ubicua: una infraestructura global que facilitará el acceso a servicios, aplicaciones y recursos, para cualquiera persona y cualquier lugar del planeta (en teoría, claro)
  4. Mayor productividad con menos énfasis en la tecnología y más en activos de carácter organizativo, cooperación, trabajo en equipo, co-creación… menos competitividad individual aislada y mucha más colaboración.
  5. Los conocimientos mundiales se digitalizarán
  6. La participación social aumenta: una de las grandes incógnitas es predecir qué hará la gente con unos niveles de conectividad, de contenidos y de producción sin precedentes. Posibles resultados serán los contenidos generados por usuarios (cultura remix incluida), la ‘sabiduría de masas’ y la aplicación de la innovación abierta
  7. Ecosistemas industriales complejos: en los que convivirán megaempresas y una constelación de emprendedores entusiasmados e inspirados por su trabajo, cuya colaboración generará gran valor añadido.
  8. Polarización profesional. La élite profesional se lo lleva todo, no me refiero tanto a nivel directivo sino aquellos profesionales con una habilidad y competencia especializada y profunda.
  9. Virtualización del trabajo y un importante desarrollo de avatares a nuestro servicio y trabajos con equipos de otras nacionalidades y probablemente lejos de tu ciudad natal. Simultáneamente se producirá un auge de los sistemas cognitivos. El crecimiento del flujo de información será imposible procesar y digerir.  La aparición de asistentes cognitivos que nos ayudarán a ordenar y priorizar la información.
  10. La tecnología reemplaza puestos de trabajo no sólo en la industria también en el servicio y cuidado de personas…
  11. 24/7 y el mundo global. Una jornada laboral continua y sin fronteras
  12. Economía emergentes
  13. Innovación frugal: la innovación ya no es algo exclusivo del mundo occidental desarrollado, los mercados en desarrollo saben innovar a un menor coste.
  14. Liderazgo de China e India, también en educación. La tendencia a estudiar materias científicas más difíciles los convertirán en la mayor cantera de ingenieros y científicos.
  15. El mundo se vuelve urbano y se recrudece la guerra de clusters. La lucha por el talento lo es todo.
  16. Continuas burbujas y caídas.
  17. Aumento de la longevidad. Por necesidad o deseo, pero más allá de los 60 años seguiremos trabajando. El desafío será crear trabajo para los que necesiten trabajar.
  18. La emigración global aumentará
  19. Cambios en la esfera personal. Las familias cambiarán y los grupos de trabajo se diversifican. La estructura tradicional de familia amplia irá dejando paso a familias más pequeñas y en constante transformación (padrastro, hermanastra,…).
  20. El papel de las mujeres con poder
  21. El hombre en busca de un mayor equilibrio personal y profesional
  22. Creciente desconfianza en las instituciones
  23. El ocio pasivo aumenta
  24. Los precios de la energía aumentan. El transporte de mercancías y pasajeros deberá reducirse considerablemente.
  25. Los desastres medioambientales provocan el desplazamiento de la población. Empieza a surgir cultura de la sostenibilidad

Estos elementos constituyen hechos más o menos contrastados. Ahora nos toca a cada un@ seleccionar las piezas y encajarlas en nuestro propio guión futuro, atendiendo a nuestra realidad personal, contexto y esquema de valores. Como la autora propone, hay que seleccionar aquellos hechos, profundizar en ellos, clasificar y priorizar, y por último buscar el patrón o la historia que tenga más sentido y concuerde con la forma que imaginamos nuestro futuro.

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