Hace unos meses escribía sobre el ranking de Las 50 empresas más innovadoras del mundo de la revista Fast Company (“The Fast Company 50: The World’s Most Innovative Companies”). En este ranking, en el nº7, aparecía Pure Digital Technologies cuyo gran éxito ha sido la definitiva democratización del video para las masas con su cámara digital The Flip Video, en un mercado ultra competitivo de la electrónica de consumo.

En sólo 18 meses, la empresa había conseguido vender 1,5 millones de sus cámaras de vídeo de mínimo peso (90 grs), carcasas tuneables hasta el infinito (1000 diseños) y una increíble facilidad de uso. Las cámaras permiten grabar hasta 60 minutos de vídeo y se conectan con el PC a través de un puerto USB. Algo que facilita la subida de vídeos a webs como Youtube. Un pequeño de detalle: ya graba en 720p HD… con un precio sobre los $230

Seguramente por eso no fue casual que pocas semanas más tarde se hiciera pública la operación por la que Cisco Systems adquiriría Pure Digital Technologies, por 590 millones de dólares (unos 432 millones de euros).

La intención de Cisco con esta compra es aumentar presencia en el mercado de consumo y su objetivo es desarrollar nuevos productos para este ámbito gracias a la plataforma de The Flip Video y un excelente indicador de hacia del excelente recorrido que le espera al video online.

Pero no quería hablar del video online. Quería destacar la revolución de lo barato y lo simple, que tan bien encarna The Flip Video. Por eso recomiendo leer el artículo de Wired “The Good enough revolution: when cheap and simple is just fine”.

La filosofía de lo “simple y barato” es extensiva y llega a ámbitos insospechados. Desde los populares netbooks que medio-sustituyen a los ordenadores, hasta la publicidad con texto simple que tanto éxito ha supuesto para el negocio de Google, consiguiendo atraer una parte muy importante de la inversión publicitaria. Así podemos continuar con Skype es a la telefonía, lo que Kindle de Amazon a los libros…O incluso los MQ-1 Predator, inicialmente aviones de vigilancia, que se han acabado usando como aviones de ataque con unos mínimos retoques.

En todos los casos hay un denominador común. Aunque la alternativa es más simple que la referencia, se crea una “nueva” categoría de producto al renunciar a determinados aspectos. En unos casos renunciar a una mejor óptica o estabilizador de imagen (The Flip Video), en otros tener menos capacidad de procesador (netbooks)… Siempre suficiente para los clientes que aprecian esa nueva categoría, porque mantiene lo esencial que demanda el usuario a unos costes mucho más bajos. Y eso al final es lo que importa.

Probablemente los marketers nos hemos pasado años sofisticando los productos y servicios, acumulando funcionalidades inútiles e inapreciables para la inmensa mayoría de los clientes. Al llegar los sustitutos simples y baratos que cubren la necesidad básica demandada, arrasan, creando una exitosa nueva categoría.

¿Innovación o sentido común?

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