Ayer sábado (2 de febrero) fue mi 41º cumpleaños. No fue un día especial, porque ya hace tiempo que no lo celebro de ninguna forma extraordinaria…

Quizás mi mayor alegría fue el triunfo futbolero a domicilio de mi hijo, el sábado al mediodía, por un 1-2 en un derbi local contra el segundo clasificado (el equipo de mi hijo va sexto).

No tenía ninguna intención de escribir post alguno sobre mi cumpleaños (el tema da poco de sí). De hecho reconozco que no me apasiona que me feliciten el día de mi cumpleaños.

Seguramente por eso, parte de mi familia me manda un sms o un email. Gracias al blog y a algunos de los perfiles online hay más gente que se entera y te felicita bienintencionadamente (gracias).

Tampoco es ninguna novedad que gracias a la tecnología te lleguen felicitaciones automáticas tipo un sms de Bankinter (a ver qué día el banco donde tengo la hipoteca se marca ese detalle), un email de la comunidad de meteo y algunos más…

Pero lo que me remueve el estómago es la chapuza y la falta de cariño de algunos. Mi ejemplo favorito es El Corte Inglés. Una vez más, con su email de («Felicidades, Estimada Sra.Garcia») hacen honor a la falta de sensibilidad que sólo es superada por la proverbial antipatía de gran parte de su personal de venta al público de sus establecimientos.

Hay agravantes, porque además he sido cliente de su tienda online en diversas ocasiones. Algo que justifica menos su error y falta de formas….

Ahí queda el ejemplo.

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