Algo está pasando. Llevo unos días empezando a leer noticias positivas. Incluso dos portadas con noticias económicas optimistas consecutivas, que no parecen obra de los fontaneros de ZP, ni mensajes mesiánicos de ningún presidente sospechoso de pasarse de animoso

Primero fue el anuncio que las perspectivas económicas de la OCDE muestran signos de posible mejoría en Francia y en Italia. Después la publicación de los resultados de una encuesta realizada por The Wall Street Journal, entre 50 importantes economistas, en la que hay unanimidad respecto a que la recesión acabe en septiembre…en EEUU.

Por última una de China, la fábrica del mundo y virtual ganador de la crisis para muchos, donde su primer ministro Wen Jiabao declara que la economía china ya muestra señales de recuperación.

Por aquí, en España, las cosas andan como siempre. Después del ruido por el cambio de carteras ministeriales, da la impresión que todos esperan a que algunos de los nuevos se saque algún conejo de la chistera. Miedo me dan.

No soy demasiado optimista. Si no se prioriza el gasto público y éste se sigue destinando a infraestructuras no productivas (“arreglar la plaza del pueblo”) en lugar de invertir en algo más productivo (p.e. investigación) de poco va a servir.

Estos días he leído la expresión – empleada por Joan Majó- que esta “es una crisis de cambio de estructura del PIB”. La ayuda pública, además de reactivar la economía, “se echa en falta que se use para cambiarla, para hacer infraestructuras de futuro”.

Además de esto, también sería interesante una campaña de concienciación entre los millones de funcionarios que mantenemos, para que consuman más. Recomiendo el post de Martí SaballsFuncionarios: !consumid! sois nuestra esperanza”. Un tópico… cada día más preocupante.

Un país de funcionarios, picaresca abundante, y unos sumisos consumidores y contribuyentes. ¿Para qué nos sirve “participar” en la cumbre del G20? ó ¿servirá de algo tanto cambio de ministro? Cuando de verdad lo que hacen es chulear con nuestros impuestos (esto da para un blog entero) o cuando en mi profunda ignorancia sigo sin comprender el por qué las petroleras suben un 4% los combustibles en Semana Santa pese a la caída del petróleo. ¿Alguien tiene una explicación coherente?

Estoy animado, pero también convencido que queda la peor parte de la crisis. Probablemente el tramo más virulento. La crisis de liquidez está haciendo estragos en un porcentaje muy elevado de empresas. Pero por aquí, seguimos arreglando las plazas de los pueblos… ¿O ya se agotó el dinero?

Mucho por recorrer y con los deberes por hacer. Ahora que ya sabemos que ni los ministros, ni los funcionarios nos salvarán (salvo que consuman más), habrá que espabilarse.

Sólo me motiva compartir las nuevas iniciativas, proyectos e ilusiones con gente con ganas de hacer cosas. Los únicos en los que de verdad confío para que arrimen el hombro en remontar la situación. Diría que ya se divisa el final del túnel. Me lo quiero creer, me lo creo. Y quizás porque no lo ha dicho ZP. Pero por favor, no pares y sigue remando.

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