Ayer teníamos una importante reunión con nuestros partner financiero, Caixa CapitalRisc. No era un hito trascendental, pero sí importante en el que había detalles relevantes que comentar. Por ejemplo el cierre del 2008, así como hacer una revisión conservadora del presupuesto del 2009 y años posteriores.

Los resultados del 2008, a falta de la bendición papal de los auditores, arrojan números positivos. Beneficios, que aunque pequeños, son beneficios.

Si tenemos en cuenta que el business plan empezamos a aplicarlo en prácticamente a primeros de julio, ¿Qué quieres que te diga? Felicidad y a seguir currando…

Este ejercicio ha empezado bien, pero sólo quedan doce meses por delante. En Nikodemo somos un equipo reducido (13 personas) pero somos capaces de simultanear el desarrollo de proyectos a corto, medio y largo plazo. Cuesta creer, pero es así. De la tiranía con la cápsula semanal, al desarrollo de la nueva marca franquicia, pasando por el desarrollo de licencias de Cálico o la serie de televisión.

La verdad es que si tomáramos a Nikodemo como una empresa normal, podemos afirmar que es económicamente sostenible. O lo que es lo mismo, con nuestra actividad normal somos rentables.

Desde luego deseamos seguir siéndolo, pero esta no es exactamente la cuestión. En verdad, estamos haciendo lo que estamos haciendo, porque queremos multiplicar el negocio no por cinco, sino por cincuenta. ¿Osadía?, ¿Locura? De momento caro, muy caro. Y soledad también, mucha soledad.

Creo que una de las experiencias más desagradables y humillantes para un emprendedor es cuando vas a pedir financiación a una oficina bancaria. Allí te das cuenta que eres una insignificancia. No quiero ni pensar, cómo debe ser con pérdidas en el anterior ejercicio, ¿apelar un milagro?

Y es que en condiciones normales compruebas que, en la mayoría de las oficinas bancarias, les importa un bledo tu proyecto, ni entienden ni valoran la innovación, no se creen tu modelo de ingresos… Nada, por más que lo intentes ni la formación del personal de oficina bancaria es –sorprendentemente- la adecuada y los intereses son totalmente antagónicos.

Te despachan con un “mándame la documentación y lo estudiaremos”. Y finalizan con la excusa oficial, la de siempre: “aunque no creo que los de arriba me autoricen la operación”.

La única opción es no desfallecer, continuar con el peregrinaje y encontrar un partner financiero (en nuestro caso afortunadamente Caixa CapitalRisc) que te eche un cable. Lo digo con la convicción que de esta situación saldremos, a pesar de todo, gracias a los emprendedores y a las pymes. A su competitividad, a la innovación y a grandísimas dosis de optimismo e ilusión.

Pero si el sofá de casa es insuficiente para avalar, no veo más alternativa que compartir lo que dice el conseller d’Innovació, Universitats i Empresa, Josep Huguet «a corto plazo, la solución a la crisis está en que los gobiernos avalen los créditos para las pymes«.

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