Leía en BusinessWeek el artículo de David Holtzamn “Human ID chips get under my skin” a raíz de la aprobación de la FDA del proceso de implantación en humanos de un chip debajo de la piel con fines de identificación, desarrollado por la empresa VeriChip.

El VeriChip es un dispositivo de radio frecuencia (RFID), de 1 cm de largo por 2mm de diámetro, encapsulado en cristal con una cubierta de polipropileno, para evitar que el dispositivo se mueva del lugar donde se coloca. El procedimiento de implante se realiza en pocos segundos y es indoloro. O al menos eso dicen.

Además de las aplicaciones para la salud, a la gente de marketing nos llama la atención otras aplicaciones.

Por ejemplo, la localización de personas dentro de un espacio, con el fin de automatizar instalaciones que requieran de una elevada seguridad y –mi preferida- la sustitución del plástico de la tarjeta de crédito, evitando de esta forma el fraude pero con sentido práctico. Según parece en Alemania, ya existe un supermercado, donde el cobro es automático por medio de VeriChip.

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