Uno de los territorios todavía poco explotado en términos de marketing es el geotagging (o geoetiquetación). Geotagging es el proceso de agregar información geográfica en los metadatos de archivos de imágenes, videos, sonido, sitios web, etc. que sirva para su georreferenciación.

La aparición de teléfonos móviles con aplicaciones de geotagging (que no precisa GPS), como p.e. Google Maps para móviles, podría acelerar la extensión de este uso y de transformar profundamente la georreferenciación especialmente en áreas urbanas.

Mediante el geotagging los usuarios pueden encontrar una amplia variedad de información sobre un lugar específico. Así podemos localizar y descubrir a personas, productos, marcas, acontecimientos, sitios especiales, mediante la introducción en un buscador de sus coordenadas geográfica del lugar (si incorpora GPS) o identificando la celda de la red celular de telefonía móvil.

La aparición de teléfonos móviles con servicios geotagging (con o sin GPS) supone un notable salto cuantitativo y cualitativo. Abre la posibilidad de recoger docenas o centenares de contenidos generados por otros usuarios sobre una georreferencia en concreto.

Lo primero que se me ocurre es un enorme impacto en sectores como la hostelería y la restauración, o cualquier referencia turística o información relacionada con el retail. En referencia a éstos últimos, atención porque esto podría obligar a revisar actitudes miopes de algunos retailers­_escépticos con la Red.

Poder compartir imágenes y comentarios de un evento, unas vacaciones o una tarde de compras, de forma instantánea, con familiares, amigos, comunidades online o usuarios desconocidos podría provocar incluso, la aparición de servicios geolocalizados hasta ahora inviables o invisibles…

Además, este servicio puede dar el impulso definitivo para la unión entre telefonía móvil y servicios de internet.

El tema promete, habrá que seguirlo de cerca.

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