Hace meses comenté que me incorporaba a Nikodemo y que una de razones era para aprender. Lo reitero. Desde luego jamás habría sospechado como es este mundo desde dentro. La presión de las televisiones, la proliferación de diversas pantallas, la cultura del gratis, el laberinto de los derechos,…

El artículo “La música condenada a convertirse en marca” publicado por Expansión podría aplicarse a una gran mayoría de los contenidos y productos de entretenimiento.

Las discográficas ya no se conforman con vender discos y exigen contratos más amplios con los artistas, llamados Full Rights Contract o contratos 360 grados. Un recurso con el que pretenden recuperar la incesante pérdida de ingresos de la música grabada con ingresos por conciertos, merchandising y esponsorizaciones.

El mismo concepto de 360º se puede aplicar a los “dibujos animados”. Hoy son tiempos hipercompetitivos, con producciones que requieren altas inversiones, agresividad de precios y con mayores exigencias de los compradores (agregadores de contenido como las cadenas de TV o las majors).

La cadena de valor se tambalea porque todo lo digital es copiable (legal o ilegalmente) y con ello, todo el modelo de ingresos de la mayor parte de la cadena de valor.

Conversando con profesionales que llevan décadas en esto de la animación, comprobaba la magnitud del cambio: nuevos formatos, paulatina deslocalización de la producción, la hibridación del audiovisual/internet/videojuegos, etc… con el siempre omnipresente factor Internet. ¿Oportunidad o amenaza?

Una gran mayoría de los que han nacido antes de Internet, se están teniendo que reinventar a marchas forzadas. Muchos han caído y más que caerán. Los que son nativos de Internet -como Nikodemo– lo tenemos mejor, pero no fácil.

Quizás desde países donde no estamos en la vanguardia del uso de la Red, pueda sonar exagerado. Pero tal como me confirmaba una española afincada desde hace años en Los Angeles, dedica a la distribución internacional de contenidos, me corroboraba que todo -insisto todo- está convergiendo de alguna forma u otra en Internet.

Quedan muchas dudas por resolver: con qué dispositivo accederemos, cuál será el modelo de negocio y el calendario… De lo que no hay duda es acerca de los contratos integrales para las marcas-entretenimiento como una consecuencia inevitable (p.e. hoy en España vender una serie de TV, sin los derechos explotación por el móvil es casi imposible). Por encima, sólo la marca emerge como eje de todo.

Nuestra alternativa desde Nikodemo es que las diferentes marcas (Cálico Electrónico, Niños Mutantes de San Idelfonso,…) se hagan fuertes desde Internet, que es aquí donde nacieron. A pesar de que ya estamos trabajando en la serie de televisión de Cálico Electrónico.

Pero no nos engañemos, en plena era de economía de la atención, donde lo gratis triunfa y gusta lo diferente, la clave es aprovechar el potencial que nos ofrece la Red para construir esa experiencia de usuario y rentabilizar esa relación con cada uno de los miembros que forman esa larga cola.

Los que quieren llegar y los que quieren mantenerse se deben aplicar el cuento, porque los tiempos donde se construían marcas a golpe de GRPs se han acabado.

El negocio del entertainment va por ahí. Y nunca como ahora había sido más apasionante (y complejo) construir una marca.

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