Las recientes declaraciones de Obama acerca que el uso de consolas, iPods y similares se estén convirtiendo en una diversión que puede perjudicar la democracia, ha alertado a una buena parte de la opinión pública.

En un encuentro con estudiantes universitarios de Hampton en Virginia (EEUU), Obama advirtió que “estamos continuamente bombardeados con todo tipo de asuntos que nos exponen a todo tipo de argumentaciones cuya veracidad es, por lo menos, dudosa». «Con los iPod, iPad, Xbox y PlayStation, que ignoro cómo funcionan, la información se convierte en una distracción, en una forma de diversión más que en una herramienta de emancipación».

Viniendo un presidente que fundamentó su triunfo gracias a la Red, sorprenden estas declaraciones. No niego que una de las grandes habilidades del presente, y especialmente del futuro, será la capacidad para mantener una “dieta informativa saludable”. Una “dieta” que incorpore un criterio claro para discernir la veracidad y autenticidad de la información. Pero ese reto, es tan viejo como la humanidad. La única diferencia es que las oportunidades de información se han incrementado exponencialmente hasta la infoxicación actual.

Ahora que estamos probablemente cerca del límite de nuestra capacidad para procesar ese alud de información, será el momento de empezar a plantearse muy seriamente la práctica de esa ecología de la información y la aplicación de su derivada en forma de dieta digital particular. Los diferentes dispositivos y canales de información nos deberían “relacionar” con mejor información. Dosis más adecuadas y de más calidad, y…. ¿filtrada?

Sin duda un desafío futuro. Ser capaz de gestionar numerosas capas de información, de acuerdo a las necesidades de cada momento. Estés donde estés.

Pero que la advertencia tenga que venir –casualmente- de uno de los hombres más poderosos del mundo, es ligeramente sospechosa.

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