Estos días se está escribiendo mucho acerca de Yahoo y su cambio de CEO, la sustitución de Terry Semel por la de Jerry Yang, uno de sus fundadores.

Los analistas han reaccionado con optimismo. Se refieren a Yahoo (recomiendo leer este artículo de Business Week) como una organización excesivamente obsesionada en seguir la estela de Google. Mezclado todo ello, con cierta desgana, incapacidad para ser proactivo, demasiada cautela en definitiva.

Jerry Yang, el nuevo CEO -aunque temporal-, hace tangible un cambio de rumbo. Encarna ese espíritu que arriesga más. El inicio de una nueva etapa (aunque todavía no sabemos si con el Sr.Murdoch y su MySpace o no).

Proteger lo que se ha conseguido es sensato. Cierto. Pero también es indispensable arriesgar, porque peor es el riesgo de dejarse ir. Como dice Adolf Todó “acomodarse es el primer paso hacia la decadencia”. Tenemos que “abandonar las aguas tranquilas del entorno habitual, adentrándose en el océano abierto”.

No lo va a tener nada fácil. Plantear cambios en una organización acomodada es complicado. Primero renovar la idea de proyecto, la visión. Llevarlo a cabo “sin romper ningún plato, ni ningún vaso”, tremendamente complejo y lento. A veces es desesperante la sensación de no-avance.

Aunque es cuestión de personalidad y estilo, hace falta ilusión y mucha energía, más mano izquierda (a menudo a mí me falta) y tremendas dosis de paciencia (eso con la edad mejora).

La obligación de tener iniciativa (o escribes tú el guión o te lo escriben) y mentalidad abierta. En cualquier sector de mercado y no sólo de cara a la galería o por estética, si no por pura convicción.

Todos los sectores están competidos. Da igual si eres agencia de publicidad como QuinTeam, una productora como Nikodemo o un super portal de Internet. Cada uno tiene que escoger su papel, cada cual a su escala pero ¿quieres ser depredador o presa? Y tal como dice aquella frase “no importa que seas gacela o león, lo importante para cazar o evitar ser cazado, es poder correr”.

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