Cuando todavía una gran mayoría de empresas no saben ni el qué, ni el porqué, ni el cómo de los social media, un montón de gurús ya nos dicen que está en declive. Y todos pendientes de lo que se llevará la próxima temporada. Efectivamente, creo que el soufflé del social media bajará, …pero porque dejará de estar de moda, la mayoría se habituará y -afortunadamente- ya no será noticia.

No seamos ingenuos, quizás no estén de moda, pero millones de usuarios seguirán usando Facebook, Twitter, LinkedIn, etc. y en consecuencia miles de compañías seguirán intentando relacionarse con ellos a través de estas u otras plataformas. Que se cambien el nombre de las técnicas, de los grandilocuentes servicios de marketing y de sus profesionales, no significa que “desaparezcan” los SM.

Seguirá habiendo la necesidad de aprender, escuchar y gestionar la relación de nuestra marca con nuestros clientes, a través de esos canales. Recordemos que nosotros no decidimos estar, en muchos casos tus propios clientes, satisfechos o no, te ponen en los SM porque esas experiencias de consumo forman parte de su vida cotidiana.

Es cierto que bajo el pretexto de los social media se han hecho notables barbaridades. El globo lo hemos hinchado entre el numeroso colectivo de profesionales que vivimos directa o indirectamente de ello.

Pero no hay cosa que aborrezca más que aquellos que han vivido de ello y que como ya no es cool o diferenciador, empiezan a rajar y a lanzar mensaje apocalípticos como si fuera una plaga. Desde luego que se han cometido grandes errores y abusos, pero hoy tenemos unas vías de relación y comunicación que no existían hace tan solo diez años. Eso es lo que prevalece.

Admitamos también, que con ese pretexto hay un montón de profesionales activos que si no fuera por los SM, estarían dando de comer a las palomas o sentados al sol. Antes que el tiempo lo borre, quiero rendir un homenaje a tres especies profesionales que todavía están adornando nuestro panorama profesional. Los he denominado: los innovadores, los impostores y los fobias.

Los innovadores: son aquellos profesionales que viven de estar a la última. Son los early adopters profesionales. Captan las nuevas tendencias lo suficientemente pronto para colgarse la etiqueta de “expertos de..”. Viven de lo nuevo y les molesta la masificación. Como ahora. Si todos son expertos en social media, ya no hay forma de diferenciarse,  hay que competir en precios o simplemente la porción de negocio, mengua.

Los impostores: hay mucho profesional reciclado. Hace cuatro días no sabían nada acerca de los SM, pero ahora son grandes expertos. Sufren la fe del converso. Se han abrazado con tal convicción a la nueva fe del SM que a veces tienen gestos de talibán. Se les identifica fácilmente porque suelen ir con el pie cambiado. Han llegado con el pelotón, algunos entienden la esencia del cambio, pero para muchos es sólo una forma de reciclaje profesional y supervivencia.

Los fobias: me fascina escuchar como los tradicionales vende-humo, avisan de los peligros del Social Media. Que si está sobrevalorado, que le falta ROI, etc. Probablemente tengan gran parte de razón. En verdad, lo que les mueve, lo que ocultan, es su pérdida de protagonismo. Muchos de ellos son históricos de Internet que por diferentes razones los SM les ha llegado tarde. O porque sus radares ya estaban desactivados, porque no tuvieron la necesidad de seguir evolucionando o porque jamás imaginaron que después del 1.0 podría haber un 2.0.

Y mientras espero ansioso la definitiva defunción de los Social Media, a todos ellos, mi sincero homenaje.

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