Ante el gran drama de la tasa del desempleo, el Gobierno Rajoy –además de salvar a la Banca- pareció por un momento que apelaba a los emprendedores y a las pymes como motor de la recuperación económica. Era discutible pasar el marrón a emprendedores y pymes, pero nada, nunca existió tal intención. Fue un espejismo.

Cosas tangibles: los mercados financieros se recuperan, pero la clase media desaparece y encima, nos suben los impuestos. Nos estamos empobreciendo. España ya es el líder europeo en desigualdad de acuerdo al índice de Gini que mide las desigualdades. El rescate de la troika europea, no lo justifica. En países como Irlanda, Portugal o Grecia, las desigualdades han disminuido a pesar de los rescates.

Tal como indica Joan TugoresLa desigualdad reduce la clase media y aleja la salida de la crisis”. “En España las élites no han sufrido y están usando su poder político para escaparse de la dinámica que afecta al resto”. «El motor de recuperación económica será el consumo, que depende principalmente de la capacidad de gasto de los sectores más amplios de la sociedad, es decir de las clases medias«.

La “España ha vuelto y lo ha hecho para quedarse”, que ya “está preparada para abordar cualquier reto”, da miedo. Es el modelo productivo basado en mano de obra poco cualificada, de obreros y camareros, y en rentas especulativas, de propietarios y constructores.  Su relato dice una cosa, pero sus actos algo muy distinto. Nada aparta a Rajoy de su supuesto guión. Por eso, poco antes de los turrones de Navidad decidieron dar una vuelta de tuerca extra, siguiendo su libro de ruta, tan divergente con la lógica de la economía real (La ampliación de las bases de cotización hará que la Seguridad Social ingrese 1.000 millones).

Según la lógica del Gobierno, los enemigos de la recuperación de España son otros y están “identificados”. Las élites a lo suyo y el resto a remar. Ante la imposibilidad que el Gobierno rectifique, nada parece detener la paulatina pérdida de competitividad fiscal ¿hay opciones de sobrevivir ante este desaguisado? ¿Cuáles son las alternativas?

1) Resistir y seguir pagando como buen -y dócil- contribuyente. Da igual que cada vez trabajes más, incremento de las cotizaciones, más impuestos, más trabas,… A cambio de nada. “Hacienda somos todos” ¿recuerdas?

2) Facturar y ganar mucho, muchísimo. Lo suficiente para justificar el entramado legal y societario internacional. Un poco de ingeniería fiscal-financiera. Basta con operar en diferentes mercados para elegir donde hay impuestos más bajos. En el mercado español tenemos auténticos artistas «Los siete gigantes de Internet pagan en España solo un millón en impuestos«.

3) Algunos sugieren montar la empresa en Londres. Hay empresas especializadas en dar el servicio de creación de empresa, oficina virtual e incluso la alternativa de nombrar a un Director británico, que –lógicamente- tiene un coste, pero es legal y hoy todavía es mucho más barato y menos engorroso que darte de alta como autónomo en España. Recomiendo echar un vistazo a Crear empresa en Inglaterra.

4) Otros sugieren directamente la insumisión fiscal, potenciando la economía sumergida como forma de activismo y de supervivencia. En resumen, una economía de trueque sin facturas.

5) Hay más. Para los más rebeldes con el sistema, existen movimientos de desobediencia civil masivos que desean “ir aumentando el empoderamiento popular hacia la autogestión».

Consideran que los Presupuestos Generales del Estado (para el 2013) “suponen otro ataque para las necesidades reales de la población”. Son “Organizaciones asamblearias, fomentando procesos de construcción colaborativa para facilitar diferentes acciones de desobediencia y el acceso a diversas herramientas que puedan guiar el proceso”. Cuentan con un elaborado ‘Manual de desobediencia económica’.

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