Cuando ya estamos medio enterrando a las teles tradicionales, todavía nadie –excepto Steve Jobs- ha dado con el modelo de vender contenidos en la red y hacer dinero, mucho dinero.

Todos los caminos pasan –aún- por la teles. TVE anuncia que ya no habrá publicidad en sus pantallas. Que nadie se confunda, seguiremos teniendo la misma calidad de televisión, al servicio del gobierno de turno. No estamos en Inglaterra y esto no es la BBC.

Algunos piensan que esa inversión se canalizará hacia otras teles o incluso a la publicidad online. Pero muy probablemente esa inversión…desaparezca, se esfume. Ah! el quebranto económico de la tele pública, lo seguiremos pagando los de siempre. Antes el canon SGAE, ahora además la “tasa TVE”. Bonito ¿verdad?

Llevo tiempo dándole a cómo demonios se puede triunfar sin pasar por las teles. O mejor aún, como hacer una serie de animación para la tele, pero sin pasar por la tele. Sé de iniciativas potentes, creo que pronto habrá respuesta…

Nadie pone dinero, ni nadie firma nada. Aunque “nuestra tele” tiene que elevar en un 20% la obligación de invertir en películas nacionales, las producciones seguirán yendo a parar a los habituales. Al resto, a poner una velita, a sindicar los contenidos y a pachas en ingresos publicitarios. Para pagar una ronda de bravas y unas birras. Poco más.

Importa el contenido, sí, pero todavía más la ventana de difusión. Y lo siento, la democratización de los contenidos en Internet y el modelo de negocio que lo haga sostenible, aún no es una realidad.

Nosotros estamos haciendo un esfuerzo notable por focalizar y acelerar nuestra actividad. En la mayor de las soledades que conste. “Evangelizando” dicen.

En verdad cada vez creo menos en los contenidos como unidad concreta. Creo que en el vínculo entre la marca y su público. Ese es el motor de todo. ¿Y el contenido? La excusa ¿quizás el soporte?

Queremos hacer un gran proyecto, creo que ya lo sabe todo bicho viviente, para nosotros eso se llama hacer una serie de animación. ¿Después? Haremos otra.

No pasará como en la fábula de la zorra y el racimo de uvas, cuando una zorra ve un racimo de uvas e intenta cogerlo. Al comprobar que está demasiado alto las desprecia diciendo «¡No están suficientemente maduras!». Fingiendo despreciar aquello que secretamente anhela y que sospecha inalcanzable.

Evito usar las barreras de entrada de las televisiones, la inmadurez del video online o la crisis, como excusa. Se puede hacer, pero hay que emplearse a fondo para que las cosas sucedan de verdad.

Escasean los referentes, pero a cambio sí tenemos nuevos -y estimulantes- actores. Algunos tienen que decidir si prefieren escribir los guiones del futuro, o seguir como siempre, auto complaciéndose y escuchando las historias del pasado. Alguien dijo que lo que “importa es lo que eres y haces ahora, no lo que fuiste o lo que hiciste en el pasado” ¿Qué eres ahora?

Dice Nueno que “en pocas ocasiones la oportunidad coincide exactamente con la percepción que los emprendedores tienen de ella…”. Humildad, proactividad y valentía para equivocarse son una buena receta. Optimistas que saben que todo es efímero y que prefieren cambiar por iniciativa propia, antes de que les obliguen a cambiar.

Se acabó el tiempo de las cheerleaders, ahora se juega el partido.

Post relacionados: