Empezando por lo malo:
En su opinión “funciona el networking, pero degenerando en enchufismo, y demasiado por encima de la
meritocracia”. Algo que le choca, porque por sangre proviene de una cultura históricamente meritocrática. Su impresión es que aquí “hay menos meritocracia y se funciona más por contactos y enchufismo (en Italia todavía más)”.Omnipresencia de la jerarquía. “España es el primer lugar donde he oído empleados llamando a su jefe con el título «jefe». Mucha jerarquía que a veces es miedo (o vagancia) a tomar la iniciativa por parte de los empleados, por lo general poco abiertos a ideas nuevas e innovadoras”.
Demasiado miedo o inseguridad al fracaso. Le ha sorprendido “el miedo que hay a equivocarse”. Añade un clásico “Fracasar está muy mal visto. Aunque curiosamente todos los grandes empresarios comentan sobre los fallos y errores que han cometido a lo largo de su carrera y cómo han aprendido de esos errores”.
Poca productividad y necesidad de “calentar la silla”. Sandy destaca que, en general, “hay poca productividad y demasiada la necesidad en dar el «face time» (= pasar tu tiempo en la oficina y demostrando que estás trabajando mucho)”.
Servicio al cliente. Lo tiene muy claro “Falta actitud de servicio al cliente”. Y comenta “Intenta entrar en una tienda (para comprar) 10 minutos antes de que se cierre y a menudo no te dejan ni entrar. En Taiwán, puedes entrar perfectamente a las 22h en punto cuando su horario es hasta las 22h. El empleado, no el jefe ni el encargado, te atienden con tanta amabilidad y no se enfade si no compras en seguida”.
Relación entre talento y el trato al empleado. Señala la “Falta de ideas más progresistas acerca de la relación entre empresa y empleado”. Además de la poca conciliación entre vida personal y vida profesional. Y la excepcionalidad con que son percibidas determinadas ventajas para los empleados: “tiempo flexible, horarios intensivos todo el año, beneficios como guarderías, telecommuting, períodos sabáticos, llevar mascotas (perros) a la oficina,…”.
Le sorprende que no se vea la satisfacción del empleado como una inversión ganadora versus la creencia que los empleados son un gasto. Según Sandy “Denota falta de confianza en sus empleados”. Siguiendo con la misma línea de pensamiento “España es el primer país donde he estado yo en que existen empresas que piden a sus empleados que fichan (su entrada y salida cada día) como si estuvieran trabajando en fábricas que pagan por hora, en vez de por cumplir responsabilidades. Los empleados no sienten que puedan tomar ni decisiones pequeñas sin la aprobación anterior de su jefe. Implica menos eficiencia”.
Sandy hace un “queja genérica hacia los informáticos (en general)”. “Mucha teoría y poca práctica” apunta. Y remata con un “Escasean los buenos programadores con sentido práctico”.La mirada positiva:
Hay buenos profesionales. “Creo que las empresas o personas que han trabajado con los españoles sabrán que hay muchos profesionales muy buenos aquí”.
Sandy también se apunta a lo bueno. Destaca el ambiente laboral relajado en el verano. “Los horarios intensivos, así como la costumbre de tener libre los viernes por la tarde”. La sorprendió la persistencia del mito de las siestas españolas que duran… 3 horas.En Barcelona ha encontrado a gente inquieta, con mucha iniciativa. Con actitud emprendedora. “Creo que Barcelona está posicionándose bien como lugar importante para negocios de Internet. Una mini Silicon Valley, pero con más estilo y diseño”. Amén.
Considera que el sector de Internet en España, le queda mucho por madurar. “Eso es lo que me comentan los británicos sobre el mercado español”. “Mis cuatro años trabajando en el sector Internet cuenta como un puesto más junior allá”. “Curiosamente, según
los datos de Nielsen, la penetración Internet en España es 66,8%, sólo 4,1% por debajo de la penetración de Gran Bretaña”. Un desequilibrio importante.Por último detecta una oportunidad. “Me parece curioso de la cantidad de empresas españolas que –a la hora de la verdad- dan poca importancia tener una buena presencia en el Internet”. A la vez, que cree “que también ha habido un salto tecnológico entre los líderes españoles Internet”. Pero esta «inmadurez del sector Internet» la considera como algo positivo, “porque lo veo como una gran oportunidad”.Aunque ella no lo sabe,
Sandy se ha convertido en una barcelonesa. De hecho está tramitando su permiso de residencia permanente. O sea que pronto la tendremos de vuelta.