Te puedes imaginar que ayer fue un día completo para mí. Admito una cierta sensación de liberación, una vez que las partes ya hemos manifestado nuestras divergencias y nuestra voluntad de seguir caminos distintos.

Ahora mismo, me faltan días para procesar los emails y las conversaciones de estas últimas 48 horas…

Almorcé con Quino -un accionista de referencia de QuinTeam–. Mantuvimos las mismas discrepancias, pero me manifestó su voluntad por limar asperezas, y buscar una transición tranquila y de interés para ambas partes. Aunque lo hace especialmente en interés propio, se agradece.

Por la tarde un paso más en la ronda de financiación de Nikodemo (hasta aquí pudo leer).

Por la noche cena-homenaje semestral del clan avatar. En esta ocasión organizada por Alberto Gallego.

En el orden del día estaba lógicamente los acontecimientos de las últimas horas. Le dedicamos los primeros minutos, aunque al final del aperitivo ya estábamos con la situación del mundo digital y nuestras ideas de proyectos. Habitualmente suelen quedarse en el tubo de ensayo, pero sirven de conversación interesante y apasionada entre amigos.

Hubo dos temas que concentraron la mayor parte de nuestra conversación. Por un lado las incongruencias que genera la inversión publicitaria en medios interactivos. Mientras se produce un lento, pero evidente e inexorable trasvase de lo convencional o lo digital, algunos anunciantes (y también agencias) siguen agarrados a un incomprensible escepticismo o en el mejor de los casos su uso no pasa de lo superficial. Para nada planteamientos o enfoques estratégicos e integrados.

El otro tema que generó mayor debate y controversia fue acerca de las oportunidades en mundos virtuales. Personalmente mantengo que es justamente ahora, pasado el soufflé Second Life, cuando hay que identificar y aprovechar las oportunidades. No hubo quórum… ni falta que hace.

Lo dicho, seguimos trabajando.

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