Leía un interesante artículo de LaVanguardia “La América insomne” en el que Eusebio Val, corresponsal de Washington, escribía sobre el cambio social que se ha producido en EEUU. “Los estadounidenses viven atrapados en un estilo de vida que les obliga a levantarse cada vez más temprano. A la expansión de los suburbios de las ciudades y el colapso del tráfico se une el tener que trabajar más para mantener los ingresos. La solución es robar horas a la noche”.

Ante estas circunstancias que viven los estadounidenses, merece la pena reflexionar si ese peaje es el adecuado para conciliar vida personal y profesional. Tengo mis dudas.

Revisando mi experiencia cotidiana, aparte de considerarme afortunado de no tener que levantarme a las 5.00 de la madrugada o no tener que invertir horas diarias, encerrado en el coche, tengo la impresión que además del modelo urbanístico europeo, quizás la clave sea la hibridación entre lo profesional y lo personal.

Me explico. Aunque no siempre lo consigo, entre semana intento acostarme antes de las 23:30 h. Necesario si a la mañana siguiente quiero levantarme entre 6.15-6:30 para hacer una sesión de 30-35 minutos de running. Luego estiramientos y ducha. Si me acuesto más tarde de la medianoche a la mañana siguiente me levanto a las 7:00 h. y no hay sesión de nada…sólo conseguir despertarme.

Sobre las 7:10 h desayuno familiar. A las 7.30 h estoy rematando mi post redactado la noche anterior y subiéndolo a mi blog. Después reviso emails y algunos sitios de información y algún blog.

A las 8.15 h llevo a mis hijos al colegio, si no me toca a mí, apuro ante el ordenador hasta las 8:30-8:35 h. Entonces me voy andando hasta la estación. Un paseo de 15 minutos aproximadamente.

Difícilmente tomo un tren hacia Barcelona antes de las 9:05 h. Tiempo para alguna lectura corta (revista, prensa, artículo, difícilmente libro), leer emails en la Qteck o simplemente tratar de relajarse…

Llegada a la estación de Pl.Catalunya. Desde aquí otro paseo de 8-9 minutos hasta las oficinas de QuinTeam. Dónde suelo llegar a eso de las 9:30 h.

Por la noche difícilmente llego a casa antes de las 20:30. Lo normal es sobre las 21.00 h. descontando los días que doy clase o que estoy de viaje.

Para mí la conclusión está clara. Hay que adaptar tu actividad a las circunstancias del momento. Cada vez, más profesionales especialmente del sector quinario, siguen desarrollando su actividad profesional o personal, indistintamente y con independencia del sitio físico en que se encuentran. Esa flexibilidad hace que se diluya (o desaparezca) la frontera entre lo personal y profesional, resultando una hibridación efectiva.

Creo que esa hiperconexión e hibridación son la única receta viable para conciliar la vida profesional y la personal. Puede que haya otras, pero esta a mí, me funciona.

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