Yoneji Masuda, uno de los artífices de la revolución japonesa de los ordenadores, preveía una futura utopía en la que el “tiempo libre” sustituya a “la acumulación material”.

Hace ocho años, Jeremy Rifkin publicaba el “The end of work” (‘El fin del Trabajo’) que preconizaba el paro que generaría el progreso tecnológico. Un paro estructural que exige medidas más allá de la tradicional flexibilidad laboral. Quizás esa no ha sido la causa directa, pero sí es cierto que ha permitido amortizar miles de puestos de trabajo a causa de la recesión.

El panorama laboral resultante son organizaciones pesadas que con más o menos rapidez están flexibilizando su estructura para adaptarla mejor a los vaivenes del mercado. Recurriendo en muchos casos a contrataciones encubiertas a través de supuestas externalizaciones, o a otras soluciones más creativas. Sea lo que sea, la realidad empuja a que la mano de obra debe ajustarse y ser más flexible.

Para algunos es la oportunidad de repensar el modelo de organización. Adaptarse, descentralizar para ganar agilidad, flexibilidad, innovación,.. La teoría es fantástica, pero la realidad es muy poco dúctil. Hay escollos importantes. Algunos grabados en piedra en el sistema operativo de nuestra sociedad ¿Ejemplos? Personalmente, el término “contrato indefinido” lo considero un placebo  peligroso que deberíamos eliminar. Tan peligroso como el fumar en recintos públicos o ir sin casco cuando vas en moto.

¿Qué hay más allá? Es difícil explicarle a alguien que lleva veinte años en la administración pública o en la misma empresa, que entienda el significado y trascendencia de la “Cultura de la Colaboración”. No es una moda, es una necesidad. Una inmensa mayoría de organizaciones están obligadas a ser más abiertas y descentralizadas. Hablo de colaborar con proveedores, clientes, universidades, redes profesionales, asociaciones e incluso con competidores.

Todo ello acompañado por una mirada más ética, con  crecimientos menos agresivos, más atentos a los beneficios a largo plazo, a la sostenibilidad y estabilidad económica con recursos propios, que a la rentabilidad inmediata, el pelotazo… o esperando la subvención de turno.

La “Cultura de la Colaboración” no se puede entender, ni ejercer “sin mojarte”.  Cuando se te mojan los pies no es sencillo encontrar el equilibrio personal y profesional. Una vez roto el mito de la carrera profesional en las organizaciones y de la trampa vital de la falsa seguridad ¿Qué alternativas hay? La descentralización y la autonomía, esa que da a los profesionales mayor libertad y flexibilidad? dejando al descubierto la “seguridad” financiera o la formación? No hay soluciones perfectas (ver Prepárese: en el futuro, todos autónomos). Reducir la capacidad adquisitiva de los e-lancers o de los minijobs puede parecer una afrenta, pero tener un 25% de paro es infinitamente peor.

Un mundo mejor es posible pero hay que atreverse a poner el cascabel al gato. A la mayoría les da miedo el agua y pánico mojarse los pies. Así nunca cambiaremos.

Me subleva cuando hablo con chavales de veintitantos años, varias licenciaturas, masters e idiomas, con la cabeza muy amueblada y algo de experiencia, con ganas de comerse el mundo. Y por otro lado a profesionales con contrato indefinido, más pendientes del comité de empresa y del convenio colectivo que de hacer bien su trabajo.

No puedo cambiar el mundo pero sí aportar mi grano de arena tanto para los que se sientan exploradores de nuevos territorios como los que están desorientandos. Da igual que lo hagan convencidos u obligados por las circunstancias. Esperar no sirve de nada. La nostalgia por los tiempos del contrato indefinido y el cuerno de la abundancia, son historia. Cada uno imagina un futuro y lo prepara a su manera, las coordenadas que sugiero son:

  1. Desarrollar el pluriempleo o los pluriproyectos, salvo –quizás- que el proyecto sea propio y te exija el 110% de tu tiempo
  2. Si tienes un proyecto propio, no persigas enriquecerte (no lo conseguirás), mejor céntrate en pasarlo bien (gracias @Titonet)
  3. Gestionar el recelo hacia las dedicaciones part-time, tanto si eres contratante o contratado
  4. El tiempo libre es más escaso y preciado que el dinero. Valóralo muy por encima del dinero
  5. Desarrollar una red real de contactos
  6. Mantener el equilibrio emocional (hay que morderse la lengua o…).
  7. Mantener el equilibrio financiero, todavía más complejo que el anterior
  8. El reciclaje continuo es obligatorio (te doy alguna pista: Foxize)
  9. Conecta y comparte iniciativas, se generoso y conquistarás el mundo
  10. Construye tu propuesta de valor y desarrollar tu marca personal

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